Mil disculpas, un solo capitulo en junio... ya sé, imperdonable...
(...)
¿Había oído bien? Porque estaba a punto de caerme al
suelo. Sus ojos me dominaban por completo, ¿y que decía? le gritaba desesperada
que sí, que llevaba deseando esto desde hace mucho tiempo…
Ana: Yo…-¿se lo dejaba tan sencillo?-si…-le susurre
Entro tranquilamente, cerró la puerta tras él sin
quitarme la vista de encima, mientras yo trataba de controlar el ligero el temblor de mi cuerpo, se acercó e inclino la cabeza pegando su frente a
la mía.
Bill: mientras este aquí, no te guardes nada para
ti, ¿está bien?
Ana: Está bien…
Me dejo sentir su aliento antes de sentir sus
labios, su lengua, su saliva… sin tocarme, sus manos se mantenían una a cada
lado mío contra la pared, quietas, muy quietas... sabía tan bien, de pronto se detuvo dejándome con
ganas de más. Saco su teléfono del pantalón, con la pantalla iluminada, y se
dispuso a contestar.
Bill: No te quites el vestido. Quiero quitártelo
yo.-dijo antes de pegarse el teléfono a la oreja
¡Oh Dios mío…! Me quede muy quieta aunque
revolviéndome por dentro bajo su mirada, porque mientras pronunciaba una a una
las palabras que le decía al que estaba al otro lado de la línea no dejaba de
observarme. Lo necesitaba, aunque no podía negar que me asombraba después de lo
sereno que se había mostrado todo el día, además de tremenda indicación…
Tenía un calor tremendo y no tanto por la temperatura
ambiental, aunque me ayudaba de algo la suave brisita que se colaba por las
ventanas abiertas. Bill cortó la llamada y yo pase saliva, estaba más que lista
para él… Camino despacio repasándome con la mirada.
Bill: ha pasado mucho…
Ana: eso creo
Bill: esta vez no voy a desperdiciar el tiempo.-dijo
e inclino su cabeza hacia mi, pensé que iba a besarme, pero paso su nariz por
mi cara, y luego me beso el cuello, sus manos por fin me tocaron, aunque muy
despacio, él tenía mucha paciencia mientras que yo me retorcía por dentro, algo
me decía que él ya lo sabía… recorrió mi escote con la yemas de los dedos, jalándolo
de vez en cuando, observando mi reacción, y yo seguía cada roce con la mirada,
supuse que eso quería, quería que mirara todo lo que estaba haciendo.
Fue bajando lentamente hasta que sus manos tocaron
mis piernas y se fueron introduciendo bajo mi vestido, en un respingo quise dar
un paso atrás pero él no me dejo
hacerlo, me beso y yo pase mis manos por su espalda. Sus manos comenzaron a bajarme las bragas…
Ana: Bill…-pronuncia a penas audible.
Bill: te quiero ahora… -gruño dejando caer mi ropa interior, levante los pies y tome la mano que me ofrecía, se sentó en el
sillón e hizo que yo lo hiciera encima de él, me levanto el vestido poco a
poco, dirigiéndome hacia él…
Me agarro de las caderas con fuerza evitando
cualquier movimiento, le sentí completamente y tan dentro… sus manos se
movieron por mi cuerpo, mientras mi boca lo consumía completamente
Bill: ah… -gimió-no sabes cuanto te necesitaba…
Ana: y yo a ti…
Comenzaba a moverme cada vez más rápido pero Bill me
obligaba a ir más lento, me miraba embelesado, mientras me iba bajando el
cierre del vestido y los tirantes, desabrocho el sostén con habilidad dejando
mis senos expuestos, sus manos empezaron a jugar con mis pezones, rozándolos
jalándolos, mordiéndolos…
Sentía que me desvanecía, estaba a punto de llegar
cuando hizo que me separa lentamente.
Bill: espera un poco… creo que tengo que quitarte
esto-jalo el vestido atrayéndome a él-no lo necesitas
Me puse de pie, y él se colocó frente a mi, jalo de
mi vestido hacia abajo y se deshizo de el. Recorrió con una de sus manos mis
senos y mi vientre.
Bill: Acuéstate
Me deje caer despacio en la cama, el se estaba
quitando la camisa y luego siguió con el pantalón, su mirada me impedía
moverme, así que le observaba encantada, mientras se quitaba la última prenda y
se dejaba caer sobre mi, que esplendida
sensación… sus manos se enredaron en mi cabello y yo empecé a tocar su abdomen
marcado y luego seguí… para jugar con su
miembro, me dirigió una mirada lasciva, fue entonces cuando su lengua se
apoderó de mi boca, no me dejaba ni un
segundo para respirar, hasta que unos gemidos empezaron a escapar de su boca.
Bill: tus manos son maravillosas pero…
Me agarro de las manos haciendo que dejara de
tocarlo… y me mordió el labio, yo me queje y él solo sonrió.
Ana: Bill suéltame
Bill: ¿para qué?-sonrió divertido ante mi cara de
desconcierto-¿quieres seguir tocando…?-el calor se me acumulo en la cara
Ana: suéltame
Bill: No, hasta que me digas para que quieres que te
suelte-arrugue el entrecejo, no tenía que decirle nada… bien, si él no me
soltaba…
Junte las piernas y le empuje aunque sin mucho
éxito, él se me quedo viendo sin entender.
Bill: ¿qué haces?
Ana: ¿yo? Nada,
Bill: no juegues así Ana… -dijo en tono de
advertencia
Ana: ¿cómo?
Bill: ah… ¿no sabes?
Ana: no…
Bill: ¿por qué me haces esperar…? Sabes que no me
gusta. Te deseo-susurro y destense mi cuerpo, me soltó las manos para tomarme
de las rodillas, abrió mis piernas sin miramientos y me fue besando hasta
llegar a mi entrepierna. Estaba implacable, y yo nuevamente estaba acercándome…
no podía reprimir los gemidos que salían de mi garganta, ya no podía más… Justo
cuando creía que llegaría, él se detuvo y subió lentamente por mi vientre… ¡No!
¿Por qué? Otra vez frustrada…-Calma niña…-murmuro-Quiero llegar contigo… -dijo
y sentí como volvía a tenerle dentro poco a poco...
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