Salimos temprano rumbo al aeropuerto, Bill había programado tal como había dicho, el vuelo directo a Londres a las 9:45 a.m. para mí, mientras que tanto el, como los demás se irían a Magdeburgo, por lo que me había dicho, ellos tendrían una semana para descansar y luego volverían a seguir con la promoción del disco.
Esta vez la despedida fue rápida y sin tiempo a demasiado sentimentalismo, y no lo decía por Bill o por los chicos sino, por Camila y Jessica, que no sabía cuando volvería a verlas, especialmente a Jess que iba a quedarse el resto de la semana en Berlín y después partiría a México.
No hubo tiempo para muchas lágrimas apenas llegue y me despedí de las dos con la promesa de que en breve nos reuniríamos de nuevo, de ahí me fui a registrar el equipaje. El último del que me despedí fue de Georg y asombrosamente fue al que tuve en mente el resto del día.
Georg: que tengas un buen viaje Ana
Ana: pues muchas gracias Georg, igualmente. Espero verlos pronto.
Georg: yo…-miro a Bill de reojo-creo que si. De verdad espero que las cosas vayan bien entre ustedes… a Bill le cuesta confiar en las personas...por lo que creo...ante todo debes tener mucha paciencia-dijo sorprendiéndome- yo se porque te lo digo, las cosas suelen ponerse difíciles… te lo digo por experiencia. Nada me daría más gusto que ver que mi amigo ya no esta tan solo.
Ana: ¿pero de que hablas? Solo no esta, están ustedes, sus amigos
Georg: si, es verdad, pero necesita a otra persona que sea más que eso, ¿no te parece? Y bueno espero que esa otra persona seas tú.
Ana: Yo también lo espero-confesé sincera.
No me esperaba que alguien me dijera aquello y mucho menos Georg, hasta me hubiera sorprendido menos si el comentario hubiera venido de parte de Gustav, es decir, Georg y yo lo llevamos bien, pero no había tanta confianza entre nosotros, o no hasta ese momento. Creo que ni el mismo Bill era tan consciente de la preocupación y protección que le brindaban sus amigos y compañeros de grupo.
Nada más llegar al aeropuerto en Londres y recoger mi equipaje pedí un taxi para que me llevase al apartamento no tenía caso molestar a Valeria para que viniera por mi, por las horas que eran todavía debía estar trabajando. Así que pase por uno de los mostradores, le indique a la recepcionista la ruta del camino, pague y me entrego un ticket, que después le entregaría al conductor del taxi, me dirigí a la salida principal, afuera estaba nublado y hacía frío, eso si, mucho menos que en Alemania.
El conductor del taxi se ofreció a ayudarme a subir la maleta pero preferí llevarla yo misma. Como imaginaba el apartamento estaba vacío, lleve la maleta al cuarto y la deje en un rincón. Fui a la cocina a preparar algo de comer, me puse hacer todo lo que se me ocurrio para matar el tiempo; escuchar música, ver t.v. y luego a leer.
Más tarde cuando me aburrí fui a la cocina e hice un café, entonces vi que uno de los estantes había unos quequitos de zanahoria envueltos en una bolsa de plástico transparente, por lo visto en mi ausencia Valeria había cocinado como loca, tome uno, y me lo lleve a la sala junto con el café, me tire en el sofá nada más llegar y me puse a ver televisión de nuevo.
Empezaba a creer que Valeria estaba tardando demasiado cuando escuche el ruido de unas llaves. Levante medio cuerpo, y me asome a ver, ella abrió la puerta a medias y asomo la cabeza.
Valeria: comenzaba a creer que alguien se había metido o que había dejado la televisión encendida.
Ana: soy solo yo jeje-me puse de pie con el quequito que había estado a punto de comer y me aproxime a la puerta.
Valeria: ¿porque no me dijiste que llegabas hoy?-me abrazo- hubiera ido por ti
Ana: espera que me ahogo… -termine de pasar el pedazo de pan
Valeria: ¿qué es eso? ¿¡Te comiste los quequitos que hice!?
Ana: ¿ehm…?
Valeria: eran para Dean!
Ana: había muchos, solo agarre uno, además… ¿Es el cumpleaños de Dean o algo así?
Valeria: No, pero me pidió que le hiciera unos y…
Ana: ahí están todos, ¿ok? Solo me comí uno, que escándalo… además estaban en mi cocina, o sea que son míos…
Valeria: te recuerdo que la cocina es mía también-suspiro- ¿y que tal te fue?
Ana: bien, muy bien, todo normal, ¡Tom adopto un niño!
Valeria: ¿qué, qué!?-casi se le salen los ojos de la impresión.
Le conté lo que había pasado en esos dos días con lujo de detalle, incluyendo lo de Tom y Camila, lo que pareció no sorprenderle, también le hable de que creía que algo había pasado entre Jess y Andreas, y por supuesto que le hable de Bill.
Valeria: con lo que me gustan los go karts, me hubiera gustado estar con ustedes
Ana: y que estuviste…-dije recordando como había estado presente en nuestras conversaciones especialmente en la que tuvo lugar en la taberna…
Valeria: ¿por qué lo dices? ¿Hablaron de mi verdad?
Ana: algo… en fin, te sigo contando mañana que ahora tengo mucho sueño
Valeria: no vas a cenar?
Ana: no, la verdad no tengo hambre
Valeria: claro, con lo que te comiste…
Ana: que fue solo uno!
Valeria: aja-bufo- mañana nos vamos a ir más temprano
Ana: ¿por qué? ¿Que va haber mañana? ¿Junta?
Valeria: no, solo que salimos antes esta bien
La verdad que no tenía intención de ir a trabajar al día siguiente pero ya que podía hacer.
Ana: ok
Me quede dormida de inmediato, me fui despertando como a eso de las tres de la mañana para volver a quedarme dormida a las cinco y despertarme a las seis cuando Valeria golpeo la puerta salvajemente para despertarme. Salí de la ducha totalmente despierta mientras a mi se me hacía que el mundo aun dormía porque aun estaba oscuro haya afuera.
Valeria estaba en la cocina, preparando café y mientras lo hacía tarareaba una canción, su buen humor me hacía pensar que mientras a mi me esperaba una larga charla con Lorena a ella le habían dado un aumento o algo así.
Valeria: buenos días
Ana: buenos? Si tu lo dices…
Valeria: y ahora a ti que te pasa? dos días son suficientes para que te acostumbres a levantarte tarde?
Ana: seeeeeee! Jaja pero y a ti que te pasa?
Valeria: como? Mm- se rió- a mi nada pero deja ya de estar de amargada eh
Ana: ¿¡amargada!? ¿yo? Te parece que estoy así? Jajaja es solo que necesitaba una hora más de sueño
Valeria: pues mira hija a la otra le dices eso a Bill, que te deje dormir y que deje para luego sus hazañas….
Ana: ¿como?
Valeria: no... nada...
Valeria lucía radiante como siempre pero había algo más, tenía un brillo especial en los ojos y estaba más contenta de lo normal, no tarde mucho en enterarme cual era la razón. Minutos después Dean llego por nosotras para llevarnos al trabajo, y lo continúo haciendo el resto de la semana, todo transcurrió de forma normal a excepción de una llamada que recibiría después y de un par de días que me quede haciendo algunas horas extra, era lo mínimo que podía hacer después de los días que me había tomado. En una ocasión Valeria y Dean se quedaron a esperarme para ir a cenar, el no solo se estaba levantando temprano por las mañanas para llevarnos al trabajo (lo que alteraba mis horas de sueño) sino que también en la tarde iba por nosotras.
El viernes mientras tomaba un pequeño refrigerio en la oficina de Valeria y la observaba trabajar, recibí una llamada. Al principio pensé que era solo un mensaje, pero no dejaba de sonar entonces me apresure a contestar el móvil.
Valeria: tranquila que el móvil no se va a ir corriendo…
Ana: ¿si?- apreté el teléfono contra mi oreja, del otro lado se escuchaba mucho ruido y seguía sin oír nada- ¿quién habla? Voy a colgar… -avise
-no vayas a colgar!
Ana: ¿Bill?
Bill: si, soy yo. ¿Me oyes mejor?
Ana: si, un poco. ¿Cómo estás?- se me hacía bastante raro que me hubiera llamado, nos habíamos mandado uno que otro mensaje, pero solo eso.
Bill: es que necesitaba decirte algo- se oía algo apurado
Ana: ok, dime, es algo urgente supongo…?
Bill: no, bueno si, digo… no es tan urgente, pero…- se atropello el mismo con las palabras, por el tono en que hablaba me di cuenta que no era nada malo- recuerdas que te dije que encontraría algunos días libres?
Ana: Si… ¿por?
Bill: tenemos este fin de semana libre
Ana: enserio!? Eso quiere decir que van a venir!?
Bill: ehm… no, en realidad yo estaba pensando que tal vez tú podías venir…
Ana: ¿yo? ¿A dónde?
Bill: París.
Era una locura ir, tomando en cuenta que era solo el fin de semana, pero la ventaja sería que no tendría que faltar al trabajo, no quería que terminaran despidiéndome, por más amistad que tuviera con Lorena, eso era una cosa y el trabajo otra.
Ana: mmm… ok
Bill: si?
Ana: ¡si!
Bill: si no me equivoco-hizo una pequeña pausa- el boleto te llegara por la tarde
Ana: como? Qué boleto?
Bill: el que reserve para ti, es un vuelo para mañana a las 7:30 de la mañana
Ana: ¿¡qué!?
Bill: no grites, que yo si te escucho muy bien
Ana: ¿como sabías que iba a aceptar? ¿y si te decía que no?
Bill: Sabía que dirías que si, y si no pues creo que… se lo daría a Valeria
Ana: No hagas que me arrepienta… Espera… a que hora dices que sale el vuelo?
Bill: a las 7:30, voy a mandar a alguien por ti porque a mi me es muy difícil ir
Ana: 7:30 de la mañana!??
Bill: si, ¿pasa algo malo?
Ana: Y yo que pensaba que iba a poder dormir más…
Bill: ¿qué?
Ana: nada, nada, que esta bien
Le dije a Valeria que me iba el fin de semana, al principio creyó que le jugaba una broma, pensé que iba a reprenderme cuando se diera cuenta que era cierto, ya que era demasiado precipitado y no eran el tipo de cosas que hacía ella, ya que Valeria planeaba algo como esto con más tiempo de anticipación, pero por el contrario me alentó.
Capitulo 53
París
Diciembre 2009
Me quede parada con mi maleta aun lado mientras buscaba con la mirada a alguien conocido.
Un muchacho muy alto, de cabello claro y ojos verdes me pico el hombro, esperaba que hablara inglés porque yo de francés no sabía nada.
-¿Es usted la Srita. Ana?-dijo en inglés pero con acento alemán
Ana: si, soy yo.
-Hola. Soy Benjamín-extendió la mano- Me han mandado por usted- señalo con la mirada a una chica rubia que estaba de espaldas hablando por teléfono, cuando se volteo pude reconocerla.
Benjamín: ¿le ayudo?- miro la maleta
Ana: ah… si, gracias.
Camine a paso lento detrás de el, hasta llegar donde estaba Natalie.
Ana: Natalie, hola!
Natalie: hola! Que tal estás?
Ana: muy bien y tu?
Natalie: bien también, ya sabes mucho trabajo con estos chicos.
Ana: me imagino
Natalie: bueno venga, démonos prisa, que Bill tiene la paciencia de un niño. Es la tercera vez que me llama. Tuve que decirle que ya íbamos para haya, suerte que ya estás aquí
Íbamos caminando ahora si que de prisa, Natalie se veía muy apurada, eso si siempre mantenía una impecable sonrisa.
Benjamín guardo la maleta en la cajuela del auto, luego nos abrió la puerta. Durante el camino no deje de admirar las calles, que lucían espectaculares adornos navideños.
Natalie: ¿es la primera vez que vienes?- me pregunto, creo al ver la cara de boba que tendría en ese momento.
Ana: si, ¿y tu? ¿ya habías estado aquí?
Natalie: ya había venido algunas veces pero esta ciudad me siempre me sorprende, cada vez que vengo me parece que es más encantadora todavía.
-¡Bonjour !-saludo alegremente el guardía que estaba en la puerta- Natalie y yo le respondimos al unisono
Luego de entrar Natalie le dijo algo a Benjamín, y luego el tomo mi maleta y se fue.
Natalie : Ahí esta Bill- señalo detrás de mi, me gire para ver donde es que había señalado. El estaba firmando un autógrafo a unas chicas, nos miro de reojo, sonrio y volvio a lo suyo- te dejo, tengo algunos pendientes que hacer
Ana: oh, ok gracias por todo
Natalie: no es nada-sonrío, y salio del hotel.
Me aproxime hasta donde estaba Bill, ya nada más quedaba una chica con él, ella le decía algo y el la veía a los ojos de vez en cuando, tal interés me hacía pensar que no el no entendía una palabra de lo que le decía o quizá estaba equivocada y podía entender frances. Cuando me puse al lado de Bill la chica me lanzo una mirada como diciendo: ‘no puedo creer que este hablando con Bill Kaulitz’, enseguida ella me mostró una cámara dándome a entender que quería que les tomara una fotografía y así lo hice, le entregue la cámara y ella le paso una libreta a Bill.
Bill : ¿también quieres un autógrafo ?- me dijo viendome de reojo mientras escribía en la libreta
Ana: quizá después...
Por último la chica le entrego un regalo, el le dio las gracias y luego ella se fue. Le quite el regalo y leí la tarjeta que llevaba encima, decía algo en alemán y al final tenía un número.
Ana: mira te anoto el teléfono- puse el regalo en el mostrador sin darle importancia
Bill: cuidado con eso. Quizá la llame… -le quito la tarjeta al regalo y se la metió al bolsillo del pantalón.
Ana: tú sabrás… no tienes que decirme todo lo que hagas
Bill: ¿te molestaría si la llamara?
Lo mire entre incrédula y enojada. Que esperaba?? Es que yo lo sabía, algo me decía que no debería de haber venido, pero eso podía arreglarse, enseguida subiría por mi maleta y me iría de vuelta a Londres.
Bill: por la cara que tienes creo que si te molestaría, no?
Ana: para nada… al fin y al cabo eres libre de hacer lo que te venga en gana-di media vuelta dispuesta a marcharme pero me sujeto de la cintura
Ana: ¿qué haces? ¡Suéltame!
Bill: sshhh… no grites-dijo volteando hacia los lados por si alguien nos veía
Ana: entonces suéltame
Bill: bien, pero no te vayas. No lo decía enserio. Solo quería saber cual era tu reacción.
Ana: ¿qué?- le mire sorprendida ¿¡Estas jugando…!?
Bill: Si acaso guardare el número para dárselo a Tom, el ya sabrá que hacer. Como crees que iba a llamarla, ¿por quién me tomas?
Ana: pensé que quizás tu y Tom se parecen también en eso y no solo en lo físico
Bill: No tengo a una chica esperándome en cada país. Solo estoy contigo, no hay más -sonrío-¿Me disculpas?
Como no iba a disculparlo, si el sin saberlo siquiera, me estaba diciendo lo que necesitaba escuchar, además con la carita que ponía me era imposible no hacerlo.
Bill: la verdad es que Tom ha cambiado un poco, no creas que cada día esta con una chica diferente-comento mientras se peinaba frente al espejo que estaba colocado en la pared
Ana: ¿qué?-pregunte mientras le echaba un vistazo a la habitación
Bill: te lo digo por lo que tú dijiste
Ana: ah…-me senté en una orilla de la cama
Bill: no digo que ahora se la pase solo, porque sería mentira, pero ahora es más conciente de las cosas, antes Tom no podía decirle que no a ninguna grupie, las traía al hotel, llevábamos otro tipo de vida...- la verdad no quise preguntar acerca de ese ‘llevábamos’
Ana: estoy de acuerdo, pero tu hermano tampoco ayuda mucho a quitarse esa mala imagen…
Bill: la mayoría lo juzga mal…a todos…te conocen y piensan que como tocas en una banda, debes vivir al límite… consumiendo drogas… que no tienes valores… que uno esta con una chica diferente siempre-me miro a través del espejo
Ana: ok, ya entendí el punto-le asegure, sabiendo que lo último iba para mi- por cierto, ¿en donde esta Tom?
Bill: debe estar en su habitación, solo- recalco- la última persona con la que salio fue Camila.
Ana: solo pregunte donde, no si estaba solo o no. Bueno vamos a dar una vuelta?-le dije cambiando de tema
Bill: en realidad yo estaba pensando en otra cosa…-levanto la ceja
Ana: me voy a retocar el maquillaje-dije haciendo como si no le hubiera escuchado-y luego salimos un rato
El se había sentado en la cama y yo me había levantado acercándome al espejo, me puse un poco de polvo y brillo en los labios.
Ana: ¿nos vamos?
Estaba recostado bocarriba con ambas manos detrás de su cabeza, y los pies cruzados, se levanto levemente para mirarme y luego volvió a acostarse.
Bill: no vas a peinarte?
Ana: eh? Qué? porqué? Acaso estoy…-me pase los dedos por el cabello lo más rápido que pude y me gire de nuevo hacia el espejo. Bill se estaba riendo.
Ana: al menos yo no parezco árbol de navidad
Se sentó en la cama y se miro la ropa y todas las cadenas y collares que llevaba.
Ana: ¿o es que te pones todo eso por la época? No que va… -me conteste a mi misma- si a ti no te importa la época, tu te vistes así todo el año jajaja
Bill: lo que me costo una pequeña broma… basta ya de criticarme, no?
Ana: mm… No!
Bill: no me queda otra que obligarte a parar con tus comentarios
Ana: ¿así? ¿y como vas a hacer eso?
Bill: ¿por qué no te acercas para averiguarlo?
Ana: yo… no lo creo-ya sabía para donde iban las cosas- quiero salir a conocer la ciudad-di dos pasos atrás y me gire, visualice mi bolsa del lado contrario de la habitación, la tome deprisa, pero cuando me di la vuelta Bill ya estaba detrás de mi
Bill: ¿a donde crees que vas?
Ana: ¿yo? A ningún lado. Toma- le pase mi bolsa, el se quedo extrañado y mientras tanto aproveche para huir de prisa, me subí a la cama con todo y zapatos, di un pequeño salto y me fui directo a la puerta. Me quede a solo dos pasos porque Bill se coloco delante de mí, me hizo dar la vuelta quedando de espaldas a la puerta.
Se inclino ligeramente, a punto de hacer que nuestros labios se rozaran pero antes de que sucediera, se detuvo, cambio de dirección pasando su mejilla junto a la mía, me hizo sentir su respiración en mi oído.
Bill: ¿por cuanto tiempo creíste que ibas a poder huir?- susurro-Aquí precisamente no hay muchos lugares donde esconderse… -me encerró colocando sus brazos a cada lado-¿no será… que querías que te alcanzara…?-elevo una ceja
De pronto en un movimiento inesperado me agarro de ambas piernas y me levanto, en acto reflejo lleve mis manos a sus hombros para sostenerme.
Ana: pero...¿¡qué haces!? ¡Bájame! Nos vamos a caer los dos
Bill: no te voy a dejar caer-me aseguro
Ana: no Bill, bájame ahora! de verdad ya, no me hagas suplicarte-dije tratando de contener la risa
Bill: por qué no? si ya lo has hecho antes… - dijo en tono malicioso mirándome fijamente-ahora es muy tarde, pudiste haber huido y no lo hiciste, ahora sufre las consecuencias… aunque no creo que ‘sufrir’ sea la palabra… - exclamo arrogante
Ana: eh??? No me vaciles-no dijo nada solo se limito a regocijarse en el efecto que me producía- no me mires así
Bill: ¿por qué? me gusta como te pongo-dijo humedeciéndose los labios
Ana: Bill ya deja de jugar- me reí- quítate anda-trate de apartarlo pero me era imposible parecía una gigantesca roca y no logre moverlo ni un poco
Bill: si todavía no he comenzado…
Ana: déjame ya- trate en vano de separarme nuevamente pero logre todo lo contrario acercándonos todavía más
Bill: te dejaría… pero tus ojos me piden lo contrario
Ana: ¿si? Pues deja de verme
Bill: si no quieres que te vea… entonces dime… ¿que quieres que haga contigo?- pregunto sugerente haciendo que la poca voluntad que me quedaba se esfumara
Ana: hazme tuya… -le susurre
Enrede mis piernas en su cadera, me llevo hasta la cama y me acostó suavemente. Le quite la camiseta y el se quito el pantalón, y los collares que llevaba. Su nariz tocaba la mía, y su aliento chocaba en mi boca. Acaricio mi frente con ternura apartando los cabellos sueltos.
Lo atraje hacia mí e hice que me besara, moviendo mis labios con lentitud hasta que se separo de mí y aparto mis manos de su rostro con suavidad, subiéndolas por encima de mi cabeza, yo no podía más que dejarme hacer a su antojo. Enterró su cabeza en mi cuello y me propino cortos besos, que iban avivando cada vez más el deseo, y que fueron descendiendo hasta llegar a mis pechos.
Siguió sujetándome con una de sus manos y la otra se deslizo por mi cuerpo acariciándome por encima de la ropa, pero pronto esto ya no fue suficiente. Se deshizo de mi pantalón y desabotono mi blusa desde abajo hasta llegar a la parte de arriba, sus manos se movieron a mi vientre, y sus uñas se me encajaron en la piel, lo que me provoco dolor, pero el placer era más fuerte.
Me levante levemente para ayudarle a quitarme la blusa y el sostén. Se precipito sobre mi, otra vez hacia mis pechos, esta vez la protagonista fue su lengua que se movía con seguridad y maestría hasta mi bajo vientre, al llegar ahí, me quito lo último que me quedaba de ropa, y siguió con su recorrido, su respiración pausada y su aliento cálido me hicieron víctima de diversos espasmos que me recorrieron de arriba abajo sin control alguno.
Cuando creí que el ataque había parado, subió de nueva cuenta, rozó nuestras bocas un par de veces, humedeció mis labios con su lengua y cuando creyó justo, me beso. Sus manos volvieron a escena, mientras una de ellas se enredaba en mi pelo la otra se movía por mi cuerpo.
Después de unos segundos se separo de mí ligeramente, detuvo su mano en mi cadera pero pronto continúo bajando, sus ojos se fijaron en el camino que ésta seguía, observando más tarde como me retorcía debajo de él. Sus dedos largos y delgados acariciaron mis piernas haciendo una lenta exploración, tomando posesión de lo que recordaban como suyo.
Se recostó de lado con lentitud dejando que yo asimilara la sacudida de sensaciones. Volvió su vista a mis ojos, y se acerco para besarme con ternura.
Me levanto colocándome encima de el, su pecho bajaba y subía producto de su respiración agitada. Sus ojos se fijaron en mi cuerpo sin dejar fuera un solo detalle, yo deje que me poseyera con la mirada.
Acaricie su pecho y su abdomen, eso fue suficiente para que dejara escapar un sollozo, ahora cualquier sensación hacía que se estremeciera, me moví en su cadera, rozando su entrepierna, el hizo la cabeza hacía atrás y yo me incline dejando caer mi cuerpo casi por completo encima de el, haciendo que mis senos rozaran su pecho, comencé a besar su cuello y a dejar un rastro húmedo con la lengua.
Me detuve cuando llegue hasta su abdomen, deslice una de mis manos debajo de su bóxer, y lo acaricie con lentitud, acción que poco a poco lo iba enloqueciendo, haciendo que perdiera la poca paciencia que le quedaba.
Le quite el bóxer con su ayuda, se hizo hacia atrás arrastrándome junto con el, hasta que llego al respaldo de la cama y quedo sentado conmigo encima. Se lanzo desesperado a mis labios, pero ahora fui yo quien le detuvo, me separe unos cuantos centímetros, el me observo y me dedico una dulce sonrisa.
Puse mis labios en el lóbulo de su oreja lo que hizo que se estremeciera, mis manos recorrieron sus hombros y sus brazos, pegue mis labios en los suyos, solo rozándolos de vez en cuando, continué acariciando, tocando, lo que me pedían sus cada vez más frecuentes jadeos. El se limito a observarme y dejarme hacer, hasta que ninguno de los dos podía más…
Bill: voy hacer lo que me pediste…
Sin dejar de mirarme me agarro de la cintura e hizo que me acostara a un lado, el se recostó lentamente sobre mi. Mis piernas se aferraron alrededor de su cadera, y mis manos se posicionaron en su rostro. Pude sentir una suave presión que conforme avanzaba se volvía más fuerte, el pulso se me disparo de repente, pude sentir como una corriente eléctrica me invadía de arriba abajo.
Nuestros cuerpos se acoplaron como uno solo, en una unión profunda. El se movía al compás de nuestras respiraciones, yo aforrándome a el, le acerque aun más, si es que era posible.
Los rítmicos movimientos que llevaba de pronto se volvieron más lentos, como si tratara de alargar el momento...como si fuera necesario para deleitarse con el más mínimo roce...con el más mínimo contacto de piel... pego su nariz a mi barbilla y entrelazo nuestras manos, levanto la cabeza y siguió moviéndose lentamente a la vez que me miraba a los ojos, haciéndome delirar.
El calor abrasador que nos invadía a los dos dio paso a movimientos más intensos, más rápidos, más profundos, llegando ambos al orgasmo casi al mismo tiempo.
Con el era diferente, era especial, era único, ¿Era amor…?
¿Qué es el amor al fin y al cabo? …Querer tanto a alguien…
Con el alma…
Con todos tus sentidos…
Desearle con cada uno de los poros de tu piel…
Amarle tanto que quieres vivir dentro de el…
Quererle tanto que te hace perder la cordura…
Entonces… ¿esto es amor? ¿El sentirá esto o al menos algo parecido…?