Estaba entrando de nuevo a ese trance que le daba cada vez que se
acordaba de lo sucedido, ¿qué acaso nunca se le iba a olvidar? Estaba claro que
no debía de haber pasado… pero si volviera a estar en ese lugar, en ese momento
y con él, probablemente haría lo mismo, se podía ver a si misma parando la
situación, incluso se veía a si misma regresando a su habitación pero eso le
causaba aún más ansiedad. Apretó la mandíbula y trato de dirigir la mirada
hacia otro lado.
Quería dejar ese recuerdo en paz, quería dejar de sentir lo que
sentía, la culpa venía muy a menudo pero eso no era lo que más la molestaba, él
se había comportado bien, demasiado bien. Realmente más de lo que esperaba, y
eso era lo que más la irritaba, la trataba como su mejor amiga, como si jamás
hubiera pasado por su mente sobrepasar cualquier límite con ella, como si no lo
hubiera pasado ya… Le molestaba, en primera porque él había cumplido su
promesa, no hablar nunca del tema, y en segunda, lo que le irritaba todavía más, era que él
hubiera sido capaz de olvidar con tanta facilidad cuando a ella se la estaba
llevando el carajo al aparentar y reprimir lo que en realidad sentía.
Cruzo las piernas y movió su cabello detrás de sus hombros, Tom se
quejó porque le había dado en el rostro.
Valeria: ¿Qué, qué estabas haciendo allí?
Tom: Tratando de despertarte-se tallo los ojos-¿En qué piensas?
Valeria: en nada-se puso de pie y abrió el refrigerador
Tom: lo que tu digas… pásame una cerveza-Valeria saco dos cervezas y
le paso una de mala gana-¿Me vas a decir qué te pasa? ¿querías estar a solas?
Valeria: no sé… a lo mejor por eso me vine para acá, ¿no crees? Quería
alejarme un poco del ruido
Tom: hey… tranquila. Pues mal plan, porque estas en mi casa, y aquí
siempre hay bullicio
Valeria: si, ya me di cuenta, por fortuna mañana nos vamos
Tom: ¿tan mal lo has pasado?- la observo con atención a la vez que se
concentraba en los gritos de afuera, y eran de Camila… de nuevo… seguro Gustav
la había tirado a la piscina otra vez…
Valeria: No… no es eso… la he pasado muy bien en realidad, siento
haber…
Tom: no te disculpes, entiendo… seguro extrañas a tu novio…se lo que
se siente extrañar a alguien… -le dio un trago a la cerveza, antes de acercarse
un poco más-pero si quisieras no tendrías que sentirte sola-le dije estando a
un lado de ella con su vista clavada en sus ojos.
Algo en su expresión había cambiado, algo que no había visto desde…
Valeria: ¿Bromeas verdad…?-pregunto desconcertada tratando de fingir
desinterés. ¿Cómo se atrevía a insinuar algo después de…? Un momento… ¿Dijo que
sabía lo que era extrañar a alguien”?
-Claro que esta bromeando.
Con ese tono de voz tan contundente no había lugar para dudas. Bill
castigaba con la mirada pero no era a Tom sino a Valeria. Esto todavía la
desconcertó más, sentía como los músculos de Tom se habían tensado pero no se
había movido, y su hermano había dejado unos platos en el lavabo, y saco tres
cervezas del refrigerador, las puso en la repisa y las abrió una a una
continuando como si estuviera solo en la cocina. Cuando termino tomo una bolsa de
plástico y las tres cervezas.
Bill: Si quieren pueden quedarse aquí, pero ¿Por qué no vienen afuera
con nosotros? –les invito en tono amable pero como si no quedara ninguna otra
opción.
Dos manos me apretujaron mientras me apretaban por la cintura, luego
un beso en el cuello me provoco un acalorante escalofrío, Bill me paso una
cerveza y luego me soltó para poner las otras dos sobre la mesa, las cuales
tomaron al instante Georg y Gustav cuando regresaron.
Ana: ¿Quieres embriagarme…?
Bill: creo que ya lo estas niña, la traje para mí pero si la quieres,
adelante-dijo sonriendo, pero esa sonrisa no alcanzo a sus ojos. Estaba mirándome
pero algo me decía que su mente estaba en otro lugar.
Ana: ¿te pasa algo Bill?
Bill: No, nada ¿por qué?-dijo preocupado, a la vez que terminaba de poner toda la basura
en la bolsa de plástico
Ana: no, por nada… ¿te ayudo?
Bill: ya estoy terminando-puso la bolsa en el suelo y luego, tomo la botella
que tenía entre las manos y le dio un sorbo
Ana: no creo que debas tomar más…
Bill: me encanta que te preocupes por mí, pero estoy bien
Me recargue en su pecho, sabía que algo le preocupaba y me costaba
creer que algo le hubiera sucedido en los últimos cinco minutos en los que se
ausento.
Valeria se acercaba a nosotros caminando a paso lento mientras que Tom
desviaba su dirección hacía la piscina. Se inclinó y se puso en cuclillas
frente a Camila, quien se encontraba con el rostro algo pálido, y no era para
menos, pues ya comenzaba a soplar aire fresco y la temperatura no tardaría en
empezar a descender.
El verano estaba por terminar, había sido una gran idea la de Bill y
aprovechar la alberca antes de que entrara el otoño, porque entonces la temperatura bajaría en
Alemania y no podríamos aprovechar tan esplendido día. Era uno de los mejores
fines de semana de mi vida, el mejor fin de semana que Bill me hubiera podido
regalar, además de conocer su casa por fin, lo habíamos pasado muy bien los
siete.
Georg: creo que va siendo hora de que nos vayamos… -miro a Gustav-se está
haciendo tarde
Camila: termino de cambiarme y nos, nos-estornudo-vamos-la pelirroja
ya estaba empezando a temblar-creo que fue una mala idea meterme a la piscina,
de nuevo…
Tom: será mejor que te seques y te cambies, te puede dar un resfriado
Camila: si, no me tardo nada
Gustav: pues entonces también voy a cambiarme-tomo una toalla y se la
puso encima a Camila, esta de inmediato se envolvió en ella y le siguio de cerca.
Georg: bueno yo también me voy a vestir, el camino es largo… a ver
cuándo nos invitan otra vez…
Tom: pues cuando quieras Georg, ya sabes que nosotros siempre te
prestamos la piscina cuando llega el invierno así que… -dijo riéndose a
carcajadas-cuando quieras
Georg: y la usamos juntos eh, ¿qué te parece?-le pego en el brazo
antes de meterse a la casa
Bill me tenía abrazada por la cintura mientras despedíamos a Georg, a
Camila y a Gustav, a metros de distancia se notaba que Bill se estaba
reprimiendo por algo.
Bill: cuidado al volante Georg
Georg: no me llamo Gustav
Gustav: ¡hey! Yo conduzco muy bien y mejor que todos ustedes juntos
Georg: bueno mejor me voy que tengo que pasar a dejarlos y a Gustav ya
se le subió… -dijo con el motor ya encendió
Tom: como te enseñe Georg, anda-cerró la reja, nos quedamos allí unos segundos mientras observábamos
como se iba empequeñeciendo el auto.
Valeria: bueno chicos yo estoy algo cansada, mañana habrá que
levantarse temprano, buenas noches
Ana: hasta mañana
Bill asintió, y se despidió solo
con la mirada.
Bill: hay que recoger el resto de las cosas que quedaron afuera ¿puedes
ir por ellas Tom?-se dio la vuelta y este asintió sin pensárselo demasiado
Tan pronto como se fue Bill hizo ademán de ir tras él.
Ana: ¿qué pasa Bill? Y no me digas que nada.
Se detuvo y se dio la vuelta para mirarme, relajo su expresión y dejo
escapar un largo suspiro, no era el único que estaba conteniendo el aire…
Bill: tú sabes lo que sucedió entre Tom y Valeria ¿o me equivoco?-pregunto
sin rodeos
Ana: si… -acepte-lo sé, ¿por qué?
Bill: eso es lo que pasa…
Ana: ¿Cómo? ¿A qué te refieres?
Bill: No quiero que Tom cometa alguna tontería…
Ana: creo que te estas preocupando en vano Bill, creo que eso ya lo
dejaron pasar, además… eso es entre ellos…
Bill: lo sé-suspiro-¿me esperas arriba? Voy a ayudarle a Tom
Ana: Está bien-Eso de que iba a ayudarlo… era puro cuento, como si no
le conociera, seguramente le iba a dar su buena regañada, no sé porque Bill no
dejaba un poquito ese control sobre todas las situaciones. Se sentía el hermano
mayor aunque ese rol no le correspondiera a él…-No tardes…
(…)
cada vez me emocionoo mas cuando leo esta novela, por favor siguee no sabes lo motivada que me pones....es demasiado excelente.
ResponderEliminar