Bienvenid@:

Este es un espacio para compartir una historia, o tal vez más...
*Recuerda que: lees bajo tu propia responsabilidad*
Gracias por tu visita.

martes, 20 de marzo de 2012

Capitulo 64

Bill: ¡Tom! Se me olvido por completo… ahora si me mata, va a decir que lo hice
apropósito-dijo encendiendo la moto nuevamente, dio la vuelta y arranco
bruscamente...


(...) Bill: ¿soy bueno conduciendo, no?

Ana: pues te diré…exceptuando el momento en que estuvimos a punto de caernos…

Bill: ¡oye! Pero no nos caímos, porque logre mantener el equilibrio eso me da puntos extras

Ana: si tu dices… mejor mantén la vistaal frente…

Bill: no va a pasar nada… confía en mi… soy bueno

Ana: si no confiara en ti, no me hubiera subido a la moto –Dije, y parece que le gusto lo que escucho porque acelero la moto eufórico

Bill: aunque tengo que aceptar que Tom es mejor que yo para esto

Ana: ¿Tom?

Bill: aprendió a conducir la moto antes que yo, y desde entonces se le metió la idea en la cabeza de que quiere traer una moto y yo por nada del mundo cambiaria mi auto, pero así es el…se
le mete una idea en la cabeza y hasta que obtiene lo que quiere no esta tranquilo, y luego simplemente cuando se aburre lo deja...–dijo en tono más serio-así que creo que se le pasara como todo lo demás…

Desde donde íbamos podíamos apreciar a Valeria, quien hablaba por teléfono y a Camila que tenía enredada una mano en el brazo de Tom, éste último levanto su otro brazo y señalo el reloj malhumorado.

Ana: perdón se nos hizo tarde.

Bill: andábamos conociendo un poco los alrededores…

Tom: a mí no trates de engañarme, que conociendo ni que conociendo, si ya te sabes el camino de memoria y no me digas que no, tú lo que estabas haciendo era…-me miro de reojo haciendo que se me pusieran las mejillas rojas- bueno ya, que soy tu hermano y te conozco

Ana: ¿bueno que vamos entrando o qué? Ya me está dando frío

Tom: hasta ahora te calo el frío ¿eh? Que casualidad…-frunció el cejo

Ana: mira Tom ni juegues conmigo que sales perdiendo-mire de reojo a Camila, y este de inmediato desvió la mirada-Y si, tengo frío.

Bill: pero si ni se siente

Ana: ¿qué no? Pues en ese caso te quedas aquí y yo voy tirando para dentro que me congelo-en ese momento Valeria empezó a estornudar y todos le miramos a lo que se quedó un poco extrañada aún con el teléfono en la oreja

Tom: Yo me quedó aquí, me toca usar la moto, no he podida probarla por culpa tuya y de Gustav

Camila: yo también voy para adentro

Tom: pero si tu querías dar una vuelta, ¿no?

Camila: si, pero mejor lo dejamos para otro día, ¿sí?- le sonrió dulce y luego nos siguió a mí y a Bill

Tom: voy yo solo

Bill: como quieras Tom, pero que no le vaya a pasar nada ¿entendiste?

Tom: si yo la financie, salió de mi presupuesto

Bill: y el mío.-sentencio

Valeria seguía moviéndose de un lado a otro como tratando de terminar la conversación sin poder lograrlo, mientras Tom a unos metros se trepaba en la motocicleta. Nosotros apenas entrando nos topamos con David con gesto cansado, que nada más vernos nos hacía señas para
que nos acercáramos.

David: que bueno que ya regresaron, fue un break bastante largo, tenemos que continuar, ¿y tú hermano?

Bill: va a dar una vuelta en la moto

David: ¿Cómo que una vuelta? Me temo que eso tendrá que ser otro día, ve por… no mejor voy yo

Bill: si… -David casi salió corriendo

Camila: ¿soy yo o es que está un poco estresado?

Bill: está estresado. Así se pone antes de cada gira y como encima falta poco más de dos semanas

Camila: que emoción, ya quiero que comience.

Bill: nosotros también queremos comenzar ya, ha sido bastante el tiempo lejos de los escenarios, se me ha hecho una eternidad-contuvo el aire, y luego resoplo- espero que no te hayas olvidado de asistir a uno de nuestros conciertos, yo mismo te mandare una entrada a tu casa- él la miro fijamente acompañándose de una sonrisa, y ese gesto no hizo más que intimidarla y que le desviara la mirada

Camila: no pensé que lo recordarás-dijo con todo el calor de cuerpo concentrado en el rostro-Gracias

Georg: ¡eh Bill! Vamos empezando ¿no crees?-le grito desde el escenario

Bill: ¡s!!-grito- Las dejo un momento-nos dijo-ya hemos ensayado la mitad de las canciones y por hoy no falta mucho

Camila: ¿pero no habían ensayado antes?-pregunto con timidez

Bill: si claro, pero este es el ensayo oficial antes de comenzar la gira, aquí vemos si todo se ajusta a lo planeado, el escenario, las canciones, los instrumentos, las luces, etc. y como ahora traemos una escenografía más grande y más complicada de manejar, tú lo viste Camila-le decía mirándola a los ojos y ésta en respuesta asentía una y otra vez- la mitad de la nave les ha tomado casi el día completo construirla y eso también necesita mejorarse y en fin… son muchos detalles… y por eso el resto de la semana vamos a seguir haciendo ajustes aunque se supone deben ser los menos posibles

Camila: claro

Georg: eh Bill que a este paso terminamos mañana

Bill: ¡que ya voy!

Ana: anda ve, que sino de los nervios a Georg le va a quedar el pelo como a ti

Bill ya iba corriendo cuando me escucho y se volteo con cara de ‘me las vas a pagar’

Camila: Que bonito se oye mi nombre en la voz de Bill

Ana: ¿eh?-murmure confundida viendo la cara de ilusión de mi amiga-¿Todavía te pone nerviosa?

Camila: yo creía que no, pero es que ¿siempre es así tu novio?

Ana: no es mi novio

Camila: lo que sea… Cuándo te habla te mira directamente a los ojos, la mayoría de la gente no es así, y además… El impone y mucho.

(…)

Valeria: ¿y los demás?

Tom: se fueron

Valeria: ¿y tú que haces todavía aquí?

Tom: yo voy a dar una vuelta

Valeria: pensé que ibas con Camila

Tom: cambio de opinión-decía desinteresado pero el tono de voz dejaba entrever su molestia-por supuesto de todas formas yo voy a ir, después de tocar la guitarra lo que más me gusta hacer es conducir

Valeria: ella es así, es como…como…-estornudo, lo que la tomó por sorpresa, su cara de seriedad se desvaneció y provoco una risita en Tom que ella no noto porque estornudo una vez más y luego retomo la charla-no lo hace a propósito, simplemente es… algo voluble

Tom: ya me di cuenta- acepto y por primera vez en toda la tarde la miro detenidamente, observo el contorno de su cara y su largo cabello ondulado que se movía por el aire, miro sus ojos
acuosos y su nariz roja. Llevaba puesta una blusa fina y encima un saco sumamente sencillo, llevaba pantalón de mezclilla y unas zapatillas sencillas también. Siempre la había visto con ropa formal, zapato de tacón alto, el cabello recogido y el maquillaje recargado y ahora ni siquiera traía, y eso la hacía lucir mucho más joven, no parecía ni siquiera ni por poco alcanzar los veinte años, sin embargo, su porte delataba que no se trataba de una niña, debido a la seriedad de su expresión y de su comportamiento, en ocasiones podía parecer incluso más grande de lo que era, y eso pensaba el, era una de las características más atrayentes que ella poseía- ¿con quién estabas discutiendo?

Valeria: ¿Cómo? Yo… no discutía, hablaba con Dean

Tom: ah… ¿todo está bien?

Valeria: ¿eh? Si, ningún problema.- frunció los labios y desvió la mirada dando a entender lo contrario.

Tom compendio, se levantó de la moto y extendió su mano hasta ella tratando de tocarla, y ella en acto reflejo dio un paso atrás e inclino su cabeza.

Tom: ¿qué sucede?-rió-no te voy hacer nada- antes de que pudiera reaccionar la mano de él toco sus mejillas y luego la frente

Valeria: ¿qué- qué pasa?-sus mejillas tomaron un color rojizo, su mano estaba caliente, el tacto de Tom le dio un extraño escalofrió y la puso nerviosa.

Tom: te vas a resfriar, será mejor que vayas adentro-retiro la mano de su cara, se dio la vuelta y empezó a caminar hasta la motocicleta de nuevo.

Valeria: que sutil manera de correrme-se dio la media vuelta sorprendido contemplándola de nuevo

Tom: no, yo no quiero que te vayas.-dijo lentamente como dejando que cada palabra
cayera por su propio peso, observo a Valeria que le miraba sin disimular su asombro-no es por mí, yo disfruto de tu compañía, te lo digo porque no quiero que te enfermes

Valeria: ¿te preocupo?-pregunto con ternura-¡Ay Tom! No me lo imaginaba-él desvió la mirada y se dio vuelta-sonrió-Gracias.

Tom: ¿Cómo haces para parecer una niña?

Valeria: ¿qué? No entiendo…

Tom: si, es que a veces me das miedo y otras eres como una niña. Eres extraña

Valeria: Jajaja pues gracias

Tom: ¿y eso? ¿No me dices nada? ¿No vas a replicar? ¿novas a decir que el inmaduro soy yo?

Valeria: ¿qué quieres que te diga?

Tom: discutir... como acostumbras hacer...

Valeria: Claro que no. Tomo las cosas de quién viene-se rió-y si ya tienes asumido que eres un niño…

Tom también se rió, se quitó la chaqueta
y se la dio a Valeria.

Tom: póntela

Valeria: ¿pero y tú?

Tom: yo estoy bien, traigo una sudadera y tu… tu no paras de temblar.- Valeria tomo la chaqueta y se la puso, le quedaba muy grande pero de esa forma la abrigaba mejor.- ¿Vienes conmigo?

Valeria: ¿de verdad? claro, si- se acercó y se subió a la moto, coloco titubeante sus manos en los hombros de Tom, pero él le agarro las manos e hizo que las pusiera alrededor de su abdomen

Tom: con fuerza, si no, te vas a caer.- avanzo dos pasos antes de encender la moto

David: ¿Tom a donde crees que vas?-tanto Tom como Valeria se sobresaltaron por la sorpresa

Tom: a dar una vuelta

David: al único lugar al que vas a ir es adentro, solo te esperamos a ti. Lo siento Valeria, pero debemos terminar

Valeria: por supuesto

Tom: te debo el paseo

Valeria: no te preocupes

Los tres volvieron cuando los chicos terminaran una más de las canciones, Valeria se nos unió a Camila, Ellie y a mí, ninguna de la tres paso desapercibido que llevaba puesta la chaqueta de Tom.

Valeria: creo que me va a dar gripe-dijo sentándose al lado de Ellie

Ana: ¿quieres que nos vayamos antes?

Valeria: ¡Nooooo! Quiero quedarme hasta que terminen

Ana: ok, yo solo decía

Dos horas más tarde terminamos todos cenando en uno de los restaurantes londinenses más lujosos, aunque no estábamos vestidos para la ocasión, ni si acaso presentables y mucho menos Gustav, Georg, Tom, y Bill que iban todos sudados y despeinados, creo que la única que se veía de apariencia decente era Natalie, no sabía como lo hacía pero a pesar del larguísimo día de trabajo siempre lucia arreglada, como si acabara de salir del salón.

La verdad era que todos teníamos un cansancio notable, ellos llevaban todo el día ensayando y nosotras todos los días nos levantábamos muy temprano y si bien nos iba dormíamos cinco horas al día, siempre me decía que llegando el fin de semana dormiría día y noche pero nunca lo hacía y siempre estaba continuamente cansada y ahora que estaban ellos tenía menos tiempo, no quería desperdiciar ni un segundo, pero al parecer había llegado a mi limite, mi cuerpo me lo decía a gritos. Bill y yo habíamos regresado solos al apartamento, él venía cargando ambos bolsos, el suyo y el mío, la temperatura del apartamento me reconforto de inmediato, era tan agradable, Bill se metió a la ducha y yo le seguí, aunque el salió antes, cuando entre en la habitación estaba sentado en la cama debajo de las cobijas, yo ni siquiera me seque el cabello, todo lo que quería hacer era dormir, di un brinco en la cama cayéndole casi encima a Bill.

Bill: ¡auch!- se quejo-me aplastas

Ana: perdón, no pensé que fueras tan frágil…

Bill: no empieces a jugar así, que luego no me aguantas el ritmo-dijo arrogante con la mirada encendida. No quería llegar a nada, pero el me provocaba. Me acerque a su boca pero en vez de besarlo le mordía el labio. Se quejo y luego me aparte bajo su atenta mirada, de repente me tomo de las manos bruscamente atrayéndome a donde estaba.

Ana: ¡para! Me haces daño

Bill: tú también me hiciste daño, ahora me toca a mí

Ana; suéltame. No quiero…

Bill: uhm…-sonrió-eres tan… inocente…-me dijo al oído, le mire sin comprender muy bien- si me provocas… quieras o no, no va a importar…

Me resultaba extraño escuchar esas palabras, además de que me molestaba de sobremanera que llegara a pensar que yo podía estar a su disposición cuando el quisiera, cosa que no era. En ese momento de distracción logre darle la vuelta y ahora era yo la que sostenía sus manos, tenía que enseñarle quien tenía el mando.

Bill: no lo hagas…

Ana: ¿hacer qué?-me deslice por su cuello, rosando mis labios contra su piel-yo no hago nada

Bill: si continúas no me voy a poder contener…-dijo serio- y sé que estás cansada

Me levante ligeramente, justo ahora se me venían a la cabeza las palabras de Camila, “el impone y mucho”, definitivamente tenía razón, nadie que lo conociera podría negarlo, pero el ni siquiera se daba cuenta, iba por el mundo sin mirar el efecto que dejaba.

Bill: ¿nunca me escuchas, verdad?-Antes de que pudiera reaccionar ya lo tenía encima de mí

Ana: Bill no tengo fuerza-intentaba empujarle pero no lograba que se moviera ni un poco, así que deje de intentarlo. Desabrocho la blusa que llevaba deslizándose por mi abdomen y mi pecho
lentamente, no podía hacer otra cosa que dejarle hacer a su antojo.

Bill: lo sé. Te lo dije… no voy a detenerme

Ana: no he dicho que lo hagas…