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viernes, 26 de julio de 2013

Capitulo 79

Estaba entrando de nuevo a ese trance que le daba cada vez que se acordaba de lo sucedido, ¿qué acaso nunca se le iba a olvidar? Estaba claro que no debía de haber pasado… pero si volviera a estar en ese lugar, en ese momento y con él, probablemente haría lo mismo, se podía ver a si misma parando la situación, incluso se veía a si misma regresando a su habitación pero eso le causaba aún más ansiedad. Apretó la mandíbula y trato de dirigir la mirada hacia otro lado.

Quería dejar ese recuerdo en paz, quería dejar de sentir lo que sentía, la culpa venía muy a menudo pero eso no era lo que más la molestaba, él se había comportado bien, demasiado bien. Realmente más de lo que esperaba, y eso era lo que más la irritaba, la trataba como su mejor amiga, como si jamás hubiera pasado por su mente sobrepasar cualquier límite con ella, como si no lo hubiera pasado ya… Le molestaba, en primera porque él había cumplido su promesa, no hablar nunca del tema, y en segunda,  lo que le irritaba todavía más, era que él hubiera sido capaz de olvidar con tanta facilidad cuando a ella se la estaba llevando el carajo al aparentar y reprimir lo que en realidad sentía.

Cruzo las piernas y movió su cabello detrás de sus hombros, Tom se quejó porque le había dado en el rostro.

Valeria: ¿Qué, qué estabas haciendo allí?

Tom: Tratando de despertarte-se tallo los ojos-¿En qué piensas?

Valeria: en nada-se puso de pie y abrió el refrigerador

Tom: lo que tu digas… pásame una cerveza-Valeria saco dos cervezas y le paso una de mala gana-¿Me vas a decir qué te pasa? ¿querías estar a solas?

Valeria: no sé… a lo mejor por eso me vine para acá, ¿no crees? Quería alejarme un poco del ruido

Tom: hey… tranquila. Pues mal plan, porque estas en mi casa, y aquí siempre hay bullicio

Valeria: si, ya me di cuenta, por fortuna mañana nos vamos

Tom: ¿tan mal lo has pasado?- la observo con atención a la vez que se concentraba en los gritos de afuera, y eran de Camila… de nuevo… seguro Gustav la había tirado a la piscina otra vez…

Valeria: No… no es eso… la he pasado muy bien en realidad, siento haber…

Tom: no te disculpes, entiendo… seguro extrañas a tu novio…se lo que se siente extrañar a alguien… -le dio un trago a la cerveza, antes de acercarse un poco más-pero si quisieras no tendrías que sentirte sola-le dije estando a un lado de ella con su vista clavada en sus ojos.

Algo en su expresión había cambiado, algo que no había visto desde…

Valeria: ¿Bromeas verdad…?-pregunto desconcertada tratando de fingir desinterés. ¿Cómo se atrevía a insinuar algo después de…? Un momento… ¿Dijo que sabía lo que era extrañar a alguien”?

-Claro que esta bromeando.

Con ese tono de voz tan contundente no había lugar para dudas. Bill castigaba con la mirada pero no era a Tom sino a Valeria. Esto todavía la desconcertó más, sentía como los músculos de Tom se habían tensado pero no se había movido, y su hermano había dejado unos platos en el lavabo, y saco tres cervezas del refrigerador, las puso en la repisa y las abrió una a una continuando como si estuviera solo en la cocina. Cuando termino tomo una bolsa de plástico y las tres cervezas.

Bill: Si quieren pueden quedarse aquí, pero ¿Por qué no vienen afuera con nosotros? –les invito en tono amable pero como si no quedara ninguna otra opción.

Dos manos me apretujaron mientras me apretaban por la cintura, luego un beso en el cuello me provoco un acalorante escalofrío, Bill me paso una cerveza y luego me soltó para poner las otras dos sobre la mesa, las cuales tomaron al instante Georg y Gustav cuando regresaron.

Ana: ¿Quieres embriagarme…?

Bill: creo que ya lo estas niña, la traje para mí pero si la quieres, adelante-dijo sonriendo, pero esa sonrisa no alcanzo a sus ojos. Estaba mirándome pero algo me decía que su mente estaba en otro lugar.

Ana: ¿te pasa algo Bill?

Bill: No, nada ¿por qué?-dijo preocupado,  a la vez que terminaba de poner toda la basura en la bolsa de plástico

Ana: no, por nada… ¿te ayudo?

Bill: ya estoy terminando-puso la bolsa en el suelo y luego, tomo la botella que tenía entre las manos y le dio un sorbo

Ana: no creo que debas tomar más…

Bill: me encanta que te preocupes por mí, pero estoy bien

Me recargue en su pecho, sabía que algo le preocupaba y me costaba creer que algo le hubiera sucedido en los últimos cinco minutos en los que se ausento.

Valeria se acercaba a nosotros  caminando a paso lento mientras que Tom desviaba su dirección hacía la piscina. Se inclinó y se puso en cuclillas frente a Camila, quien se encontraba con el rostro algo pálido, y no era para menos, pues ya comenzaba a soplar aire fresco y la temperatura no tardaría en empezar a descender.

El verano estaba por terminar, había sido una gran idea la de Bill y aprovechar la alberca antes de que entrara el otoño,  porque entonces la temperatura bajaría en Alemania y no podríamos aprovechar tan esplendido día. Era uno de los mejores fines de semana de mi vida, el mejor fin de semana que Bill me hubiera podido regalar, además de conocer su casa por fin, lo habíamos pasado muy bien los siete.  

Georg: creo que va siendo hora de que nos vayamos… -miro a Gustav-se está haciendo tarde

Camila: termino de cambiarme y nos, nos-estornudo-vamos-la pelirroja ya estaba empezando a temblar-creo que fue una mala idea meterme a la piscina, de nuevo…

Tom: será mejor que te seques y te cambies, te puede dar un resfriado

Camila: si, no me tardo nada

Gustav: pues entonces también voy a cambiarme-tomo una toalla y se la puso encima a Camila, esta de inmediato se envolvió en ella y le siguio  de cerca.

Georg: bueno yo también me voy a vestir, el camino es largo… a ver cuándo nos invitan otra vez…

Tom: pues cuando quieras Georg, ya sabes que nosotros siempre te prestamos la piscina cuando llega el invierno así que… -dijo riéndose a carcajadas-cuando quieras

Georg: y la usamos juntos eh, ¿qué te parece?-le pego en el brazo antes de meterse a la casa

Bill me tenía abrazada por la cintura mientras despedíamos a Georg, a Camila y a Gustav, a metros de distancia se notaba que Bill se estaba reprimiendo por algo.

Bill: cuidado al volante Georg

Georg: no me llamo Gustav

Gustav: ¡hey! Yo conduzco muy bien y mejor que todos ustedes juntos

Georg: bueno mejor me voy que tengo que pasar a dejarlos y a Gustav ya se le subió… -dijo con el motor ya encendió

Tom: como te enseñe Georg, anda-cerró la reja, nos quedamos allí unos segundos mientras observábamos como se iba  empequeñeciendo el auto.

Valeria: bueno chicos yo estoy algo cansada, mañana habrá que levantarse temprano, buenas noches

Ana: hasta mañana

Bill  asintió, y se despidió solo con la mirada.

Bill: hay que recoger el resto de las cosas que quedaron afuera ¿puedes ir por ellas Tom?-se dio la vuelta y este asintió sin pensárselo demasiado

Tan pronto como se fue Bill hizo ademán de ir tras él.

Ana: ¿qué pasa Bill? Y no me digas que nada.

Se detuvo y se dio la vuelta para mirarme, relajo su expresión y dejo escapar un largo suspiro, no era el único que estaba conteniendo el aire…

Bill: tú sabes lo que sucedió entre Tom y Valeria ¿o me equivoco?-pregunto sin rodeos

Ana: si… -acepte-lo sé, ¿por qué?

Bill: eso es lo que pasa…

Ana: ¿Cómo? ¿A qué te refieres?

Bill: No quiero que Tom cometa alguna tontería…

Ana: creo que te estas preocupando en vano Bill, creo que eso ya lo dejaron pasar, además… eso es entre ellos…

Bill: lo sé-suspiro-¿me esperas arriba? Voy a ayudarle a Tom

Ana: Está bien-Eso de que iba a ayudarlo… era puro cuento, como si no le conociera, seguramente le iba a dar su buena regañada, no sé porque Bill no dejaba un poquito ese control sobre todas las situaciones. Se sentía el hermano mayor aunque ese rol no le correspondiera a él…-No tardes…


(…)

1 comentario:

  1. cada vez me emocionoo mas cuando leo esta novela, por favor siguee no sabes lo motivada que me pones....es demasiado excelente.

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