Bienvenid@:

Este es un espacio para compartir una historia, o tal vez más...
*Recuerda que: lees bajo tu propia responsabilidad*
Gracias por tu visita.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Capitulo 60

Durante el camino tanto Bill como yo íbamos en silencio, las únicas voces que se escuchaban eran las de Toby y Benjamín que mantenían una animada conversación que no podía entender, puesto que era en alemán. Yo iba recargada en el pecho de Bill, el cual se expandía y se
contraía con fuerza, indicándome que de vez en cuando reía. Iba acariciando uno de mis brazos de arriba abajo con las yemas de sus dedos, en movimientos delicados e irritantemente
lentos, no me había percatado de que ya habíamos llegado sino hasta que dejo de hacerlo.

La camioneta se había estacionado a un lado de la banqueta, tanto Toby como Benjamín se
bajaron, dejándonos solos. Los mire un momento mientras ellos estiraban las
piernas como si hubiera sido bastante prolongado el tiempo que hubieran permanecido sentados.

Ana: Desde un principio te hubieras quedado aquí-me queje- y no hubieras tenido que dar la
vuelta en vano. Ahora te tienes que regresar al hotel y...

Bill: te equivocas princesa. De aquí me voy al estudio. Los demás ya deben de estar
haya…

Ana: ¿en serio? Bueno… entonces… creo que yo me voy…-permaneció en
silencio mientras me miraba con el cejo fruncido

Bill: ¿no me vas a dar un…?-Le di un corto beso antes de que terminara de hablar- abrí la puerta
pero él me atrajo hacía si de nuevo, entonces ésta se cerró.

Ana: espérate Bill, pero que hac…

Bill: ¿Cómo qué? me despido como se debe…

Estuvimos unos minutos más “despidiéndonos” hasta que decidí que ya nos habíamos excedido
demasiado tiempo

Ana: Toby y Benjamín ya sabían lo que ibas a hacer, ¿no? Por eso se bajaron… -el solo sonrió-
que bien te conocen. Pero espera… ¿cuantas veces has hecho esto…?-su sonrisilla
traviesa no me gusto para nada. Decidí que era mejor no saber.

Bill: nos vemos en la noche para ir a cenar. Ah y te aviso desde ahora que me voy a cobrar con creces por lo de hace rato…

Ana: ¿qué cosa? ¿Por qué te quedaste con las ganas? Mm… jajaja no me lo recuerdes que me muero de la risa. Yo creo que en la noche no te voy abrir.

Bill: no me quedara más remedio que entrar por la ventana…

Ana: eso quiero verlo…

Me quede parada delante de la reja del edificio mientras veía como la camioneta se iba alejando,
cuando no hubo ni rastro de ella empecé por subir las escaleras perezosamente, no tenía
ganas de ir a ningún lado pero tenía que hacerlo. Me sorprendió ver la puerta
del apartamento completamente abierta como si nada, todavía era muy temprano para que Valeria estuviera ahí, suponía que estaba todavía con Dean, pero tal vez estuviera
equivocada.

Cuando entre tampoco vi a nadie y tampoco nada fuera de lo normal, a excepción de la puerta
abierta. Arroje mi bolso al sillón, dos segundos después se oyó un pequeño quejido, entonces vi como una cabeza se asomaba por el mueble.

Camila: ¿podrías tener más cuidado con eso? Me dolió-se quejó

Ana: ¿y como iba yo a saber que estabas ahí escondida?

Camila: no estoy escondida-aclaro- estaba buscando un arete que se me cayó

Ana: porsupuesto...

Camila: ¿se fue Bill?

Ana: ¿eh? Si… pero… ¿Cómo sabes que Bill estaba aquí?

Camila: los vi por la ventana

Ana: ah…

Cerré la puerta antes de aproximarme al sillón donde Camila ya me daba mi bolso de vuelta.

Ana: ¿y tu que haces aquí? Pensé que estarías con…-me quede callada antes de terminar de
regarla por enésima vez en el día que apenas comenzaba, al momento que observaba
como se le formaba una expresión de malestar.

Camila: ¿con quién?-frunció el ceño- ¿Con Tom?-inquirió

Ana: eh...

Camila: pues No-se puso de pie sacudiéndose la ropa.

Ana: es que creí… como anoche se fueron juntos…
Camila: Si, pero te recuerdo que también iba Gustav. Además el que me haya venido con Tom no
quiere decir que tenga que terminar la noche con el, ¿o, si?

Ana: no, pues no. Claro que no.

Camila: pues eso.

Ana: ¿Y Valeria?

Camila: ella sí que no llego a dormir. Hace como 20 minutos hable con ella, dijo que se iría
directamente al trabajo.

Ana: ¡el trabajo! Claro, yo también tendría que ir tirando para allá- dije dirigiéndome a mi habitación- me voy a ir a dar una ducha rápida-le grite-Que te parece si te alistas y te vienes conmigo para que no te quedes todo el día sola.

Camila: ¿pero no habrá problema?

Ana: nooo-le grité.

Camila: ok. En ese caso, entonces sí

Salimos quince minutos después, paramos en una tienda y llevamos café y galletas entre otras cosas, notaba como de vez en cuando a Camila se le cerraban los ojos, se quedó sentada en recepción mientras registraba mi hora de llegada, luego no me quedo otra que hacerla subir las
escaleras debido a que un montón de personas esperaban el ascensor.

Ana: te hubieras quedado a dormir

Camila: ¿Cómo dices?

Ana: que te hubieras quedado a dormir en casa, te estas cayendo de sueño

Camila: no podría de todas maneras, por más que lo intente…

Ana: ¿y llevas mucho así?

Camila: pues…-hizo una pausa- un momento… ¿estás tratando de diagnosticarme algo?

Ana: ¿eh? No

Camila: aja

Ana: ah… que no

Camila: mira, ahí está tu amigo

Ana: ¿quién?-levante la vista en la dirección en que señalaba, Alex venía caminando hacia nosotras. Le pedí a Camila que me esperara en mi oficina mientras lo saludaba, así que se adelantó y yo me quede esperando a que llegara.

Alex: hola

Ana: hola

Alex: ¿Cómo lapasaron?
Ana: bien, bien

Alex: claro, no esperaba menos…

Ana: ¿qué fue lo que tuviste que hacer?

Alex: ¿qué?

Ana: si, ¿Cuáles eran los pendientes que tenías?

Alex: ah eso. Asuntos personales que ya resolví. –respondió cortante.

Ana: Que bien, me alegro que haya sido así.

Los dos nos quedamos en silencio, luego Alex se quedó leyendo uno de los documentos que traía en la mano.

Alex: la siguiente parada será en Roma

Ana: ¿Cómo dices?

Alex: que la próxima reunión con los inversionistas será en Roma

Ana: ah, ya. Eso suena muy bien.

Alex: ¿tú vas a ir?- pregunto inseguro

Ana: me temo que no. Creo que será Valeria

Alex: ya. Tendré que hablar con ella, ya que será la semana entrante, tenemos que darnos prisa para tener todo listo

Ana: si quieres yo le voy adelantando algo

Alex: te lo agradecería mucho. Mmm…-titubeo- supongo que hoy también vas a salir con ellos…
Ana: eso creo

Alex: que pena. Para tus amigos ya no tienes tiempo…

Ana: sabes que no es así

Alex: ¿sabes qué? En realidad no lo sé… aunque supongo que quieres estar todo el tiempo que puedas con tu novio, como el se la pasa viajando… y tú-hizo una pausa mientras me
observaba sin parpadear-sabes que eso nunca va a cambiar…

Ana: si… lo sé-acepte fastidiada, estaba a empezar por molestarme esa actitud que estaba tomando contra ellos

Ni siquiera había terminado de hablar cuando ya se pasaba por mi lado en dirección a los
ascensores, sabía que algo lo tenía preocupado o enojado, porque todavía ayer
andaba bastante bien y ahora se había mantenido serio todo el rato, quería
suponer que se debía a un asunto personal y no a ellos o a Bill, porque si era así no tendría otra que aceptarlo de un modo u otra y dejar de ser tan infantil e inmaduro.

Pase a archivo a recoger unos documentos, cuando llegue me encontré a Camila echándole un vistazo a la oficina.

Camila: es muy bonita

Ana: gracias

Camila: pero no es tan grande como la que yo tengo- se rió

Ana: si ya me imagino, pero gracias de todas formas por hacérmelo notar

Camila: de nada-sonrió

Ana: toma- le di mi laptop- siéntate allá y conéctate para que no te aburras que yo me tengo que poner a revisar unas cosas y luego tengo que capturar unos datos

Camila: ok, ni cuenta te vas a dar que estoy aquí

Ana: más te vale

Camila: oye si tú fuiste la que me trajo aquí

Unos golpecitos secos se empezaron a escuchar, alcance a tomar mi teléfono antes de que se cayera del escritorio. Mire la pantalla antes de contestar

Ana: adivina quién es

Camila: dejame adivinar ¿tu príncipe azul?

Ana: ¿eh? No. Es Tom

Camila: ¿Tom? No le digas que estoy aquí

Ana: ¿por qué no?

Camila: Porque… porque no

Ana: hola guapo- puse el teléfono en altavoz

Tom: hola guapísima

Ana: ¿Cómo estás?

Tom: tú misma lo has dicho

Ana: claro que tonta

Tom: ¿Cómo te fue ayer con Bill?

Ana: para que me preguntas si seguramente él ya te conto…

Tom: bueno si… algo… pero quería saberlo de ti

Ana: ¿alguien te ha dicho que eres un amor?

Tom: ya te imaginaras…

Ana: si, mm… pues ya sabes cómo es tu hermano, me estaba reclamando algo que no tenía sentido- Camila me miraba medio extrañada

Tom: es que es muy celoso… también trata de comprenderlo un poco, pero no te preocupes porque ya lo puse en su lugar

Ana: ¿sí? No sé qué haría sin ti

Tom: yo tampoco sé que harían sin mí

Ana: si jaja
Tom: ¿oye y Camila?

Ana: ¿Camila…?- la mire de reojo al tiempo que ella me hacía señas dándome a
entender que no dijera nada- ¿por qué no le marcas a su celular?-ella negó con
la cabeza.

Tom: ya le marque y no me contesta.

En ese momento ella saco el teléfono de su bolsa y lo prendió.

Tom: ¿está contigo?- me quede mirándola y lo cierto es que no quería mentirle a Tom, además que ya llevaba varios segundos callada, y eso seguro respondía a su pregunta, no
tenía un pelo de tonto.

Ana: si aquí esta -Camila se quedó quieta mirándome incrédula con la boca abierta, luego se puso a hacer varios ademanes exagerados, pero la ignore.

Tom: ¿me la puedes pasar?- ella negó con la cabeza

Ana: ella te puede oír -Camila me miro alucinada, termino tirándose de espaldas en el sofá

Tom: ¿Camila? ¿Estás ahí? –Silencio- quieres por favor contestarme-yo le hacía señas para que le contestara pero ella se reusaba-bien. Si no me contestas me vas a hacer pensar otra cosa…

Camila: estoy aquí. Es solo que estaba ocupada-el rió un momento-¿qué es tan gracioso?

Tom: el hecho de que decidas hablarme para convencerte que no te intimido

Camila: tú no me intimidas

Tom: no es lo que parece…

Camila: que no

Tom: pruébalo

Camila: ¿Cómo?

Tom: te espero en el hotel hoy a las siete
Vaya... al grano y sin rodeos. Cínico.

Camila no respondió. El silencio se prolongó

Tom: solo quiero invitarte a ver una película, si quieres… ¿qué dices?

Camila: de hecho pensaba salir con Ana hoy-mentirosa.

Me hecho una mirada matadora para que me quedara callada.

Tom: pues puedes ir cancelando porque Bill ya hizo planes y va a ir por ella-Camila
suspiro y yo alce los hombres.

Ana: ¿qué planes?

Tom: eso no lo sé, no me ha dicho nada-‘como no…’.

Camila: ¿a qué hora dijiste?

Tom: a las siete

Camila: bien

Tom: sabes cuál es mi habitación
.
Camila: si-se le subió el color al rostro

Tom: bueno nos vemos entonces. ¿Ana?

Ana: ¿sí?

Tom: a ti te veo después, pero ya sabes que si te aburres con Bill te vienes también

Ana: jaja ok, lo tendré en cuenta

Tom: pues hasta luego, un beso

Ana: igual, cuídate mucho.

Fin de la llamada.

Camila: ¿por qué le dijiste que estaba aquí?

Ana: no le iba a mentir. No me metas en medio de ustedes.

Camila: solo…solo… ¡ah! Déjalo. Ahora tengo que pensar que excusa darle para no ir…

Ana: cobarde

Camila: no soy cobarde es solo que…

Ana: solo te invito a ver una película. ¿A qué le tienes miedo?

Camila: ¿yo? A nada.

Ana: entonces demuéstralo-me reí.

Camila: ¿alguien te ha dicho que eres mala?

Ana: no lo sé, si lo hicieron ya lo olvide jaja

Estuvimos entretenidas hablando un rato sobre ellos, luego llego Valeria y nos fuimos a comer
las tres junto con Alex quien se la había pasado callado casi todo el tiempo que estuvo con nosotras.

Estaba ansiosa porque dieran las seis, ya tenía muchísimas ganas de ver a Bill. Antes de que el reloj marcara la hora ya tenía un pie afuera, iba a llamarle a su celular pero antes de marcar su número lo vi parado a lado de la camioneta con esa sonrisa inocente que tenía.

Sabía que nos íbamos acercando al departamento pero pensaba que solo era la ruta que
tomaríamos para ir a algún otro lugar pero me equivoque, ya que el coche se estaciono justo en frente.

Ana: me trajiste a casa…- dije un poco desanimada.Cuando Tom dijo que Bill había hecho planes pensaba que iríamos a otro lado

Bill: ¿te pasa algo?

Ana: no, nada…

Bill: ¿me vas a invitar a pasar?

Ana: ah… si

Bajamos del coche no sin antes que Bill le indicara algo a Toby. Alcancé a entender que le decía que lo recogiera a las ocho. Más aburrido todavía, ¿tan temprano se iba a ir? Solo se
quedaría hora y media. Esto sí que era decepcionante, yo ya me había creado otras expectativas.

Ana: ¿tan temprano te vas a ir? – el solo me miro con una sonrisa deslumbrante y yo asumí que
la respuesta era un sí.

Subimos las escaleras, el espero detrás de mí hasta que abrí la puerta, todo estaba
oscuro pero se alcanzaban a ver unos destellos de luz.

Ana: que raro… pensé que Camila se iba con Tom. ¡Camila!- le llame varias veces pero no hubo ninguna respuesta-¡Camila!-intente de nuevo mientras desenganchaba las llaves de la puerta bajo la atenta mirada de Bill- se ha quedado sorda.

No creí que fuera Valeria ya que se suponía iría a cenar con Dean, me adelante dejando que Bill cerrara la puerta. Camine por el pasillo esperando encontrarme con Cami y con Tom, por lo mismo avance con cautela, no necesitaba ver cosas que no debía.

Se notaba que había luces encendidas en el estudio, toque la puerta dos veces pero en vista
que no había respuesta la abrí. Observe una mesa que estaba colocado casi en el balcón, las puertas de este estaban abiertas, la brisa fresca hacía que las cortinas se movieran constantemente. En la mesa estaban colocados platos y cubiertos, había vino a un lado y unas velas encendidas en el centro.

Todo pintaba para una velada muy romántica, que no eran del tipo de Dean o de Tom, y por cierto, no había ni rastro de ninguno de los dos y la cena parecía recién hecha.
Al darme la vuelta me encontré con Bill que se encontraba recargado contra la pared mirándome atentamente. Entonces lo entendí. Se fue acercando sin mostrar ningún tipo de expresión, hasta que quedamos uno frente al otro, el miraba todo como si no supiese de que se trataba.

Bill: ¿pensabas verte con alguien?-arrugo la frente, y sonrió de medio lado.

Ana: Fuiste tú

El solo me miró y me sonrió. Me ayudo a quitarme el abrigo y luego ambos nos sentamos.

Ana: ¿Cómo… en qué momento hiciste esto?- El tomo el vino y lleno las dos copas con una generosa cantidad- bien, supongo que tendré que reforzar la seguridad del apartamento, mañana cambiare las cerraduras.

Bill: Hazlo.- se bebió toda la copa de un trago.

Ana: te digo que lo haré.

Bill: de todas formas hoy entre por la ventana y puedo volver hacerlo-termino desafiante.

Ana: jaja no te imagino a ti escalando el edificio, no sabía que se te daba eso de hacer rapel…

Bill: no sabes muchas cosas de mi…- él se rio y yo con él, pero luego comprendí que llevaban mucha razón esas palabras, de todos modos ninguno quería ahondar en ese tema. Le di un trago al vino mientras él ya se servía la segunda copa-Y por eso hoy te voy enseñar algunas- comencé a reírme de nuevo sin control por la seriedad con la que hablaba- ríe ahora que puedes… que más tarde no te van a quedar ganas…

Sentí una corriente abrasadora al sentir su mirada y la verdad pura en ese enunciado, Bill tenía la dualidad de pasar de extremo a extremo de un momento a otro y si bien algunas veces me abrumaba era lo que más me gustaba.

Ana: ¿sí? veremos…

Bill: ¿qué?-pregunto esperando escuchar algún reto. -¿Después de todo me vas a decir que no sabes de lo que soy capaz? No te hagas la valiente conmigo que bien sabes que vamos a terminar haciendo lo que quiero

Ana: ¿¡qué!? –le grite incrédula- no me hagas tirarte del balcón, aunque con suerte y la brisita te haga volar un rato

Bill: no te pongas así, pero por si acaso… mejor cierro las pue…

Ana: ¡oh no! ni se te ocurra, -el volvió a tomar su lugar mientras me observaba con una
sonrisa en la boca.

Bill: bueno que te parece si empezamos a comer, que el cocinero no hizo esto solo para que miráramos los platillos

Ana: anda, por fin algo cuerdo que sale de tu boca

Esta vez había diferentes platillos, el primero contenía los típicos espárragos ingleses al vapor, el segundo era pechuga de pollo en salsa de hongos y en el siguiente había ensalada de
tomate bañada en queso derretido junto con chicharos al vapor, y por último el
plato más voluminoso, era el que se encontraba repleto de uvas.
Me salte la ensalada y fui directamente al platillo fuerte, cogí un poco de los espárragos para acompañar con la pechuga de pollo, el menú estaba muy bien elegido, el ya conocía bastante bien mis gustos, la verdad eso de comer solo hojas no era lo mío, por su parte Bill comenzó de forma correcta por la ensalada para después proseguir con los espárragos al vapor.

Ana: ¿Dónde van a estar la semana entrante?

Bill: ¿ehm?-alcanzo a murmurar mientras masticaba una hoja de lechuga- no sé bien-comento pensativo-todavía no sé si vamos primero a Alemania o si nos vamos directamente a Italia…

Ana: ¿por qué no se quedan aquí? Y ya luego se pasan a Italia o donde
sea que empiecen la gira…-la mueca de una sonrisa se le formo en el rostro-voy a tener el apartamento para mi sola la semana entrante…

Bill: ¿y Valeria?

Ana: ah pues mira, casualmente ella sí que va a estar en Italia la semana entrante

Bill: ¿sí? ¿Por qué?

Ana: hay una junta de inversionistas y patrocinadores y ella va a ir con Alex

Bill: auhm.- siguió masticando pero intentando hablar-¿y –tu?

Ana: ¿qué dices?

Bill: ¿y tú?

Ana: pues ya te dije, yo me quedo aquí. Quédate más tiempo.-Le pedí y él solo sonrió, ya sabía de antemano lo que eso significaba. Dejo los cubiertos sobre la mesa y le dio un sorbo a la copa

Bill: qué más quisiera… pero no puedo. Vamos a hacer los ensayos aquí, lo demás ya no depende de mí…

Ana: ah… lo sé, pero al menos tenía que intentarlo

Nos quedamos ambos en silencio por un tiempo prolongado mientras terminábamos de comer, una brisa fresca se venía de vez en cuando, comenzaba a hacer un poco más de frio pero ambos disfrutábamos del momento.

Los dos nos levantamos de nuestros lugares casi al mismo tiempo, me fui al balcón y me senté en una de las sillas que había ahí, como de costumbre estaba la calle bastante tranquila, las únicas luces eran de las pocas lámparas que alumbraban la calle y la luz de la luna que daba directa
en el parque, Bill arrastro una de la sillas colocándola junta a mí y luego se
sentó, llevaba en las manos el tazón lleno de uvas cogió una y luego me ofreció.

Bill: ¿has estado en Italia?-su suave voz llego haciendo eco en mis oídos en medio de todo el silencio.

Ana: no, pero siempre he querido conocer allá. De hecho creo que algún día me iré a vivir ahí.

Bill: ¿de verdad?- iba a morder una uva pero se abstuvo de hacerlo

Ana: si-me reí-¿por qué lo diría si no? Es como un sueño, creo que en algunos añitos me mudare, y viviré ahí hasta envejecer… ¿por qué te sorprende?

Bill: no, no es eso. Lo que pasa es que a Tom y a mí también nos gusta ahí y de hecho estamos pensando en cambiar de residencia, es ahí donde pensamos vivir

Ana: ¿sí? Qué bien, pues así nos veríamos todo el tiempo…- se quedó pensativo nuevamente,
yo le quite el tazón de las manos llamando su atención.

Bill: prométeme que un día iremos juntos.

Ana: ¿qué?

Bill: un día vendrás conmigo a Italia.- El no dejaba de verme con cara de niño travieso esperando que le dieran un dulce o un juguete, sentí un hormigueo en el estómago y como el corazón me palpitaba más rápido.- vamos, prométeme que algún día iremos juntos. La primera vez que vayas
tiene que ser conmigo-dijo emocionado mientras me sostenía la mano

Ana: pero yo… no sé… no puedo prometer eso…

Bill: ¿por qué no?-dijo arrugando la frente- ¿no quieres ir conmigo?-frunció el ceño

Ana: no es eso, sabes que sí, pero no me gusta
prometer cosas-titubee- que no estoy segura de poder… -me soltó la mano.- ¿Para
qué prometer, mejor hacer, no?- dije intentando alegrarle

Bill: Hecho-soltó risueño.

Ana: sigo pensando que deberías quedarte aquí conmigo una semana más-insistí de nueva cuenta

Bill: no me digas eso, porque no puedo. Te voy a quedar a deber esa semana… pero siempre quieres que me quede, tú también podrías venir con nosotros alguna vez

Ana: ¿me estas invitando?

Bill: si tú quieres. Sí.

Ana: vaya… me preguntaba cuando lo harías. Pero por ahora no puedo…

Bill. Ya me entiendes, ¿verdad? Pero, de todas formas ¿vas a ir a alguna fecha, no?
Ana: lo voy a intentar, no me los puedo perder, ya veré cuando me escapo…


Bill: hablando de escapar… hay algo que me debes…
Ana: ¿yo? No, no creo…

Me hice la desentendida, me levante y puse el tazón medio vacío sobre la mesa, cuando me volví Bill ya cerraba las puerta del balcón y por la forma en que me miraba me parecía a mí, que era como si él fuera una fiera, y enfrente tuviera a su presa.

Ana: ¿Bill?- no dijo nada, se quedó quieto como si de una estatua se tratara-No me veas así… ¿sabes que me asusta la forma en que me estas mirando?-le dije con una risa nerviosa
Bill: ¿ha, sí?- pregunto divertido mientras se acercaba a pasos firmes- no me importa
Ana: siento lo de en la mañana… -dije para provocarle

Bill: Es tarde para pedir piedad.

No preví sus movimientos y antes de que terminara de hablar hizo chocar mis manos contra la pared, el impacto hizo un ruido seco a cada lado de mi cabeza, pero esto no hizo que se detuviera.

Se inclinó hasta encajar su cabeza en mi cuello, lo siguiente que sentí fueron sus labios dejando un beso húmedo, quise moverme un poco pero la dureza de su cuerpo no me lo permitió.

Ana: ¿no piensas soltarme?

2 comentarios:

  1. por favor sigue he estado esperando hace mucho por el capi.60 diossss y morii en la parte final cuando bill la mira como seductor,como sexi :Q_

    ResponderEliminar
  2. esta super genial... apenas lo vi, y lei todo en 3 dias xD tienes que continuarlo porfa :D

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario