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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Capitulo 62



Ana: Bill, despierta. Hazme caso por favor…

Bill: uhm-levanto la cabeza y bostezo-¿qué hora es?

Ana: diez a las siete

Bill: tan temprano-comento con voz ronca-bien… uhm... cinco minutos más… -se tapó de nueva
cuenta hasta la cabeza con la sabana

Ana: ¿ahora quién es el que no quiere levantarse? Eres un flojo

Bill: no preciosa flojo no soy, pero lo que tengo ahora es sueño porque cierta persona no me dejo dormir en toda la noche

Ana: no se de quien estás hablando, a mi ni me mires porque si mal no recuerdo el que no tenía sueño eras tú, así que ahora te jodes.

Bill: eres tan tierna

Ana: yo lo sé, pero…-saqué el celular del bolso y mire la hora- ahora me tengo que ir, después hablamos de lo dulce que soy, ten

Bill: ¿qué es?-se enderezo en su lugar y trato de acomodarse en vano el cabello y luego tomo el vaso que le ofrecía

Ana: tómalo. Es café. No puedo esperarte más, me tengo que ir sino voy a llegar
tarde

Bill: pero…

Ana: hay pan tostado, panecillos y cereal en la cocina. Ponle el seguro a la puerta antes de que te vayas. ¿Van a venir por ti verdad?

Bill: si

Ana: bien, te veo más tarde

Bill: ¡espera! ¿Vas a poder ir a los ensayos?

Ana: yo creo que sí, además no me perdería por nada del mundo a Tokio Hotel en concierto.

Sonrió desde su lugar y antes de cerrar la puerta estuve casi segura de haber visto como volvía a acostarse.

(…)

Valeria: ¿pero a donde dices que vamos?

Ana: al estudio ya te lo dije como cuatro veces

Valeria: pero Bill te invito a ti no a mí, yo no quiero estar ahí de entrometida.

Ana: que no mujer, pero que terca eres, no creo que Bill tenga problema ni nadie más, total, no vamos a intervenir ni nada por el estilo, además ¿qué no quieres escucharles?

Valeria: claro que quiero, es solo que lo que no quiero es incomodar…

Ana: solo será un ratito

Valeria: bueno está bien, voy contigo

Terminamos de recoger nuestras cosas y bajamos cuanto antes a la planta baja. En el transcurso del día Bill me había llamado primero para decirme que el mismo vendría por mí, pero llamo una segunda vez para decir que no le era posible pero que iba a mandar a alguien a las seis y media en punto y para eso todavía faltaban como quince minutos, así que aprovechamos para ir a comprar algunas bebidas. Cuando salimos de la pequeña tienda vimos una camioneta negra extrañamente familiar estacionada en la acera de enfrente.

Cruzamos y al llegar sin pensarlo Valeria toco dos veces uno de los vidrios y luego se acercó para poder mirar dentro.

Valeria: No hay nadie

Ana: ¿no? Entonces habrán ido a buscarnos al edificio ¿no crees?

Valeria: me pregunto quién habrá venido, ¡ay! pero si no se apuran me voy a congelar aquí afuera, me pregunto sí…- continuo mirando la camioneta y luego intento abrir la puerta delantera

Ana: Valeria… hey no hagas eso…

Xx: ¿puedo ayudarles en algo?-las nos dimos la vuelta en dirección donde escuchamos la voz. Una joven de cabello rizado nos observaba con curiosidad, no se alcanzaba a ver por completo pero en una de sus manos sostenía una cadena en tensión.

Valeria: ah… no, es que pensamos que… ¿esta camioneta es tuya?

Xx: sí.

Valeria: lo sentimos, es que esperábamos a un amigo y pensamos que esta era su camioneta

Xx: no hay problema- la chica sonrió y dio dos pasos a su derecha y el perro que traía subió la banqueta.

Valeria: oye- me dio un golpecillo con su codo- ¿no se parece a ‘scotty’?-el perro en seguida al vernos ladro una vez y seguido se acercó a nosotras, la chica jalo la cadena con algo de dificultad.- ¿’Scott’?-el can movió la cola y se dejó acariciar por mi amiga-si eres tu

Xx: vaya él las conoce. Ya sé. ¿De casualidad alguna de ustedes es Ana?

Ana: sí, yo, pero…

Xx: ¡claro! como no me di cuenta antes.
Bill me ha mandado.

Ana: ¿ha, sí? ¿Y tú eres…?

Xx: sí, perdón. Me llamo Sophia y soy parte del staff de Tokio Hotel

Ana: ¿entonces Bill te mando a ti a buscarme?

Sophia: si, bueno no, no iba a mandarme a mí, yo quería venir a la ciudad a comprar algunas cosas y me ofrecí para venir a buscarte

Ana: ya, ¿entonces podemos irnos supongo?

Sophia: ehm…

Valeria: ¿Ana que ese que viene ahí no es Tom?

Éste venía caminando hacia nosotras, venía bebiendo de un termo, en cuanto nos observó acelero el paso.

Tom: así que ya estabas aquí, y yo buscándote como tonto haya arriba

Ana: pues existe algo llamado teléfonos, ¿sabes?

Tom: ¿enserio? No, no lo sabía. ¿Dónde puedo conseguir uno de esos?

Ana: mm… Quizá Camila pueda ayudarte con eso, ella es la experta en telefonía, me sorprende que no te haya hablado antes de esos aparatitos

Tom: tan pronto la vea le preguntare-miró a Valeria y luego a Sophia- ¿ya se conocieron?

Ana: si…

Tom: ¿Valeria vienes con nosotros?- ésta lo miro dudosa, primero a él y luego observó a Sophia con atención

Ana: si, si va-conteste yo por ella porque al paso que íbamos quizá esperaba que le leyeran la mente

Tom: me parece bien, que bueno que vas, pensaba que igual y no podrías…- agarro la mano de la joven y le saco con cuidado la cadena con la que sostenía a ‘scott’, le paso el termo que llevaba
en las manos, pasó a quitarle la cadena al perro para luego abrir la cajuela y cargarlo en brazos para subirlo. -¿las llaves?

Sophia: mejor conduzco yo, ¿no crees?

Tom: ¿tú? Con todo respeto pero conduces como abuelita

Sophia: ¿¡Qué!? Se llama precaución Tom, además, yo conduzco mi auto como yo prefiera, así que ve cambiando tu forma de hablar conmigo porque te aseguro que te regresas caminando

Tom: Ya no recordaba lo sensible que eras, sabes que estoy bromeando-avanzó un par de pasos, extendió sus brazos hasta ella y la tomo del rostro con ambas manos-sabes que te quiero-le dio un beso en la mejilla

Sophia: eso no funciona conmigo

Tom: si funciona

Sophia: ah… -suspiro derrotada-ok, si funciona-saco las llaves de su abrigo y se las entrego-pero cuidado Tom que llevas nuestras vidas en tus manos-Tom sonrió como diciendo ‘pueden estar
tranquilas’ o como ‘mejor prepárense’.

Valeria: ¿Cómo…?

Tom: señoritas-abrió la puerta delantera y la de atrás luego se dirigió con esos andares seguros hasta el lado izquierdo del vehículo

Valeria: Tom sabe conducir…

Sophia: si, supongo, en realidad aprendió muy rápido- generalmente a los extranjeros les cuesta trabajo acostumbrarse a conducir del lado contrario, tanto que después ni siquiera lo intentan,
prefieren que alguien los lleve o que les traigan sus propios autos, al parecer nuestras calles los confunden, pero él me sorprendió lo hace bastante bien debo decir

Sophia se fue en lugar de copiloto y nosotras en los asientos traseros.

Valeria: Tom seguro que sabes lo que haces

Tom: por supuesto

Valeria: recuerda que las señales pueden variar y…

Tom: ¿quieres confiar en mí por una vez?-se subió el cierre de la chaqueta hasta el cuello y se colocó las gafas oscuras- ¿ves lo que hiciste Sophia? Las asustaste

Sophia: no yo no

Puso en auto en marcha, primero fue conduciendo normalmente y luego acelero tan pronto estuvimos fuera de la ciudad.

Tom: creo que todos estamos pensando en lo mismo. Soy bastante bueno conduciendo, más bien soy bastante bueno en muchas cosas, creo que hablo por ustedes. ¿No chicas?

Sophia: no sé cómo lo haces, ¿es que acaso también lees mentes?

Tom: otra habilidad del grandioso Tom

Sophia: ¿y no crees que le debes algo de crédito a quién te enseño a conducir? Tuviste una grandiosa maestra también, muy dedicada y paciente sobretodo

Tom: acostumbrarme a conducir aquí no me tomo ni cinco minutos... eso de grandiosa… no es precisamente el adjetivo que yo usaría…

Sophia: ¡uuuy!-alzo la voz- ¿Cómo qué no?

Tom: Jajaja pero ya te recompense por ello, ¿no?- le guiño un ojo antes de volver su mirada
a la carretera

Sophia: tienes razón, bien, no me quejo

Dada su conversación y la familiaridad en sus gestos y expresiones cualquiera podría decir que había cierto coqueteo entre ellos pero había algo que al final me hacía pensar que no se trataba de nada parecido, por supuesto no podía pedir la opinión de Valeria puesto que iba absorta de lo que se iba hablando no había manera de sacarla de su ensimismamiento.

El teléfono de Sophia volvió a sonar, esta vez sí contesto no sin antes mirar en la pantalla de quién se trataba.

Sophia: hola… sí. Si todo bien… que si… ya estamos llegando… aha…. Por supuesto. Está conduciendo… ¿quieres que…? sí, sí, que si ya estoy viendo el estudio. Hasta entonces.

Tom: ¿era David, no?

Sophia: si, quería saber si ya estábamos por llegar-recorrimos los últimos trozos de camino por llegar, aunque Tom se detuvo antes y se estaciono varios metros atrás.

Tom: que hombre tan desesperado. No hemos tardado tanto. ¿Compraste lo que te hacía falta?

Sophia: claro, llevo todo para hacer las fotos. Se van a quedar boquiabiertas cuando vean la escenografía, chicas-nos dijo- Se han lucido. Bueno me voy adelantando-bajo ella primero y después una pesada mochila-sino ya sabes cómo se
pone el jefe

Tom: si dile que ya voy yo también- después de bajar se aproximó a la cajuela la abrió para dejar bajar a ‘scott’- tú te quedas aquí amigo

Valeria: Sophia es muy linda

Tom: es muy linda si

Ana: ¿Cómo es que no la habíamos conocido antes?

Tom: hasta ahora se ha vuelto a reincorporar al equipo, pero de hecho ella estuvo en la fiesta que dimos aquí el año pasado

Ana: ¿de verdad? No me acuerdo

Valeria: bueno es que había mucha gente ese día y casi no les conocíamos

Tom: y además esa vez yo no me quede mucho tiempo, así que casi no me acuerdo…

Ana: cierto… - a mi mente volaron aquellas escenas de Tom y si no mal recordaba Nicole, que tanto Valeria y yo presenciamos en primera fila, nos quedamos en un corto pero incomodo silencio mirándonos indecisos

Tom: ella es una excelente fotógrafa y una chica muy inteligente, es una de las personas con las que me gusta hablar

Valeria: se nota que la quieres mucho

Tom: si, como no, si tengo años de conocerla.

Valeria: ¿años?-repitió con asombro- ¿Pero entonces ella sabe de las cosas que haces…?

Tom: ¿qué cosas?

Valeria: ya sabes… de… de la facilidad que tienes para hacer amigas…

Tom: ¿amigas?-enarco la ceja extrañado analizándola- ah… -movió la cabeza hacia abajo y sus ojos parpadearon-bueno Valeria como bien sabes ese no es ningún secreto… -termino por sacar las cosas que venían en la cajuela para después cerrarla-pero…no entiendo que tiene que ver
eso…-la miro directamente a los ojos como antes no lo había hecho

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