Capítulo 98

Hola, primero quiero agradecerles los comentarios, representan una gran motivación, realmente me hace muy feliz que les guste la historia (también acepto críticas, siempre y cuando sean constructivas), y bueno también quiero aprovechar para darle la bienvenida a las nuevas lectoras, gracias por darle la oportunidad a este blog y a ésta fan fiction:) Por cierto, sé que  estos capítulos están un poco tristes (pero no sé ahoguen en tan poco...que hay más... ) ya medio les había advertido... les dije que ya las cosas se pondrían... diferentes... y no puedo decir más porque sería adelantarles lo que va a pasar y ¡no!  xD 

Pero mejor lean...  y así también se despejan de todas esas cosas que últimamente a algunas no nos han salido tan bien y a como nos agobian... 

Cap. 98

En cualquier momento lo vería nuevamente. ¿De qué manera iba a reaccionar cuando lo tuviera en frente?

Había pasado los últimos días en negación, pensando que espontáneamente todo saldría bien. Si, discutiríamos como era costumbre, el pediría perdón y hasta yo,  y nos reconciliaríamos como la última vez que ocurrió lo mismo, pero, esta vez haría algo diferente, le dejaría claro que no estaba dispuesta a pasar por lo mismo en el futuro.

Aunque también estaba la segunda opción, que diéramos todo por terminado…

Yo no estaba dispuesta a que eso no pasara… y de todas formas estaba preparada para lo que fuera… pero ¿y él? ¿Él a que venía? ¿A qué estaba dispuesto? Nada más de pensar que también él iría preparado para lo que fuera se me revolvía el estómago. 

El tercer día había llegado. Estaba segura de que en cualquier momento me mandaría un absurdo y escaso mensaje como a los que me había acostumbrado, para citarme en algún lugar.

Me había levantado temprano, y el reloj acababa de marcar la una de la tarde, aun no comía pero no tenía ganas de hacerlo, así que decidí prepararme para nuestro encuentro. Pensé mil veces que ponerme, me cambiaba una y otra vez, quería verme más que bien para impresionarlo pero por más que buscaba nada me gustaba, y siendo honesta conmigo misma no tenía muchas ganas de elegir un buen atuendo, hoy era diferente a la última vez. Hoy tenía una inquietante sensación.

Cuando apenas estaba tratando de arreglar mi cabello el timbre de la puerta sonó, mi corazón palpito como queriendo salir de mi pecho, por un lado eufórico por verlo y por el otro nervioso.

No lo hubiera creído capaz de venir y mucho menos sin avisar, aunque de una u otra manera siempre me sorprendía y ahora que lo pensaba resultaba mejor estar en mi territorio que en el de él.

Salí de la habitación decidida, cuanto antes comenzara el show mejor. Tenía que mantener la calma, respire hondo y abría la puerta.

Ana: ¿Tú? ¿Pero, qué haces aquí…?

Alex: lamento no ser a quien esperas…

Ana: ¿Alex qué haces aquí? Yo… tengo algunas cosas que hacer…

Alex: No te voy a quitar mucho tiempo, solo vine a despedirme…

Ana: ¿qué? ¿Despedirte?-el asintió y yo me hice a un lado para dejarlo pasar

Alex: me voy por un tiempo…

Ana: ¿A dónde te vas? No entiendo, ¿no seguirás en la empresa?

Alex: todavía no lo sé… me voy para E.U.

Ana: ¿en serio? También tú…-murmure

Alex: ¿también?-repitió- ¿quién más se va?

Ana: No… nadie… quise decir… ¿por qué allí?

Alex: tengo a mi familia ahí, así que pasare unos días por allá y solo quería despedirme de ti…

Ana: bueno espero que tengas un buen viaje y…-mire el reloj colgado en la pared, se estaba haciendo tarde y todavía no sabía nada de Bill-espero que vuelvas pronto

Alex: ¿en serio? -pregunto extrañado-¿Por qué?

Ana: porque pase mucho tiempo explicándote mil cosas así que espero que vuelvas a la empresa y no haya sido en vano todo eso…-murmure tratando de sonreír

Alex: ah… es eso… Si, yo también lo espero. Bueno creo que tendrás cosas que hacer… y yo debo irme…-extendió uno de sus manos y yo le correspondí-todo lo que ocurra ahora será por nuestro bien, hasta pronto-ambos sonreímos como en automático luego  él salió de prisa.

Debo aceptar que me sorprendía que se fuera de pronto, de haber sabido que se iba nunca se me hubiera ocurrido haber ido a su casa, ahora no entendía porque había tenido tanta prisa por acceder a archivos de la empresa si se iba de vacaciones.

Seguro si Bill se enterara de esto estaría más tranquilo, hasta feliz... aunque no sabía si eso nos ayudaría en esos momentos… Empezaba, por cierto, a creer nuevamente que Bill había mentido respecto a que vendría, poco a poco me iba resignando a que esa había sido otra falta más a su palabra. 

Mire los mensajes que me había enviado anteriormente y solo llegue a la conclusión de que quien me los había mandado no era la misma persona a la que yo había conocido, tan seco, tan frío… El ánimo que tenía de continuar y afrontar la situación se apagaba con cada palabra que repasaban mis ojos, estaba cansada de esperar, así que como siempre tendría que ser yo la que tomara la iniciativa. Decidí mandarle un mensaje para saber de una vez por todas si tendría conciencia de que le estaba esperando o si de plano se le habría olvidado…

Pensé que habíamos quedado en algo… no dudo que tengas mucho trabajo, pero, ¿Vas a poder llegar hoy? ¿O quizá pueda ser otro día…?

Le di enviar. Y espere unos minutos la respuesta. Deje el teléfono en la mesa y me puse de pie con la intención de ir a la cocina por algo de beber cuando el pequeño móvil vibro en la mesa. Había llegado un mensaje, que debía pertenecer a él… antes de leerlo ya me imaginaba que podría decir… algo así como “tengo mucho trabajo, otro día será” y así hasta que me cansara… y no lo buscara más y tampoco él a mí... 

Estaba casi segura que ese mensaje era suyo y solo para posponer nuestra cita, pero solo logre quedarme congelada cuando lo vi por un breve instante. Estaba aquí.

Llegue ayer. Mismo hotel.

Pensaba preguntarle porque entonces no había venido o porque al menos no me había avisado,  hasta que comprendí, que quería que fuera al hotel.

Fui por mi bolsa y busque las llaves a toda prisa. Nada más abrir la puerta me encontré con Valeria a punto de querer meter la llave en la cerradura.

Valeria: ¿vas a salir?-me miro extrañada

Ana: Voy a encontrarme con Bill-dije pronto sin querer entrar en detalles solo quería saber que estaba pasando. Oírlo de su boca.

Valeria: Ana, espera

Ana: ¿qué pasa?

Valeria: debes…-dijo lentamente con gesto preocupado- …tener cuidado con Bill y tratar de…

Ana: Espera, espera… ¿por qué me dices eso?

Valeria: solo… Tom… -dudo-me dijo que deben tomar las cosas con calma…

Ana: ¿Qué?-Eso me confirmaba lo que no quería aceptar. Algo estaba mal. Valeria me miro con preocupación cómo dudando si continuar hablando o no.-Tranquila, no quiero ponerte en aprietos con Tom.

Valeria: No es eso, en realidad solo me dijo eso, pero… déjame acompañarte.

Ana: No. Te lo agradezco pero estaré bien-sonreí como no queriendo darle importancia al asunto y salí disparada del edificio.

Durante el trayecto  cada vez estaba más decidida a despejar todas las dudas que tenía, Bill tendría que hablarme con la verdad, ambos éramos adultos como para llevar esa conversación de forma civilizada. Iba de forma pacífica y hasta optimista, solo quería que ambos aclaráramos la situación o si debía terminarse, que fuera de la mejor manera posible.

Toda la tranquilidad que ya me había ganado se me esfumo en cuanto puse un pie en el hotel, por un momento pensé en darme la media vuelta y salir huyendo, en esa fantasía Bill salía corriendo detrás de mí pero yo no le escuchaba solo caminaba.

El roce de unos dedos en mi hombro, picándolo dos veces, me hizo despertar y dejar pasar un solo pensamiento por la cabeza. “Demasiado tarde para correr…”

Me di la vuelta rápido y me encontré con un rostro jovial y sonriente que inclinaba un poco la cabeza a modo de saludo, en respuesta imite el movimiento, esperando ver a Bill en cualquier momento.

-Señorita Ana, ¿verdad?

Ana: Si. Y usted debe ser Benjamín si no me equivoco, ¿cierto…?

Benjamín: Tiene buena memoria.

Ana: a veces eso no es tan bueno…-murmure

Benjamín: ¿perdón?

Ana: ¿eh? No, nada, nada.

Benjamín: El sr. Kaulitz la espera arriba. Acompáñeme por favor.

Ana: claro.

Entramos al ascensor y ambos nos quedamos en silencio. Moría de ganas de preguntarle desde hacía cuanto me estaba esperando o si solo me vio y me reconoció, pero no, lo más seguro era que Bill le hubiera mandado para esperarme. Estaba asombrada de la confianza que tenía Bill de que yo iba a estar en el hotel después de recibir su mensaje.

Las puertas del ascensor se abrieron y Benjamín espero a que yo saliera, pero luego avanzo delante de mí y yo avance con lentitud detrás de él, me puse recta y camine más decidida. 

No tenía que temer a nada, por primera vez estuve segura que nadie más en el mundo me conocía tan bien como él y a su vez yo también le conocía mejor que nadie, habíamos pasado demasiados buenos momentos juntos, conociendo el uno del otro,  así que todo saldría bien…

Pero, para variar el optimismo se me fue al suelo cuando vi a Kim cerrando la puerta de la habitación que se suponía era la de Bill.

Me quede de pie sin moverme haciendo que Benjamín hiciera lo mismo.

Ana: ¿está seguro que Bill me está esperando?-pregunte sin mirarle y viendo en dirección a Kim, quien me dedico una sonrisa.

Benjamín: si, señorita.

Ana: Bien.- Kim se había parado a medio del pasillo con nosotros y algo en la expresión de Benjamín me hizo saber que a él tampoco le agradaba ella.

Kim: Hola Ana, hace mucho que no te veía…

Ana: Hola-ella siguió hablando de algo que no lograba entender porque empecé a preguntarme si Bill la había hecho venir a propósito. 

Kim: ...La verdad es que tengo algunas cosas que hacer, pero, tal vez en otra ocasión podamos platicar

Ana: ¿platicar?-no pude evitar lucir confundida, ¿de qué podríamos hablar?

Kim: si, ya sabes, como amigas

Ana: quizá…

Kim: la verdad es que me extraño mucho no verte en los últimos conciertos…

Ana: ¿Cómo?-una chispa se encendido en mi interior. Sabía que estaba hablando pero no escuchaba lo que me decía por estar pérdida tratando de saber que significa. ¿A caso ella si había ido a las presentaciones que tuvo el grupo? ¿Eso tenía que ver con que Bill se hiciera tonto con la invitación que tenía en un principio?-¿Fuiste?

Kim: ay si, pero, solo a dos, al concierto que dieron en Brasil y en México-sonrio-¡Estuvieron increíbles! Si quieres después te muestro todas las fotos que tomé

Ana: si… me encantaría verlas

Kim: bueno te dejo porque vas a ver a Bill, ¿No es cierto?

Ana: si…

Kim: bueno ya será en otra ocasión. Además se me hace tarde… te dejo, chao

Ana: claro-me había dado la vuelta antes de que se fuera.

Benjamín estaba parado delante de la puerta de Bill esperando que me acercara, pero,  me quede en el mismo lugar, no encontraba forma de razonar lo que me acababa de decir Kim.

¿El fin de su presencia sería para que sintiera celos? Porque si así era ya lo había conseguido. O quizá era para que abriera los ojos de una buena vez…

Benjamín ya había abierto la puerta y me hacía un gesto para indicarme que entrara. Allí ya estaría él... pero las piernas no me respondían, no podía entrar tan llena de rabia. No sé de qué forma tuve el valor de darme la vuelta. Empecé a caminar a toda prisa por el pasillo hasta toparme con los ascensores nuevamente, pique el botón varias veces como si con ello fueran a abrirse las puertas más rápido. Escuche los gritos de Benjamín pero ya iba directa a la planta baja, corrí para salir del lobby y me detuve en la entrada del hotel.

Tenía un nudo atravesado en la garganta, no sabía si podría hablar. El aire y la temperatura estaban helados pero ni eso hacía que la cólera disminuyera, estaba imaginando lo peor y aun así gritaba en mi interior que todo tenía explicación, que solo estaba exagerando. Aun y después de todo estaba hallando la forma de justificar a Bill. ¿A caso el haría alguna vez lo mismo por mi? ¿Antepondría lo que sentía por la realidad?

El hecho era muy simple, él se había distanciado sin razón.

-Pensé que se había ido

Benjamín estaba a lado mío con la respiración agitada

Ana: Lo siento, es que olvide decirle algo a… la señorita, pero ya no la alcance…-mentí tan bien que hasta yo me lo creí. No sé de qué manera pero logre recomponerme, solo necesitaba un poco de aire  para no colapsar allí dentro.  

Volvimos a subir y ahora si estaba segura de que Bill le había pedido a Benjamín que en cuanto pusiera un pie en el hotel y me encontrara en la planta baja no me dejara hasta haber llegado con él. Lo que no sabía era si él creía que iba a huir.

Benjamín: El Sr. Kaulitz no debe tardar.

Ana: Gracias

Benjamín se fue dejándome en la sala de la habitación vacía. Todo el lugar olía a la colonia de Bill, todo estaba impregnado de él y en perfecto orden como siempre. Recorrí con los dedos el sofá mientras caminaba lentamente.

Tan calmada por fuera con una batalla interior. Primero con lo de Kim, tenía la excusa perfecta para terminar con todo pero por otro lado deseaba escucharle, escuchar que todo lo que ya estaba creyendo era producto de mi imaginación. 

Bill solo estaba aumentando mi ansiedad al no hacer acto de presencia, ¿otro acto hecho a propósito?

O ya me estaba poniendo paranoica. Estaba terriblemente nerviosa, las palmas de las manos me sudaban y sentía que en cualquier momento empezaría a temblar debido a las conclusiones a las que había llegado… ¿Desde cuándo tenía tanto miedo de encontrarme con Bill? Algo se había roto… lo supe la última vez que nos habíamos visto. Pero…

-¿No piensas sentarte?- El corazón me latió como loco. No tuve que mirarle para reconocer la dureza en su voz. Estaba tan concentrada en mis pensamientos que ni siquiera lo había escuchado entrar.

(...)