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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Capitulo 62



Ana: Bill, despierta. Hazme caso por favor…

Bill: uhm-levanto la cabeza y bostezo-¿qué hora es?

Ana: diez a las siete

Bill: tan temprano-comento con voz ronca-bien… uhm... cinco minutos más… -se tapó de nueva
cuenta hasta la cabeza con la sabana

Ana: ¿ahora quién es el que no quiere levantarse? Eres un flojo

Bill: no preciosa flojo no soy, pero lo que tengo ahora es sueño porque cierta persona no me dejo dormir en toda la noche

Ana: no se de quien estás hablando, a mi ni me mires porque si mal no recuerdo el que no tenía sueño eras tú, así que ahora te jodes.

Bill: eres tan tierna

Ana: yo lo sé, pero…-saqué el celular del bolso y mire la hora- ahora me tengo que ir, después hablamos de lo dulce que soy, ten

Bill: ¿qué es?-se enderezo en su lugar y trato de acomodarse en vano el cabello y luego tomo el vaso que le ofrecía

Ana: tómalo. Es café. No puedo esperarte más, me tengo que ir sino voy a llegar
tarde

Bill: pero…

Ana: hay pan tostado, panecillos y cereal en la cocina. Ponle el seguro a la puerta antes de que te vayas. ¿Van a venir por ti verdad?

Bill: si

Ana: bien, te veo más tarde

Bill: ¡espera! ¿Vas a poder ir a los ensayos?

Ana: yo creo que sí, además no me perdería por nada del mundo a Tokio Hotel en concierto.

Sonrió desde su lugar y antes de cerrar la puerta estuve casi segura de haber visto como volvía a acostarse.

(…)

Valeria: ¿pero a donde dices que vamos?

Ana: al estudio ya te lo dije como cuatro veces

Valeria: pero Bill te invito a ti no a mí, yo no quiero estar ahí de entrometida.

Ana: que no mujer, pero que terca eres, no creo que Bill tenga problema ni nadie más, total, no vamos a intervenir ni nada por el estilo, además ¿qué no quieres escucharles?

Valeria: claro que quiero, es solo que lo que no quiero es incomodar…

Ana: solo será un ratito

Valeria: bueno está bien, voy contigo

Terminamos de recoger nuestras cosas y bajamos cuanto antes a la planta baja. En el transcurso del día Bill me había llamado primero para decirme que el mismo vendría por mí, pero llamo una segunda vez para decir que no le era posible pero que iba a mandar a alguien a las seis y media en punto y para eso todavía faltaban como quince minutos, así que aprovechamos para ir a comprar algunas bebidas. Cuando salimos de la pequeña tienda vimos una camioneta negra extrañamente familiar estacionada en la acera de enfrente.

Cruzamos y al llegar sin pensarlo Valeria toco dos veces uno de los vidrios y luego se acercó para poder mirar dentro.

Valeria: No hay nadie

Ana: ¿no? Entonces habrán ido a buscarnos al edificio ¿no crees?

Valeria: me pregunto quién habrá venido, ¡ay! pero si no se apuran me voy a congelar aquí afuera, me pregunto sí…- continuo mirando la camioneta y luego intento abrir la puerta delantera

Ana: Valeria… hey no hagas eso…

Xx: ¿puedo ayudarles en algo?-las nos dimos la vuelta en dirección donde escuchamos la voz. Una joven de cabello rizado nos observaba con curiosidad, no se alcanzaba a ver por completo pero en una de sus manos sostenía una cadena en tensión.

Valeria: ah… no, es que pensamos que… ¿esta camioneta es tuya?

Xx: sí.

Valeria: lo sentimos, es que esperábamos a un amigo y pensamos que esta era su camioneta

Xx: no hay problema- la chica sonrió y dio dos pasos a su derecha y el perro que traía subió la banqueta.

Valeria: oye- me dio un golpecillo con su codo- ¿no se parece a ‘scotty’?-el perro en seguida al vernos ladro una vez y seguido se acercó a nosotras, la chica jalo la cadena con algo de dificultad.- ¿’Scott’?-el can movió la cola y se dejó acariciar por mi amiga-si eres tu

Xx: vaya él las conoce. Ya sé. ¿De casualidad alguna de ustedes es Ana?

Ana: sí, yo, pero…

Xx: ¡claro! como no me di cuenta antes.
Bill me ha mandado.

Ana: ¿ha, sí? ¿Y tú eres…?

Xx: sí, perdón. Me llamo Sophia y soy parte del staff de Tokio Hotel

Ana: ¿entonces Bill te mando a ti a buscarme?

Sophia: si, bueno no, no iba a mandarme a mí, yo quería venir a la ciudad a comprar algunas cosas y me ofrecí para venir a buscarte

Ana: ya, ¿entonces podemos irnos supongo?

Sophia: ehm…

Valeria: ¿Ana que ese que viene ahí no es Tom?

Éste venía caminando hacia nosotras, venía bebiendo de un termo, en cuanto nos observó acelero el paso.

Tom: así que ya estabas aquí, y yo buscándote como tonto haya arriba

Ana: pues existe algo llamado teléfonos, ¿sabes?

Tom: ¿enserio? No, no lo sabía. ¿Dónde puedo conseguir uno de esos?

Ana: mm… Quizá Camila pueda ayudarte con eso, ella es la experta en telefonía, me sorprende que no te haya hablado antes de esos aparatitos

Tom: tan pronto la vea le preguntare-miró a Valeria y luego a Sophia- ¿ya se conocieron?

Ana: si…

Tom: ¿Valeria vienes con nosotros?- ésta lo miro dudosa, primero a él y luego observó a Sophia con atención

Ana: si, si va-conteste yo por ella porque al paso que íbamos quizá esperaba que le leyeran la mente

Tom: me parece bien, que bueno que vas, pensaba que igual y no podrías…- agarro la mano de la joven y le saco con cuidado la cadena con la que sostenía a ‘scott’, le paso el termo que llevaba
en las manos, pasó a quitarle la cadena al perro para luego abrir la cajuela y cargarlo en brazos para subirlo. -¿las llaves?

Sophia: mejor conduzco yo, ¿no crees?

Tom: ¿tú? Con todo respeto pero conduces como abuelita

Sophia: ¿¡Qué!? Se llama precaución Tom, además, yo conduzco mi auto como yo prefiera, así que ve cambiando tu forma de hablar conmigo porque te aseguro que te regresas caminando

Tom: Ya no recordaba lo sensible que eras, sabes que estoy bromeando-avanzó un par de pasos, extendió sus brazos hasta ella y la tomo del rostro con ambas manos-sabes que te quiero-le dio un beso en la mejilla

Sophia: eso no funciona conmigo

Tom: si funciona

Sophia: ah… -suspiro derrotada-ok, si funciona-saco las llaves de su abrigo y se las entrego-pero cuidado Tom que llevas nuestras vidas en tus manos-Tom sonrió como diciendo ‘pueden estar
tranquilas’ o como ‘mejor prepárense’.

Valeria: ¿Cómo…?

Tom: señoritas-abrió la puerta delantera y la de atrás luego se dirigió con esos andares seguros hasta el lado izquierdo del vehículo

Valeria: Tom sabe conducir…

Sophia: si, supongo, en realidad aprendió muy rápido- generalmente a los extranjeros les cuesta trabajo acostumbrarse a conducir del lado contrario, tanto que después ni siquiera lo intentan,
prefieren que alguien los lleve o que les traigan sus propios autos, al parecer nuestras calles los confunden, pero él me sorprendió lo hace bastante bien debo decir

Sophia se fue en lugar de copiloto y nosotras en los asientos traseros.

Valeria: Tom seguro que sabes lo que haces

Tom: por supuesto

Valeria: recuerda que las señales pueden variar y…

Tom: ¿quieres confiar en mí por una vez?-se subió el cierre de la chaqueta hasta el cuello y se colocó las gafas oscuras- ¿ves lo que hiciste Sophia? Las asustaste

Sophia: no yo no

Puso en auto en marcha, primero fue conduciendo normalmente y luego acelero tan pronto estuvimos fuera de la ciudad.

Tom: creo que todos estamos pensando en lo mismo. Soy bastante bueno conduciendo, más bien soy bastante bueno en muchas cosas, creo que hablo por ustedes. ¿No chicas?

Sophia: no sé cómo lo haces, ¿es que acaso también lees mentes?

Tom: otra habilidad del grandioso Tom

Sophia: ¿y no crees que le debes algo de crédito a quién te enseño a conducir? Tuviste una grandiosa maestra también, muy dedicada y paciente sobretodo

Tom: acostumbrarme a conducir aquí no me tomo ni cinco minutos... eso de grandiosa… no es precisamente el adjetivo que yo usaría…

Sophia: ¡uuuy!-alzo la voz- ¿Cómo qué no?

Tom: Jajaja pero ya te recompense por ello, ¿no?- le guiño un ojo antes de volver su mirada
a la carretera

Sophia: tienes razón, bien, no me quejo

Dada su conversación y la familiaridad en sus gestos y expresiones cualquiera podría decir que había cierto coqueteo entre ellos pero había algo que al final me hacía pensar que no se trataba de nada parecido, por supuesto no podía pedir la opinión de Valeria puesto que iba absorta de lo que se iba hablando no había manera de sacarla de su ensimismamiento.

El teléfono de Sophia volvió a sonar, esta vez sí contesto no sin antes mirar en la pantalla de quién se trataba.

Sophia: hola… sí. Si todo bien… que si… ya estamos llegando… aha…. Por supuesto. Está conduciendo… ¿quieres que…? sí, sí, que si ya estoy viendo el estudio. Hasta entonces.

Tom: ¿era David, no?

Sophia: si, quería saber si ya estábamos por llegar-recorrimos los últimos trozos de camino por llegar, aunque Tom se detuvo antes y se estaciono varios metros atrás.

Tom: que hombre tan desesperado. No hemos tardado tanto. ¿Compraste lo que te hacía falta?

Sophia: claro, llevo todo para hacer las fotos. Se van a quedar boquiabiertas cuando vean la escenografía, chicas-nos dijo- Se han lucido. Bueno me voy adelantando-bajo ella primero y después una pesada mochila-sino ya sabes cómo se
pone el jefe

Tom: si dile que ya voy yo también- después de bajar se aproximó a la cajuela la abrió para dejar bajar a ‘scott’- tú te quedas aquí amigo

Valeria: Sophia es muy linda

Tom: es muy linda si

Ana: ¿Cómo es que no la habíamos conocido antes?

Tom: hasta ahora se ha vuelto a reincorporar al equipo, pero de hecho ella estuvo en la fiesta que dimos aquí el año pasado

Ana: ¿de verdad? No me acuerdo

Valeria: bueno es que había mucha gente ese día y casi no les conocíamos

Tom: y además esa vez yo no me quede mucho tiempo, así que casi no me acuerdo…

Ana: cierto… - a mi mente volaron aquellas escenas de Tom y si no mal recordaba Nicole, que tanto Valeria y yo presenciamos en primera fila, nos quedamos en un corto pero incomodo silencio mirándonos indecisos

Tom: ella es una excelente fotógrafa y una chica muy inteligente, es una de las personas con las que me gusta hablar

Valeria: se nota que la quieres mucho

Tom: si, como no, si tengo años de conocerla.

Valeria: ¿años?-repitió con asombro- ¿Pero entonces ella sabe de las cosas que haces…?

Tom: ¿qué cosas?

Valeria: ya sabes… de… de la facilidad que tienes para hacer amigas…

Tom: ¿amigas?-enarco la ceja extrañado analizándola- ah… -movió la cabeza hacia abajo y sus ojos parpadearon-bueno Valeria como bien sabes ese no es ningún secreto… -termino por sacar las cosas que venían en la cajuela para después cerrarla-pero…no entiendo que tiene que ver
eso…-la miro directamente a los ojos como antes no lo había hecho

lunes, 14 de noviembre de 2011

Capítulo 61

Ana: ¿no piensas soltarme?

Le pregunte a penas en un susurro, necesitaba tocarle y acariciar su cuerpo


Bill: No.

Ana: pero…

Bill: pero nada.-Se dirigió a uno de mis hombros desnudo, sentía como por el subía y bajaba su respiración, intente soltarme sin ningún resultado, advertí como le complacía la situación cuando note que sonreía contra mi cuello, no podía permitir que se saliera con la suya.

Ana: Bill me haces daño…-le dije, aunque era mentira, pero necesitaba una forma de distraerlo

Bill: eso es lo que quiero…

Ana: Qué?




Él solo me mostro una sonrisa oscura y deslumbrante

Termino por provocar que la temperatura de mi cuerpo se disparar sin control, evaporando con ello la poca voluntad que tenía.

Por fin soltó mis manos peros solo para agarrarme de las piernas y elevarme, se apoyó con la pared, envolví mis piernas alrededor de su cadera al tiempo que también me sostenía de sus hombros, me llevo hasta el sillón más amplio de la habitación.

Casi podía sentir como el calor se había impregnado en toda la habitación al punto mismo de sofocar. Hizo que me recostara y casi de inmediato dejo caer, casi con violencia, todo el peso de su cuerpo, la madera del mueble crujió y no tuve más noción del tiempo.

(...)




Desperté alrededor de las tres de la mañana o eso suponía, quería levantarme y mirar la hora pero la verdad era que no quería hacerlo, no quería perder ni un minuto lejos de Bill, era como si al momento de levantarme el tiempo se agotara y llegara el momento en que tendríamos que separarnos, además de que quería guardar ese momento en mi memoria pasara lo que pasara, me abrace más fuerte a él y casi creo que lo sintió porque juraba que había apretado mi mano, la cual sostenía y descansaba en su pecho.

Me quede quieta esperando a ver si abría los ojos pero no lo hizo y supuse que había sido un reflejo, me solté de su mano suavemente sin perder de vista sus facciones, las cuales después leí con mis dedos

Bill: ¿qué tienes? –preguntó tomándome por sorpresa inclusive aún tenía los ojos cerrados- le mire unos segundos hasta que reaccione y le conteste

Ana: ¿yo? Nada, ¿por qué?

Bill: no sé… creo que algo te preocupa-abrió los ojos




Ana: ¿a, mí? Pues no… nada…

En realidad si había algo que me atormentaba, y en realidad era el propio Bill, quien había abierto la puerta a esa inquietud, lo había dicho en un comentario la noche anterior, tal vez no dándole la importancia que tenía pero ciertamente si me tenía preocupada. Pero el tan solo dedicarles un pensamiento a ellos me hacía consumirme lentamente y prefería evadirlo. La distancia con mis padres, y no precisamente la física ya me estaba pasando factura.

Bill: ¿te parece si vamos a la cama? La verdad es que aquí ya no estoy tan cómodo, estas apunto de dejarme en el suelo

Fue entonces que me percate que estaba en la orilla del sofá y como había dicho a punto de caerse.

Ana: jajá pues me lo hubieras dicho antes… pero no quiero. Yo no tengo la culpa de que seas un gigante y que no quepas en el sofá

Bill: yo no soy un gigante, es solo que casi todos a mí alrededor son demasiado pequeños… pero está bien, porque por eso puedo hacer contigo a mi antojo…

Ana: ¡Bill!!

Bill: ¿qué? Es la verdad

Ana: no es cierto

Bill: sí que lo es y te lo acabo de demostrar

Ana: ¿sabes qué? No te voy a dar el gusto de hablar al respecto

Bill: no, claro que no. Porque tengo razón. Ven que te lo demuestro una vez más…

Ana: No.




Bill: ¿por qué luchas conmigo? Si aunque digas que no, siempre terminamos haciendo el amor

En ese momento sentí que el calor volvió a apoderarse de mis mejillas. Sabía que a Bill le costaba ser el primero en hablar pero tan pronto como comenzaba no había quien le parara… me reacomode en mi lugar, Bill se enderezo y me cubrió con su abrigo.

Bill: Ven, que yo te llevo

Ana: ¿Cómo?-se puso de pie, estando completamente desnudo y abrió la puerta del estudio.- ¿Acaso eres sordo? Te dije que no.

Bill: anda, vamos. Sabes que no tienes opción.- y antes que terminara de hablar me cogió en brazos y me levanto

Ana: ¿pero a ti se te ha botado un tornillo?-me aferre a su cuerpo para no resbalar- ¿Cómo crees que vas a llevarme? No vas a aguantarme, además que tal si ahí está Valeria y te ve así…

Bill: no creo que este. Y si esta, supongo estará en su habitación, tomando en cuenta que probablemente sepa que estoy aquí

Ana: bueno tal vez… pero igual no me aguantas estoy pesadísima, nos vamos a caer…-me abrace a su cuello lo más fuerte que puede cuando íbamos avanzando por el pasillo

Bill: ya verás que llegamos sanos y salvos, además estás tan pequeña no estás tan pesada

Ana: ¿perdón? ¿¡qué no estoy tan pesada!? Deberías de decir: ‘pero si eres ligera como pluma’ jaja

Bill: eso iba a decir, ¡uufff...! ¡que me caigo…!- bromeo mientras avanzo por la sala hasta llegar al otro corredor, paso de largo el cuarto de Valeria haciendo circo, maroma y teatro para no caernos, hasta que llego a la siguiente habitación que era la mía. Bill se inclinó con dificultad haciendo malabares para no perder el equilibrio

Ana: haber déjame, yo abro, bájame ya. Es una orden.

Bill: ¿y desde cuando me das órdenes tu a mi?

No supe como pero logro abrir la puerta, cuando logramos entrar sin darse la vuelta empujo la puerta con la pierna logrando cerrarla, llego hasta la cama y me dejo caer suavemente

Bill: ¿ves como no pasó nada?

Ana: tienes más fuerza de la que me había imaginado-me reí

Bill: te ves encantadora con tus hoyuelos en las mejillas

Ana: si- sentí todo el calor concentrado en el rostro-¿Te gustan?

Bill: más de lo que imaginas

Ambos nos metimos debajo de las cobijas, nos quedamos abrazados, notaba a Bill pensativo y por lo visto como yo sin una pizca de sueño.

Ana: ¿Qué te pasa?

Bill: nada

Ana: ¿seguro?




Bill: sí. Bueno… es solo que antes de comenzar la gira espero de verdad que vayamos a Alemania. Quiero estar en casa. No hay nada como la familia.

Me miro fijo a los ojos. Y ahora como otras veces me preguntaba si lo hacía a propósito. Ahora sabía a donde iba. Pase saliva, no puede evitar sentir como se me estrujaba el corazón y él se daba cuenta.

Un singular brillo en sus ojos apareció. Tuve que sentarme para tomar aire, sentía que los pulmones se me encogían.

Bill: ¿te sientes mal? -él se reincorporo en su lugar.

Su expresión era seria pero no había un verdadero tono de preocupación en su voz. No entendía como a veces podía llegar a ser tan cruel.

Ana: ¿para qué me lo preguntas? Si ya lo sabes.

Bill: ¿saber qué?- dijo despreocupado haciéndose para atrás nuevamente, recargándose en el respaldo de la cama

Ana: nada.

Bill: ¿nada, segura?

Ana: muy segura.

Volvió a reincorporarse en la cama, me tomo de la barbilla e hizo que le mirara antes de besarme.

Bill: no tengo sueño ¿y tú?

Ana: tampoco…

Bill me tomo de la cintura atrayéndome hacia él, los dos nos fuimos recostando despacio. Yo me quede bocarriba mirando el techo y él se colocó a un lado, enredando su pierna entre las mías.

Bill: Ey, ¿qué pasa?

Ana: ¿mande?

Bill: que llevo horas hablándote y tú en la luna. Quiero un poco de atención.-no pude evitar sonreír cuando verdaderamente note que estaba molesto, me volví y me acurruque a su lado.- ¿por qué estás tan distraída? –Aparto el cabello de mi cara y se inclinó hasta acercarse a mi oído- ¿Fue por lo que dije?

Ana: ¿eh? ¿Cómo?

Bill: ¿tú vas a casa o tus padres vienen a visitarte? ¿Por qué nunca hablas de ellos?- Sentí todo el calor del cuerpo acumulado en la cara, mi expresión tendría que ser la viva imagen de la indignación, como se atrevía a preguntarme algo así en ese momento, soñaba si creía que iba a obtener respuestas aprovechándose de la situación.

Ana: no es justo que me preguntes eso ahora- aparte su mano con brusquedad y me aleje todo lo que me fue posible.

Bill: ¿qué, no es justo?

Ana: ya lo sabes.

Bill: ¿qué?

Ana: Te estas aprovechando de esto... Ahora… ahora no es el momento.




Bill: ¿Cuándo entonces?- dijo con notoria molestia

Ana: es complicado…

Bill: Estoy aquí. Puedes hablar conmigo

Escuche sinceridad en sus palabras pero si seguía así, y si lo miraba a los ojos sabía que iba a derrumbarme y no podía dejar que me viera así. Abrace mis rodillas con fuerza como si eso fuera a ayudar a sostener mi armadura.

Ana: hace mucho que no los veo…

Bill: ¿por qué?

Ana: no sé. Yo… no he tenido tiempo…

Bill: eso no es excusa

Ana: lo sé… pero es que simplemente perdimos comunicación… ni siquiera se como están… - sentí un estrujón en el interior y seguido sentí una lágrima rodar por mi rostro.

Bill: ¿desde cuándo?

Ana: Bill…

Bill: ¿Cuándo fue la última vez que hablaste con ellos?

Ana: ¿porque me haces esto? Me más daño de lo crees

Bill: Perdóname. Yo… no quería ser brusco.

Ana: hace-inhale lo mas profundo que pude- Mucho. Meses… no sé…

Bill: ¿y por qué no los llamas?

Ana: no es tan sencillo

Bill: claro que lo es, que tal si…

Ana: ¡No!-grite

Se quedó quieto mirándome extrañado y debía estarlo, ni siquiera yo esperaba esa reacción de mí.

Bill: ¿Cuál es el problema?

Ana: porque sería peor ¿entiendes? Mi padre no me dirige la palabra y a mi mamá sé que le hace mal hablar conmigo, en vez de tranquilizarle sé que se pone más triste cuando llamo. No puedo… - otra lágrima rodo por mi rostro, hubiera deseado no haberlo hecho porque después cayeron otras más.-Ya perdí mucho tiempo, es demasiado tarde… no van a perdonarme todo el tiempo que deje pasar

Bill: estas equivocada. Nunca es tarde, son tus padres, no sé qué problemas hayan tenido pero sé que tiene solución

Ana: ¿ha, si? ¿Lo crees de verdad?- trate de sonreír pero creo que no lo logre

Bill: todo estará bien- dijo y esas simples palabras me hicieron creer que así era. Junto a él todo parecía posible.-Llámalos.

Ana: no puedo…

Bill: Al menos inténtalo

Ana: necesito tiempo para reunir valor

Bill: está bien, pero no tardes mucho más

Ana: si…

Bill: ¿ahora puedes sonreír para mí? Quiero ver esos hoyuelos en tus mejillas de nuevo
Ana: ¿eh? –no pude evitar ponerme roja-No. A mí no me gustan.

Bill: ¿¡Qué!? Pero a mí sí, y esta noche decido yo. ¿Lo olvidaste?

Ana: ¿quién dijo que tú?




Bill: no es algo que necesite decir…

Acerco una mano a mi cara y limpio una de mis lágrimas.

Bill: no voy a dejar que nada te hiera, te lo aseguro

No pude resistir más, subí la mirada y mi mano como por voluntad propia voló a su costado derecho, se inclinó hacia mí y nuevamente dio el primer paso. Sus manos pasaron a mi espalda haciendo presión y sus uñas se encajaron en mi piel. Entendí lo que quería. Me senté encima de el con las piernas alrededor de su cadera, nuestros labios se movieron pausadamente pero conforme avanzaba el tiempo nuestros besos se volvieron más desesperados y exigentes, mordisquee sus labios y me separe de él, note como algo se tensaba bajo las sábanas.

Se recostó lentamente y yo me incline y fui recorriendo con mi boca cada centímetro de su torso, mientras escuchaba los gemidos de su respiración agitada.

Jugueteaba con mi cabello, hasta que agarro una de mis manos y me hizo subir para que encontrara su boca y lo besara de nuevo, mordió con fuerza mi labio inferior haciendo que se me escapara un gemido de dolor, él sonrió y como respuesta hice presión con mi rodilla en su entrepierna, se levantó con brusquedad haciendo que lo hiciera yo también.

Bill: no juegues así…

Ana: ¿por qué no?

Bill: puede haber consecuencias




Ana: no me dan miedo las consecuencias

Su pecho subía y bajaba agitado, sus dedos se fundieron en mi espalda acercándome más a él, luego apoyando sus manos en la cama se hizo hacia atrás conmigo encima. Sus manos iban dispuestas a palpar lo que sus ojos seguían con la mirada pero logre tomarlas antes que continuarán su camino haciendo que se quedaran sobre la cama. Volví a su boca pero solo rocé sus labios. Dirigiéndome a su cuello, lo recorrí con la lengua para detenerme en el lóbulo de su oreja y tras hacer lo mismo le di un pequeño y quizá doloroso mordisco, se apartó sin quitarme la vista de encima haciendo que me estremeciera baja esa mirada que lograba penetrar en mi alma, se inclinó hasta llegar a mis pechos haciendo un sutil recorrido con la lengua, sus manos escaparon de las mías, se movieron apretando mis glúteos.

Cuando había llegado el momento se recostó instándome a marcar el ritmo, no pude evitar gemir cuando sentí como se iba abriendo pasó en mí.

Sus manos, se posaron en mi cintura, apenas perceptibles, vi como en ese momento Bill se mordió el labio inferior, y al mismo tiempo sus uñas se me clavaban en la piel, haciendo que la sangre me hirviera.

Algo dentro de mí estallaba poco a poco, me sentía desvanecer, me incline hacia Bill haciéndoselo saber, su nariz cosquillo mi barbilla antes de que me hubiera separado de él. Golpeó la mano con la que me apoyaba y me hizo caer de espalda.

Se volvió con rapidez colocándose encima de mí volviendo a convertirse en una fiera salvaje a punto de cazar pero también al mismo tiempo cauteloso, yo también me prepare para recibirle nuevamente. Un grito desgarrador salió de mi garganta cuando le sentí aún más profundamente, en ese momento deslizo sus manos bajo mi espalda y subió hasta mí para besarme, yo también me aferre a él, abrazándole. Sus movimientos eran sutiles pero con fuerza, salvaje pero al mismo tiempo dulce como solo él podía ser.

Sentía como si en cualquier momento fuese a explotar, no podía más, el momento del clímax estaba por culminar, de nuevo me sentía desvanecer, oía los latidos acelerados de mi corazón aunados con los gemidos de Bill seguidos de los espasmos que le recorrían el cuerpo.


jueves, 10 de noviembre de 2011

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El capitulo 60 ha sido publicado, para quien seguía esperando a que publicara algo, la verdad me tiene seriamente abrumada el cambio de blogger, bueno para ser sincera no sé si se deba a algún cambio o si el problema es mi ordenador (bien podría ser eso) ya que realmente me costo trabajo subir las entradas anteriores, además de que he notado también que en mixpod, el código html ha cambiado, además de que casi ninguna canción o al menos la que yo quería poner "no es soportada o ha sido deshabilitada..."
Así que disculpen los errores técnicos.

Capitulo 60

Durante el camino tanto Bill como yo íbamos en silencio, las únicas voces que se escuchaban eran las de Toby y Benjamín que mantenían una animada conversación que no podía entender, puesto que era en alemán. Yo iba recargada en el pecho de Bill, el cual se expandía y se
contraía con fuerza, indicándome que de vez en cuando reía. Iba acariciando uno de mis brazos de arriba abajo con las yemas de sus dedos, en movimientos delicados e irritantemente
lentos, no me había percatado de que ya habíamos llegado sino hasta que dejo de hacerlo.

La camioneta se había estacionado a un lado de la banqueta, tanto Toby como Benjamín se
bajaron, dejándonos solos. Los mire un momento mientras ellos estiraban las
piernas como si hubiera sido bastante prolongado el tiempo que hubieran permanecido sentados.

Ana: Desde un principio te hubieras quedado aquí-me queje- y no hubieras tenido que dar la
vuelta en vano. Ahora te tienes que regresar al hotel y...

Bill: te equivocas princesa. De aquí me voy al estudio. Los demás ya deben de estar
haya…

Ana: ¿en serio? Bueno… entonces… creo que yo me voy…-permaneció en
silencio mientras me miraba con el cejo fruncido

Bill: ¿no me vas a dar un…?-Le di un corto beso antes de que terminara de hablar- abrí la puerta
pero él me atrajo hacía si de nuevo, entonces ésta se cerró.

Ana: espérate Bill, pero que hac…

Bill: ¿Cómo qué? me despido como se debe…

Estuvimos unos minutos más “despidiéndonos” hasta que decidí que ya nos habíamos excedido
demasiado tiempo

Ana: Toby y Benjamín ya sabían lo que ibas a hacer, ¿no? Por eso se bajaron… -el solo sonrió-
que bien te conocen. Pero espera… ¿cuantas veces has hecho esto…?-su sonrisilla
traviesa no me gusto para nada. Decidí que era mejor no saber.

Bill: nos vemos en la noche para ir a cenar. Ah y te aviso desde ahora que me voy a cobrar con creces por lo de hace rato…

Ana: ¿qué cosa? ¿Por qué te quedaste con las ganas? Mm… jajaja no me lo recuerdes que me muero de la risa. Yo creo que en la noche no te voy abrir.

Bill: no me quedara más remedio que entrar por la ventana…

Ana: eso quiero verlo…

Me quede parada delante de la reja del edificio mientras veía como la camioneta se iba alejando,
cuando no hubo ni rastro de ella empecé por subir las escaleras perezosamente, no tenía
ganas de ir a ningún lado pero tenía que hacerlo. Me sorprendió ver la puerta
del apartamento completamente abierta como si nada, todavía era muy temprano para que Valeria estuviera ahí, suponía que estaba todavía con Dean, pero tal vez estuviera
equivocada.

Cuando entre tampoco vi a nadie y tampoco nada fuera de lo normal, a excepción de la puerta
abierta. Arroje mi bolso al sillón, dos segundos después se oyó un pequeño quejido, entonces vi como una cabeza se asomaba por el mueble.

Camila: ¿podrías tener más cuidado con eso? Me dolió-se quejó

Ana: ¿y como iba yo a saber que estabas ahí escondida?

Camila: no estoy escondida-aclaro- estaba buscando un arete que se me cayó

Ana: porsupuesto...

Camila: ¿se fue Bill?

Ana: ¿eh? Si… pero… ¿Cómo sabes que Bill estaba aquí?

Camila: los vi por la ventana

Ana: ah…

Cerré la puerta antes de aproximarme al sillón donde Camila ya me daba mi bolso de vuelta.

Ana: ¿y tu que haces aquí? Pensé que estarías con…-me quede callada antes de terminar de
regarla por enésima vez en el día que apenas comenzaba, al momento que observaba
como se le formaba una expresión de malestar.

Camila: ¿con quién?-frunció el ceño- ¿Con Tom?-inquirió

Ana: eh...

Camila: pues No-se puso de pie sacudiéndose la ropa.

Ana: es que creí… como anoche se fueron juntos…
Camila: Si, pero te recuerdo que también iba Gustav. Además el que me haya venido con Tom no
quiere decir que tenga que terminar la noche con el, ¿o, si?

Ana: no, pues no. Claro que no.

Camila: pues eso.

Ana: ¿Y Valeria?

Camila: ella sí que no llego a dormir. Hace como 20 minutos hable con ella, dijo que se iría
directamente al trabajo.

Ana: ¡el trabajo! Claro, yo también tendría que ir tirando para allá- dije dirigiéndome a mi habitación- me voy a ir a dar una ducha rápida-le grite-Que te parece si te alistas y te vienes conmigo para que no te quedes todo el día sola.

Camila: ¿pero no habrá problema?

Ana: nooo-le grité.

Camila: ok. En ese caso, entonces sí

Salimos quince minutos después, paramos en una tienda y llevamos café y galletas entre otras cosas, notaba como de vez en cuando a Camila se le cerraban los ojos, se quedó sentada en recepción mientras registraba mi hora de llegada, luego no me quedo otra que hacerla subir las
escaleras debido a que un montón de personas esperaban el ascensor.

Ana: te hubieras quedado a dormir

Camila: ¿Cómo dices?

Ana: que te hubieras quedado a dormir en casa, te estas cayendo de sueño

Camila: no podría de todas maneras, por más que lo intente…

Ana: ¿y llevas mucho así?

Camila: pues…-hizo una pausa- un momento… ¿estás tratando de diagnosticarme algo?

Ana: ¿eh? No

Camila: aja

Ana: ah… que no

Camila: mira, ahí está tu amigo

Ana: ¿quién?-levante la vista en la dirección en que señalaba, Alex venía caminando hacia nosotras. Le pedí a Camila que me esperara en mi oficina mientras lo saludaba, así que se adelantó y yo me quede esperando a que llegara.

Alex: hola

Ana: hola

Alex: ¿Cómo lapasaron?
Ana: bien, bien

Alex: claro, no esperaba menos…

Ana: ¿qué fue lo que tuviste que hacer?

Alex: ¿qué?

Ana: si, ¿Cuáles eran los pendientes que tenías?

Alex: ah eso. Asuntos personales que ya resolví. –respondió cortante.

Ana: Que bien, me alegro que haya sido así.

Los dos nos quedamos en silencio, luego Alex se quedó leyendo uno de los documentos que traía en la mano.

Alex: la siguiente parada será en Roma

Ana: ¿Cómo dices?

Alex: que la próxima reunión con los inversionistas será en Roma

Ana: ah, ya. Eso suena muy bien.

Alex: ¿tú vas a ir?- pregunto inseguro

Ana: me temo que no. Creo que será Valeria

Alex: ya. Tendré que hablar con ella, ya que será la semana entrante, tenemos que darnos prisa para tener todo listo

Ana: si quieres yo le voy adelantando algo

Alex: te lo agradecería mucho. Mmm…-titubeo- supongo que hoy también vas a salir con ellos…
Ana: eso creo

Alex: que pena. Para tus amigos ya no tienes tiempo…

Ana: sabes que no es así

Alex: ¿sabes qué? En realidad no lo sé… aunque supongo que quieres estar todo el tiempo que puedas con tu novio, como el se la pasa viajando… y tú-hizo una pausa mientras me
observaba sin parpadear-sabes que eso nunca va a cambiar…

Ana: si… lo sé-acepte fastidiada, estaba a empezar por molestarme esa actitud que estaba tomando contra ellos

Ni siquiera había terminado de hablar cuando ya se pasaba por mi lado en dirección a los
ascensores, sabía que algo lo tenía preocupado o enojado, porque todavía ayer
andaba bastante bien y ahora se había mantenido serio todo el rato, quería
suponer que se debía a un asunto personal y no a ellos o a Bill, porque si era así no tendría otra que aceptarlo de un modo u otra y dejar de ser tan infantil e inmaduro.

Pase a archivo a recoger unos documentos, cuando llegue me encontré a Camila echándole un vistazo a la oficina.

Camila: es muy bonita

Ana: gracias

Camila: pero no es tan grande como la que yo tengo- se rió

Ana: si ya me imagino, pero gracias de todas formas por hacérmelo notar

Camila: de nada-sonrió

Ana: toma- le di mi laptop- siéntate allá y conéctate para que no te aburras que yo me tengo que poner a revisar unas cosas y luego tengo que capturar unos datos

Camila: ok, ni cuenta te vas a dar que estoy aquí

Ana: más te vale

Camila: oye si tú fuiste la que me trajo aquí

Unos golpecitos secos se empezaron a escuchar, alcance a tomar mi teléfono antes de que se cayera del escritorio. Mire la pantalla antes de contestar

Ana: adivina quién es

Camila: dejame adivinar ¿tu príncipe azul?

Ana: ¿eh? No. Es Tom

Camila: ¿Tom? No le digas que estoy aquí

Ana: ¿por qué no?

Camila: Porque… porque no

Ana: hola guapo- puse el teléfono en altavoz

Tom: hola guapísima

Ana: ¿Cómo estás?

Tom: tú misma lo has dicho

Ana: claro que tonta

Tom: ¿Cómo te fue ayer con Bill?

Ana: para que me preguntas si seguramente él ya te conto…

Tom: bueno si… algo… pero quería saberlo de ti

Ana: ¿alguien te ha dicho que eres un amor?

Tom: ya te imaginaras…

Ana: si, mm… pues ya sabes cómo es tu hermano, me estaba reclamando algo que no tenía sentido- Camila me miraba medio extrañada

Tom: es que es muy celoso… también trata de comprenderlo un poco, pero no te preocupes porque ya lo puse en su lugar

Ana: ¿sí? No sé qué haría sin ti

Tom: yo tampoco sé que harían sin mí

Ana: si jaja
Tom: ¿oye y Camila?

Ana: ¿Camila…?- la mire de reojo al tiempo que ella me hacía señas dándome a
entender que no dijera nada- ¿por qué no le marcas a su celular?-ella negó con
la cabeza.

Tom: ya le marque y no me contesta.

En ese momento ella saco el teléfono de su bolsa y lo prendió.

Tom: ¿está contigo?- me quede mirándola y lo cierto es que no quería mentirle a Tom, además que ya llevaba varios segundos callada, y eso seguro respondía a su pregunta, no
tenía un pelo de tonto.

Ana: si aquí esta -Camila se quedó quieta mirándome incrédula con la boca abierta, luego se puso a hacer varios ademanes exagerados, pero la ignore.

Tom: ¿me la puedes pasar?- ella negó con la cabeza

Ana: ella te puede oír -Camila me miro alucinada, termino tirándose de espaldas en el sofá

Tom: ¿Camila? ¿Estás ahí? –Silencio- quieres por favor contestarme-yo le hacía señas para que le contestara pero ella se reusaba-bien. Si no me contestas me vas a hacer pensar otra cosa…

Camila: estoy aquí. Es solo que estaba ocupada-el rió un momento-¿qué es tan gracioso?

Tom: el hecho de que decidas hablarme para convencerte que no te intimido

Camila: tú no me intimidas

Tom: no es lo que parece…

Camila: que no

Tom: pruébalo

Camila: ¿Cómo?

Tom: te espero en el hotel hoy a las siete
Vaya... al grano y sin rodeos. Cínico.

Camila no respondió. El silencio se prolongó

Tom: solo quiero invitarte a ver una película, si quieres… ¿qué dices?

Camila: de hecho pensaba salir con Ana hoy-mentirosa.

Me hecho una mirada matadora para que me quedara callada.

Tom: pues puedes ir cancelando porque Bill ya hizo planes y va a ir por ella-Camila
suspiro y yo alce los hombres.

Ana: ¿qué planes?

Tom: eso no lo sé, no me ha dicho nada-‘como no…’.

Camila: ¿a qué hora dijiste?

Tom: a las siete

Camila: bien

Tom: sabes cuál es mi habitación
.
Camila: si-se le subió el color al rostro

Tom: bueno nos vemos entonces. ¿Ana?

Ana: ¿sí?

Tom: a ti te veo después, pero ya sabes que si te aburres con Bill te vienes también

Ana: jaja ok, lo tendré en cuenta

Tom: pues hasta luego, un beso

Ana: igual, cuídate mucho.

Fin de la llamada.

Camila: ¿por qué le dijiste que estaba aquí?

Ana: no le iba a mentir. No me metas en medio de ustedes.

Camila: solo…solo… ¡ah! Déjalo. Ahora tengo que pensar que excusa darle para no ir…

Ana: cobarde

Camila: no soy cobarde es solo que…

Ana: solo te invito a ver una película. ¿A qué le tienes miedo?

Camila: ¿yo? A nada.

Ana: entonces demuéstralo-me reí.

Camila: ¿alguien te ha dicho que eres mala?

Ana: no lo sé, si lo hicieron ya lo olvide jaja

Estuvimos entretenidas hablando un rato sobre ellos, luego llego Valeria y nos fuimos a comer
las tres junto con Alex quien se la había pasado callado casi todo el tiempo que estuvo con nosotras.

Estaba ansiosa porque dieran las seis, ya tenía muchísimas ganas de ver a Bill. Antes de que el reloj marcara la hora ya tenía un pie afuera, iba a llamarle a su celular pero antes de marcar su número lo vi parado a lado de la camioneta con esa sonrisa inocente que tenía.

Sabía que nos íbamos acercando al departamento pero pensaba que solo era la ruta que
tomaríamos para ir a algún otro lugar pero me equivoque, ya que el coche se estaciono justo en frente.

Ana: me trajiste a casa…- dije un poco desanimada.Cuando Tom dijo que Bill había hecho planes pensaba que iríamos a otro lado

Bill: ¿te pasa algo?

Ana: no, nada…

Bill: ¿me vas a invitar a pasar?

Ana: ah… si

Bajamos del coche no sin antes que Bill le indicara algo a Toby. Alcancé a entender que le decía que lo recogiera a las ocho. Más aburrido todavía, ¿tan temprano se iba a ir? Solo se
quedaría hora y media. Esto sí que era decepcionante, yo ya me había creado otras expectativas.

Ana: ¿tan temprano te vas a ir? – el solo me miro con una sonrisa deslumbrante y yo asumí que
la respuesta era un sí.

Subimos las escaleras, el espero detrás de mí hasta que abrí la puerta, todo estaba
oscuro pero se alcanzaban a ver unos destellos de luz.

Ana: que raro… pensé que Camila se iba con Tom. ¡Camila!- le llame varias veces pero no hubo ninguna respuesta-¡Camila!-intente de nuevo mientras desenganchaba las llaves de la puerta bajo la atenta mirada de Bill- se ha quedado sorda.

No creí que fuera Valeria ya que se suponía iría a cenar con Dean, me adelante dejando que Bill cerrara la puerta. Camine por el pasillo esperando encontrarme con Cami y con Tom, por lo mismo avance con cautela, no necesitaba ver cosas que no debía.

Se notaba que había luces encendidas en el estudio, toque la puerta dos veces pero en vista
que no había respuesta la abrí. Observe una mesa que estaba colocado casi en el balcón, las puertas de este estaban abiertas, la brisa fresca hacía que las cortinas se movieran constantemente. En la mesa estaban colocados platos y cubiertos, había vino a un lado y unas velas encendidas en el centro.

Todo pintaba para una velada muy romántica, que no eran del tipo de Dean o de Tom, y por cierto, no había ni rastro de ninguno de los dos y la cena parecía recién hecha.
Al darme la vuelta me encontré con Bill que se encontraba recargado contra la pared mirándome atentamente. Entonces lo entendí. Se fue acercando sin mostrar ningún tipo de expresión, hasta que quedamos uno frente al otro, el miraba todo como si no supiese de que se trataba.

Bill: ¿pensabas verte con alguien?-arrugo la frente, y sonrió de medio lado.

Ana: Fuiste tú

El solo me miró y me sonrió. Me ayudo a quitarme el abrigo y luego ambos nos sentamos.

Ana: ¿Cómo… en qué momento hiciste esto?- El tomo el vino y lleno las dos copas con una generosa cantidad- bien, supongo que tendré que reforzar la seguridad del apartamento, mañana cambiare las cerraduras.

Bill: Hazlo.- se bebió toda la copa de un trago.

Ana: te digo que lo haré.

Bill: de todas formas hoy entre por la ventana y puedo volver hacerlo-termino desafiante.

Ana: jaja no te imagino a ti escalando el edificio, no sabía que se te daba eso de hacer rapel…

Bill: no sabes muchas cosas de mi…- él se rio y yo con él, pero luego comprendí que llevaban mucha razón esas palabras, de todos modos ninguno quería ahondar en ese tema. Le di un trago al vino mientras él ya se servía la segunda copa-Y por eso hoy te voy enseñar algunas- comencé a reírme de nuevo sin control por la seriedad con la que hablaba- ríe ahora que puedes… que más tarde no te van a quedar ganas…

Sentí una corriente abrasadora al sentir su mirada y la verdad pura en ese enunciado, Bill tenía la dualidad de pasar de extremo a extremo de un momento a otro y si bien algunas veces me abrumaba era lo que más me gustaba.

Ana: ¿sí? veremos…

Bill: ¿qué?-pregunto esperando escuchar algún reto. -¿Después de todo me vas a decir que no sabes de lo que soy capaz? No te hagas la valiente conmigo que bien sabes que vamos a terminar haciendo lo que quiero

Ana: ¿¡qué!? –le grite incrédula- no me hagas tirarte del balcón, aunque con suerte y la brisita te haga volar un rato

Bill: no te pongas así, pero por si acaso… mejor cierro las pue…

Ana: ¡oh no! ni se te ocurra, -el volvió a tomar su lugar mientras me observaba con una
sonrisa en la boca.

Bill: bueno que te parece si empezamos a comer, que el cocinero no hizo esto solo para que miráramos los platillos

Ana: anda, por fin algo cuerdo que sale de tu boca

Esta vez había diferentes platillos, el primero contenía los típicos espárragos ingleses al vapor, el segundo era pechuga de pollo en salsa de hongos y en el siguiente había ensalada de
tomate bañada en queso derretido junto con chicharos al vapor, y por último el
plato más voluminoso, era el que se encontraba repleto de uvas.
Me salte la ensalada y fui directamente al platillo fuerte, cogí un poco de los espárragos para acompañar con la pechuga de pollo, el menú estaba muy bien elegido, el ya conocía bastante bien mis gustos, la verdad eso de comer solo hojas no era lo mío, por su parte Bill comenzó de forma correcta por la ensalada para después proseguir con los espárragos al vapor.

Ana: ¿Dónde van a estar la semana entrante?

Bill: ¿ehm?-alcanzo a murmurar mientras masticaba una hoja de lechuga- no sé bien-comento pensativo-todavía no sé si vamos primero a Alemania o si nos vamos directamente a Italia…

Ana: ¿por qué no se quedan aquí? Y ya luego se pasan a Italia o donde
sea que empiecen la gira…-la mueca de una sonrisa se le formo en el rostro-voy a tener el apartamento para mi sola la semana entrante…

Bill: ¿y Valeria?

Ana: ah pues mira, casualmente ella sí que va a estar en Italia la semana entrante

Bill: ¿sí? ¿Por qué?

Ana: hay una junta de inversionistas y patrocinadores y ella va a ir con Alex

Bill: auhm.- siguió masticando pero intentando hablar-¿y –tu?

Ana: ¿qué dices?

Bill: ¿y tú?

Ana: pues ya te dije, yo me quedo aquí. Quédate más tiempo.-Le pedí y él solo sonrió, ya sabía de antemano lo que eso significaba. Dejo los cubiertos sobre la mesa y le dio un sorbo a la copa

Bill: qué más quisiera… pero no puedo. Vamos a hacer los ensayos aquí, lo demás ya no depende de mí…

Ana: ah… lo sé, pero al menos tenía que intentarlo

Nos quedamos ambos en silencio por un tiempo prolongado mientras terminábamos de comer, una brisa fresca se venía de vez en cuando, comenzaba a hacer un poco más de frio pero ambos disfrutábamos del momento.

Los dos nos levantamos de nuestros lugares casi al mismo tiempo, me fui al balcón y me senté en una de las sillas que había ahí, como de costumbre estaba la calle bastante tranquila, las únicas luces eran de las pocas lámparas que alumbraban la calle y la luz de la luna que daba directa
en el parque, Bill arrastro una de la sillas colocándola junta a mí y luego se
sentó, llevaba en las manos el tazón lleno de uvas cogió una y luego me ofreció.

Bill: ¿has estado en Italia?-su suave voz llego haciendo eco en mis oídos en medio de todo el silencio.

Ana: no, pero siempre he querido conocer allá. De hecho creo que algún día me iré a vivir ahí.

Bill: ¿de verdad?- iba a morder una uva pero se abstuvo de hacerlo

Ana: si-me reí-¿por qué lo diría si no? Es como un sueño, creo que en algunos añitos me mudare, y viviré ahí hasta envejecer… ¿por qué te sorprende?

Bill: no, no es eso. Lo que pasa es que a Tom y a mí también nos gusta ahí y de hecho estamos pensando en cambiar de residencia, es ahí donde pensamos vivir

Ana: ¿sí? Qué bien, pues así nos veríamos todo el tiempo…- se quedó pensativo nuevamente,
yo le quite el tazón de las manos llamando su atención.

Bill: prométeme que un día iremos juntos.

Ana: ¿qué?

Bill: un día vendrás conmigo a Italia.- El no dejaba de verme con cara de niño travieso esperando que le dieran un dulce o un juguete, sentí un hormigueo en el estómago y como el corazón me palpitaba más rápido.- vamos, prométeme que algún día iremos juntos. La primera vez que vayas
tiene que ser conmigo-dijo emocionado mientras me sostenía la mano

Ana: pero yo… no sé… no puedo prometer eso…

Bill: ¿por qué no?-dijo arrugando la frente- ¿no quieres ir conmigo?-frunció el ceño

Ana: no es eso, sabes que sí, pero no me gusta
prometer cosas-titubee- que no estoy segura de poder… -me soltó la mano.- ¿Para
qué prometer, mejor hacer, no?- dije intentando alegrarle

Bill: Hecho-soltó risueño.

Ana: sigo pensando que deberías quedarte aquí conmigo una semana más-insistí de nueva cuenta

Bill: no me digas eso, porque no puedo. Te voy a quedar a deber esa semana… pero siempre quieres que me quede, tú también podrías venir con nosotros alguna vez

Ana: ¿me estas invitando?

Bill: si tú quieres. Sí.

Ana: vaya… me preguntaba cuando lo harías. Pero por ahora no puedo…

Bill. Ya me entiendes, ¿verdad? Pero, de todas formas ¿vas a ir a alguna fecha, no?
Ana: lo voy a intentar, no me los puedo perder, ya veré cuando me escapo…


Bill: hablando de escapar… hay algo que me debes…
Ana: ¿yo? No, no creo…

Me hice la desentendida, me levante y puse el tazón medio vacío sobre la mesa, cuando me volví Bill ya cerraba las puerta del balcón y por la forma en que me miraba me parecía a mí, que era como si él fuera una fiera, y enfrente tuviera a su presa.

Ana: ¿Bill?- no dijo nada, se quedó quieto como si de una estatua se tratara-No me veas así… ¿sabes que me asusta la forma en que me estas mirando?-le dije con una risa nerviosa
Bill: ¿ha, sí?- pregunto divertido mientras se acercaba a pasos firmes- no me importa
Ana: siento lo de en la mañana… -dije para provocarle

Bill: Es tarde para pedir piedad.

No preví sus movimientos y antes de que terminara de hablar hizo chocar mis manos contra la pared, el impacto hizo un ruido seco a cada lado de mi cabeza, pero esto no hizo que se detuviera.

Se inclinó hasta encajar su cabeza en mi cuello, lo siguiente que sentí fueron sus labios dejando un beso húmedo, quise moverme un poco pero la dureza de su cuerpo no me lo permitió.

Ana: ¿no piensas soltarme?

Playlist Down On You -1° parte

Capítulos:

7: Capricorn- 30 seconds to mars
11: Hysteria-Muse
13: All the right moves-One Republic.
27: World Behind My Wall-TH
28: Love & Death-TH
29: Undertaker remix-The Puscifer
30: Say When- The Fray
31: Bulletproof- Kerli
32: Break your Heart-Taio Cruz
33 parte 1: Down On You (Instrumental)-TH
33 parte 2: Fall for You- Secondhade Serenade
34: Dogs Unleashed (Instrumental)-TH
36: Trust me- The Fray
45: Human connect to Human-TH
46: Beat Again- JLS
47: Time is running out-Muse
48: Apologize(Instrumental)-One Republic
49: Unusual You-BritneySpears
50: Raise Your Hands-TH
51: Final Day- TH
53: Eternise Moi- Jena Lee