Capitulo 44

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Se acerco aun más, puso sus manos en mi cintura, que acaso iba hacer lo que estaba pensando!?? No se atrevería…!

Mire alrededor para acerciorarme que no hubiera nadie que nos estuviera viendo, me preocupaba que hubiera por ahí algún fotógrafo. Sentí los dedos de Bill haciendo presión en mi estomago captando de nuevo mi atención. Sonrió malicioso, empezó a hacerme cosquillas.

Ana: n…no…suéltame-decía entre risas- esto es trampa, así no se vale!!
Bill: quien dice que no…

Andreas: ehm…-tosió-no quería interrumpir esta escena tan… -levanto la ceja y sonrío mirando a Bill-pero nada que, ya vamos a empezar a comer, se vienen o no?

Bill: Andreas…

Al tal Andreas se notaba que le estaba divirtiendo bastante la escena, Bill estaba un poco vergonzoso

Ana: si ya vamos para allá-dije, ya que Bill no decía nada. Como si no fuese suficiente con Tom, Georg y Gustav había uno más para interrumpirnos como siempre, que no podían separarse un poquito!!

Pero mejor me acostumbraba, si así había sido siempre así seguiría. Mejor dejaba que ese cariño por Bill siguiera pero solo como amigos, no podía transformarse en algo más, porque estaba segura que quien iba a terminar mal, iba a ser yo.

Sin decir una palabra más nos fuimos con los demás a la mesa. El tiempo se fue como agua, entre broma y broma, Andreas le seguía el juego a Tom siempre, pero el si sabía cuando parar en cambio Tom…

Cada quien se fue a su respectiva habitación, todos nos íbamos a cambiar para ir a casa de Camila.

Bill y yo estábamos parados viendo la suite como tontos, era yo o es que estaba nervioso? sentía que quería decirme algo pero no se atrevía.

Ana: Bill?
Bill: qué?
Ana: no sé, te quedaste en la luna jaja mm… tenemos que cambiarnos o se nos va hacer tarde
Bill: si…-me miro- tu puedes cambiarte en el baño y yo lo hago aquí
Ana: ah ok

Me lleve al baño la ropa que me iba a poner, me cambie, me planche el cabello, y me maquille, no demasiado, y espere unos minutos, me imaginaba que Bill se iba a tardar una eternidad, cuando mi paciencia se acabo puse una oreja en la puerta como si con eso fuese a saber si ya estaba listo, coloque mis manos en la puerta para apoyarme, y… nada.

No se oía nada del otro lado de la puerta, y si se fue y me dejo ahí otra vez sin decir nada!? Coloque la mano en la perilla y cada vez más convencida de que no estaba ahí, abrí la puerta de un jalón, para mi sorpresa o la de ambos el estaba parado justo afuera, los dos nos sobresaltamos un poco.

Bill: esta a punto de tocar la puerta para saber si estabas lista, pero como no escuchaba nada pensé que te habías quedado dormida jaja

Ana: eh? Yo? Si yo estaba haciendo tiempo por ti

Bill: por mi? Si yo desde hace tiempo que estaba listo

Ana: así?-lo mire embobada de arriba abajo, me di cuenta que así era, y en verdad que lucia guapísimo, más de lo normal o eso me parecía a mi. Llevaba unos pantaloncillos de mezclilla no tan pegados como siempre le había visto, estos eran un poquito más holgados, camiseta negra y encima una chaqueta del mismo color, botines oscuros que lo hacían ver mucho más alto de lo que era, las cadenas que no podían faltar, su cresta perfecta al igual que sus ojos bien delineados de negro.

Ana: algún día…tienes que decírmelo-le solté, refiriéndome al delineado de sus ojos, pero por su expresión pude saber que se entendió otra cosa, creo que hasta estaba un poco asustado.

Me miro un poco confundido, seguramente no sabía a lo que me refería de todos modos me quede callada para seguir observando su reacción y con la esperanza de que me dijera algo que yo quería escuchar, pero no lo hizo, no era capaz de emitir ni siquiera una palabra.

Pero es que yo no entendía!? era una cabeza dura, porque cuando ya se suponía que me había resignado, me daba esperanza yo misma y luego de nuevo caía en lo mismo, pero es que por más que quería no podía sacármelo de la cabeza.

Me decepcionaba toda esa situación que yo misma causaba, si yo sabía que esto no iba a ningún lado para que me molestaba. Tenía ganas de largarme e irme yo sola a donde fuera... pero a quien engañaba si yo quería seguir viéndole.

Ana: tu maquillaje…-respondí sonriendo, tratando de relajar el ambiente- si que algún día me tienes que decir como haces para que se vea así de bien, mira que yo no lo logro-me reí.
Bill: ah que era eso-se rió también- bueno pero para que quieres saber si tu luces bien sin maquillaje
Ana: ya veo…eso es un no. No me vas a decir el secreto eh?
Bill: pues si que es un secreto, pero lo voy a pensar, tal vez haré una excepción por ti

Cogí la bolsa donde ya llevaba el regalo de Camila, era un libro que había comprado hacía un par de días de su autor favorito, por supuesto que me asegure de que no lo tuviera. Ya estando en el ascensor Bill me dijo:

Bill: creíste que me había ido verdad?

Ana: ¿Cómo?

Bill: cuando saliste del baño pensaste que me había ido sin decir nada, no es así?

Ana: … yo…- que le decía? si era cierto, no pude decir ni hacer nada más, salvo mirarle avergonzada.

Bill: vale, ya lo sé… No hace falta que me digas nada-dijo sonriendo

Ana: pues a mi si… -dije sinceramente, sabía que el entendía a la perfección, me miro un poco serio, las puertas del ascensor se abrieron, sali rápidamente ya sabía que no me iba a decir nada como de costumbre.

Bill intercambio palabras con dos de los guardaespaldas que nos acompañaron después por la puerta de atrás del hotel.

Bill camino hasta un audi color oscuro con vidrios polarizados, abrió la puerta de copiloto y me hizo una seña para que entrara, ya los dos en el coche, el inserto la llave y puso en marcha el auto.

Ana: y los demás?
Bill: bueno Tom y Georg traen sus autos, nos vamos a ir nosotros primero. Aunque no lo creas el que más se tarda arreglándose es Tom
Ana: ya. No me lo hubiera imaginado-dije riendo pero Bill iba un poco más serio, ni siquiera me miro, no se si por lo último que dije o si era porque íbamos a salir y afuera podría haber fans o periodistas y eso le preocupaba.

Delante de nosotros salio un coche exactamente igual al coche en el que íbamos, conducido por uno de los guardaespaldas. Afuera había varias fans no como el día anterior pero seguían siendo muchas, tratando de tomar fotos o de al menos saber quienes iban en los autos, yo no me moví ni un poco, cuando pasamos por la vaya de seguridad del estacionamiento, Bill arranco a toda prisa. Al parecer nadie se había percatado de que era el quien había salido. Ojala que los demás tengan tanta suerte como nosotros. Ya en el camino pude ver que Bill estaba un poco más relajado y que hasta tiempo tenía para soltar una que otra tontera, me alegraba que si antes había estado tenso fuera porque le preocupaba si nos habían visto, aunque no dejaba de mirar por el espejo retrovisor o hacia los lados.

Ana: tranqui que nadie nos esta siguiendo
Bill: es que tu no los conoces bien… la verdad es que no se como lo hacen…pero termino viendo en las revistas fotos mías con amigos y un reportaje completo de todo lo que hice
Ana: bueno-sentí compasión por ellos, tener que cuidarse todo el tiempo no era justo- no te preocupes más que si nos llegan a fotografiar ya les explicamos
Bill: es que ese es el problema que ni siquiera tratan de saber la verdad, simplemente ven algo y lo convierten en otra cosa
Ana: bueno te aseguro que nadie nos viene siguiendo, además si dices que ponen lo que a ellos les da la gana, no deberías pre-ocuparte, no vale la pena, si nos han captado no hay nada que puedas hacer, al menos en este momento así que…
Bill: si, supongo... tienes razón

Bill estaba más tranquilo y cuando llegamos a la casa de Camila pareció relajarse por completo. Ella casi volvió a tener la misma reacción cuando lo vio por primera vez, aunque ahora pudo mantener el autocontrol de la situación. Ella saco toda su colección de discos e hizo que el los firmara, cosa que hicieron los demás cuando llegaron.

Camila: quiero mostrarles algo-dijo levantándose del sillón-vengan

Camila hizo ademán de subir las escaleras, pero los demás se quedaron parados ahí sin saber bien que hacer.

Tom: quienes?

Camila: pues ustedes cuatro

Tom: pero… a donde?

Camila: a mi cuarto

Tom: los cuatro!?




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