Tom: no quiero que lo seas-dijo preocupado.-Quiero… quiero que lo intentemos…
Valeria sintió como el corazón le daba un vuelco desesperado, levanto la cabeza y le miro tratando de
contener unas lágrimas y por un momento
pensó que todo era posible. Por
un momento.
Valeria: ¿te estas burlando de mí?
Tom: No. Jamás había hablado más en serio en mi vida.
Valeria: Es…Es que no te creo-acepto con dolor-Tom la observo medio instante, y se dio cuenta de
todo.
Tom: bien, comprendo… entonces no puedo hacer nada si no me crees.
Vamos a dejar esto como un buen recuerdo.
Valeria repitió esa petición en su mente y tuvo ganas de llorar, no
quería que se quedara en un recuerdo… “vamos
solo lucha un poco más, demuestra que valgo la pena para ti, por favor, un poco
más y…” se decía para sus adentros, pero cuando vio la expresión de él supo que
no lo haría, que no sentía nada fuerte como para luchar por ella.
Tom: puedes quedarte aquí si quieres… voy a buscar a los demás-anuncio
y salió de la habitación.
(…)
El viaje de vuelta se me hizo más corto, Dean ya nos estaba esperando
en el aeropuerto, llovía sin tregua, lo bueno era que aquí no se enlentecían
las cosas más de la cuenta como pasa en México cada vez que llueve. Extrañaba estar allá, en mi casa, mi hogar, extrañaba
a mis papás, mis amigos, la comida, la gente, tan distinta a la de aquí, que
tenían su encanto pero como eran en México nunca. Lo tenía decidido me iría a
mediados de junio a casa, seguramente
las cosas ya se habrían calmado con mi papá, tuvo su tiempo para pensar, para
relajarse y adaptarse, al igual que yo. Lo cabeza dura que era, lo herede de
él, y yo tenía asimilada la situación, al menos de mi parte no iba a ser más
infantil de lo que ya había sido. Le había enviado un correo a mi madre antes
de subir al avión con la noticia, dentro de dos meses iría de vuelta a México.
¿Bill podría acompañarme? ¿Tendría tiempo? Con eso de que ya tienen su agenda
hecha… No me menciono que haría en junio… No dejaba de hablar de que irían a
Japón al final del mes, estaba loco de la emoción, no se lo creía, desde que lo
conocí no lo había visto así, me daba tanto gusto verlo tan feliz, pasarían ahí
un par de semanas, y durante mayo más que nada estarían en Alemania y en julio
tenían fechas pactadas en Italia, pero en junio no menciono nada… ¿será que si pueda ir conmigo? Ojala, al
menos unos pocos días…
Los días siguientes continuaban de la misma forma, de nuevo a la
rutina, y de nuevo a las llamadas diarias con Bill, a excepción de los días que
estuvo en Tokio, solo mandaba algunos mensajes diciendo lo increíble que era y
el poco tiempo que tenían debido a que pasaban de entrevista en entrevista, en
la oficina mi trato con Alex era cada vez más impersonal, pero al menos nos
tratábamos con cordialidad, y en cuanto a Valeria, la notaba seriamente irritada cada vez que Dean le cancelaba,
realmente se veían poco, al parecer por la gran carga de trabajo y
Valeria no quería quedarse en casa, insistía demasiado en que saliéramos a dar
la vuelta, era como si no soportara quedarse una tarde tranquilamente en casa y
por lo mismo yo tampoco podía relajarme.
Ni siquiera cuando no dejaba de llover, como ahora, que nos
encontrábamos refugiadas en una cafetería cerca del departamento esperando a
que se apaciguara el agua.
Ana: ¿Cuándo vas a decirme que es lo que te pasa?
Valeria: es que no me pasa nada.
Ana: desde que regresamos de España te noto rara, además ya no
soportas estar en casa, siempre quieres salir y antes no te gustaba en
absoluto, preferías mil veces quedarte leyendo un libro que irte de fiesta. Me
duele que no confíes en mí y no me lo cuentes.-endureció la expresión y fijo su
vista en la revista que tenía en las manos, no me lo iba a contar…
Valeria: Tom…-susurró- Él y yo… la noche del concierto… -frunció los
labios.
Ana: lo sé…-le confesé y ella abrió mucho los ojos, una pequeña
expresión de enojo paso por su rostro pero le prosiguió una de alivio.
Valeria: me siento culpable y si no estoy con Dean no puedo evitar
acordarme de eso y a veces quiero decírselo pero él no se lo merece…
Ana: bueno lo hecho, hecho esta, ¿pero acaso tú estás…?
Valeria: No.-dice alarmada.-Claro que no. Oh Dios… -suspiro-¿qué
harías tú?
Ana: bueno yo lo confesaría… y que pase lo que tenga que pasar
Valeria: ¡mientes!
Ana: no, no lo hago y lo sabes
Después de su confesión y que seguimos examinando los pros y los
contras acerca de que se lo contara a Dean, solo ella sabría que haría, pero al
menos desde ese momento se le notaba que ya no estaba tan preocupada al
respecto, era como si se hubiera quitado un gran peso de encima, ahora que
había liberado ese secreto… secreto que yo ya conocía, y Bill por supuesto, no
se lo dije pero creo se lo podía imaginar, tratándose del hermano…
(…)
Llamada telefónica.
Ana: Diga
Xx: ¿Cómo está mi niña hermosa?
Ana: ¿Bill? ¿Eres tú?
Bill: Si, soy yo. ¿Quién más te dice como yo lo acabo de hacer?
Ana: eh… nadie.
Bill: ah-dijo poco convencido.
Ana: Solo tú.
Bill: ¿Entonces por qué no sabías que era yo?
Ana: porque es sábado y son las siete de la mañana Bill, no te enojes,
¿sí? Te extraño.
Bill: ¿enserio?- a veces era demasiado inseguro, a pesar de lo que
pudiera aparentar, y el que dudara de algo así me extrañaba bastante, por todos
los medios ya se lo había dejado claro, siempre que hablábamos se lo decía o le
mandaba mensajitos para demostrarle el cariño que le tenía, lo que más quería
era verlo feliz.
Ana: Si. ¿Y tú?
Bill: Cada momento-soltó sincero o al menos eso me parecía.
Ana: ¿De verdad? Mm… aunque ya sabes que si hubiera alguien que te
interese… puedes decírmelo y…
Bill: Que no. No sé cuántas veces tengo que decirte que no hay nadie
más. La única que me interesa eres TÚ. No me hagas ir allá para dejártelo
claro.
Ana: Tal vez deberías…-le dije juguetona, la verdad era que me hacía
muy feliz cuando me hacía saber que el sentimiento que le tenía era
correspondido.
Bill: No me retes Ana…
Ana: ¿Por qué no? Si así te veo…
Bill: ¿quieres verme?
Ana: claro que sí, ¿Cuándo crees que…?
Bill: todavía no lo sé, siempre que creo que tendremos unos días
resulta que hay un nuevo evento o una entrevista, pero pronto, estoy deseando
verte
Ana: y yo a ti
Bill: te llamo en la noche
Ana: está bien, que tengas un lindo día
Bill: tú también niña, hasta en la noche.
Fin de la llamada
Podía definitivamente acostumbrarme a eso para siempre… y eso no era
tan bueno… pero ya no me importaba si era bueno o malo, lo disfrutaba
demasiado, lo quería, si, por fin mi corazón y mi mente aceptaban que quería demasiado a ese chico de cabello
alborotado, y ese sentimiento me tenía feliz permanentemente, así que correría
el riesgo.
Me guarde el teléfono en el bolsillo del pantalón y salí directa a la
tienda para comprar algo para desayunar, no había mucha gente así que no tarde
casi nada, casi llegaba al departamento cuando mi celular comenzó a sonar, pero
tenía las manos ocupadas tratando de abrir la puerta y de cargar las bolsas en
una sola mano, la llamada se cortó, así que me fui a la cocina a dejar todo en
su lugar, si era importante ya me llamarían de nuevo… Cuando entre Valeria ya
estaba sentada bebiendo café, puse las cosas en la mesa y me serví un poco de la cafetera, estaba caliente todavía, iba
a sentarme con ella cuando mi celular volvió a sonar, quizá era Bill de nuevo,
me apresure esta vez y vi que no era él. Era mi madre. Lo cual era demasiado
extraño considerando las horas que tendría ella en México.
Ana: ¡Mamá! ¡Hola!-le salude emocionadísima, la extrañaba tanto.
Xx: Hola hija-contesto con su tono mesurado de voz.
Ana: Y eso que me llames a estas horas, ¿paso algo?
Xx: todo está bien, pero si paso algo, estaba esperando que fuera
buena hora para llamarte-contesto bajando todavía más el volumen de su voz, ya
me estaba asustando, usualmente tenía ese tono alegre.
Ana: ¿Cómo que buena hora? ¿Qué paso mamá? Dime por favor, no me
asustes.
Xx: No quiero asustarte, es solo que…-hizo una pausa-se trata de tu
papá, está bien pero tuvo una reacción a su medicamento.
Ana: ¿Qué? Pero ¿está bien? Dime mamá
Xx: está bien, es solo que…
Ana: ¿qué? ¿Es solo qué, que, mamá?
Xx: el medicamento ya no le está ayudando, van a tener que operarlo de
nuevo.
Ana: ¿qué? No, no, no-hacía tres años lo habían operado del corazón, y
se suponía que después con el medicamento ya no necesitaría ninguna otra
cirugía-dijeron que era poco probable que lo volvieran a operar mamá…
Xx: lo sé hija, pero…
Ana: ¿Cuándo lo operan mamá?-dije tratando de tranquilizarme, porque
en cualquier momento sentía que iba a romper en llanto, cuando lo habían
operado había sido una angustia inmensa, y los días posteriores fueron peores,
porque parecía que no se recuperaba, otra operación no, y él, que odiaba los
hospitales.
Xx: el martes
Ana: ¿qué? ¿Es…este martes? ¿tan pronto?
Xx: Lo que sucede hija es que… hace un mes lo programaron, es solo que
no queríamos preocuparte
Ana: pero mamá, me lo hubieras dicho antes, es que… ¡no debiste
ocultarme algo así!-dije elevando un poco la voz, pero me calle antes de decir
cualquier tontería. –Estaré en México lo antes posible.
Bueno bueno
ResponderEliminarHallo aqui me tienes tocaya!!
Me da un super gustazo saber de ti!!!
y leer los capisss
Dios, me siento toda loca....creo que los leeré desde el principio....
También espero verte seguido x aqui, no te olvides de nosotras x fiss n.n
Queremos saber en que termina esta interesante fic...
y puntos a aclarar (me aclaro la voz)
Tom y Valeria:
Por que diablos no se confiesan sus sentimientos??!!! que coraje con estos dos!!
Alex:
Cómo se atrevió a besar a Ana??!! insolente!!!
....bueno...
sigo en espera de noticias...saludos y sabes??
Camii ha preguntado x ti!!! esta en FB.....y te manda muchos saludosss
paso a despedirme...ns vemos hasta la próxima.
hola esta muy genialisimo el fic queria saber cuando vas a seguir :)
ResponderEliminartienes que seguirrrrrrrrrrr oh por diossssss me has dejado con mucho intriga ....y me alegra muchisimo..que sigas siempre miraba este blog..ya me estaba preocupando
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminarles agradezco que pasen a leer
pensé que ya no había nadie por aquí