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martes, 26 de marzo de 2013

Capitulo 68


En vez de detenerse, él rozo su mejilla y recorrió su cuello, le complació darse cuenta que ella se había estremecido, eso sería todo. Nada iba a pasar.

...

Iba a detenerse,  pero seguido cuando Valeria emitió un suspiro que le hizo saber que podía continuar, además de que ese sonido le hizo perder la razón.

La hizo pegarse contra la ventana,  coloco una mano en su cintura mientras la otra la enredaba en su cabello, completamente seguro de su aprobación sus dedos largos y ágiles se movieron hasta el cierre de su chaqueta, el cual fue bajando lo más despacio que podía mientras seguía estos con la mirada palpando lo que tenía ante sus ojos.  De inmediato fue en busca de su boca, sus manos esta vez se deslizaron bajo su  blusa, su piel era muy suave, le pareció que era como si tocase seda.

Valeria, se sentía intimidada,  su cuerpo empezó a moverse en un leve temblor, Tom se dio cuenta y apretó su frágil cuerpo contra el  suyo. Las palabras no eran su fuerte pero demostrar lo que quería si le era más sencillo. Tom iba dictando en silencio los pasos a seguir. Se apartó por un brevísimo instante, la tomo de la mano y le hizo seguirle.

Con sumo cuidado la hizo   recostarse,  al tiempo,  que el también quedaba  encima de ella. Valeria le abraza y acaricia sus hombros firmes y su amplia espalda, se deja llevar por él.

La ropa desaparece, el besa sus hombros con dulzura. Sus manos y su lengua recorren por completo ese cuerpo que hace tanto había deseado.

Debajo de él, el pequeño cuerpo se estremece, le sigue acariciando en sutiles  movimientos  impropios de él, ella lanza un suspiro y este llega haciendo eco a sus oídos, haciendo que perdiera  la poca voluntad que le quedaba.  Ella arquea la espalda entregándose a él  completamente. Tom la observa antes de cerrar los ojos. La sensación se intensifica. La escucha gemir aun con  los ojos cerrados, y el también gime.

Abre los ojos y la mira,  y como si su vida dependiera de ello, va en busca de su boca, toca, lame, muerde y besa esos labios, su lengua se introduce en su boca jugando a su antojo. Le toma suave los muslos y los eleva, ella siguiendo sus indicaciones aprieta las piernas con fuerza  alrededor de su cadera. Las respiraciones entremezcladas se aceleran. El entierra la cabeza en su cuello y gime sin reprimirse, a su vez ella encaja sus uñas en su espalda y los movimientos adquieren todavía más profundidad.

Valeria comienza a sentir pequeños espasmos que la recorren de un extremo a otro sin piedad. Se abraza  todavía más a él. Él le corresponde envolviéndola en sus brazos como queriendo protegerla del mundo entero.  El estado de éxtasis los hizo presa a los dos, entonces el mundo dejo de girar…

(…)


Cuando abrió los ojos ya era de día, y quizás algo tarde, lo supo  por la fuerza de la luz al entrar en la habitación a través del enorme ventanal situado a un lado de la cama. Poco a poco se fue levantado hasta quedar sentado en la cama  desde donde miro a Valeria en silencio.

Ella estaba sentada frente a la que era su laptop, a su lado tenía una botella de agua y un vaso que supuso contendría café, llevaba puesto un pantalón de mezclilla  deslavado y una blusa  color rosa que a su parecer  la hacía ver sumamente dulce además que dejaba ver una buena parte de piel, de pronto una sensación abrasadora le recorrió,  al  perderse en el tatuaje que ella tenía en la parte baja del costado derecho. Era un tatuaje de tamaño medio,  en forma de una especie de espiral que daba hasta lo que era el tatuaje de la  torre Eiffel,  con el que se había deleitado a su gusto la noche anterior.

Cuando se percató que ya había despertado, se revolvió nerviosa en su lugar. Después de lo que había pasado ¿Cómo iba a mirarle a los ojos? Para el,  posiblemente no significara nada, no le  daría  ninguna importancia,  una noche más con una chica más… debía estar más que acostumbrado pero en cambio para ella... El corazón le palpito apresurado cuando escucho su voz grave haciendo eco en la habitación.

Tom: ¿qué hora es?-pronuncio cuidadosamente  para no asustarla.

Valeria: pasan de la diez-contesto rápidamente denotando  ansiedad, se mordió la lengua por actuar de esa manera tan torpe, y aunque Tom se percató de su nerviosismo hizo como si no se  hubiera dado cuenta.

Tom: vaya… bueno todavía es temprano-dijo en tono despreocupado.- ¿Qué haces?

Valeria: eh… ah… yo… espero que no te moleste que haya tomado tu computadora- lo miro directamente a los ojos, demasiado tarde para arrepentirse de hacerlo, él  la miraba de la misma forma sin parpadear esperando a que continuara- es que tenía que mandar unos correos urgentes, te juro que no he visto nada más…

Tom: está bien. Confío en ti…-Valeria dudo si el realmente conocía la magnitud del peso de esas palabras, al parecer él también fue consciente de ello y agrego a su vez de forma despreocupada- úsala el tiempo que quieras

Valeria: bueno de hecho ya termine,  gracias- las mejillas se le pusieron del mismo color que su blusa, acción que a Tom le provoco ternura, sintió ganas de sonreír pero no quería que eso la hiciera sentir incomoda y que terminara por marcharse. 

Tom: ¿eso es café?- señalo con la mirada el vaso que Valeria tenía en la mano

Valeria: sí. ¿Quieres? Todavía está caliente- hizo amago de ponerse de pie

Tom: no te levantes, ya voy yo

Se quito la sabana de encima mientras Valeria  volvía rápida la vista a la computadora. El todavía estaba desnudo. Busco su bóxer con tranquilidad, se lo puso y luego los pantalones y una camiseta,  tomándose su tiempo.

Valeria: cuidado. Esta caliente.

Demasiado tarde para atender la indicación, le había dado un gran sorbo y se había quemado la lengua.

Valeria: te lo dije-se rió

Tom: no te rías- balbuceo- no ves que me duele

Valeria: por eso me rio, pareces un pequeño niño. Te lo advertí.

Tom: ya me lo dijiste… como tú no te quemaste

Valeria: no exageres

Ella se había puesto de pie ahora tenía a Tom enfrente mirándole a los ojos, aun así se sintió menos tensa.

Tom: ¿te levantaste temprano, no?

Valeria: sí. Tenía unas cosas que hacer. Fui a correr, luego me duche y ahora acabo de terminar de enviar unos  pendientes.

Tom: ¿Qué fuiste a correr?

Valeria: si

Tom: ¿a qué hora?

Valeria: a las siete

Tom: ¿¡qué!? Enserio que tu me das miedo

Valeria: ¿yo? ¿Por qué?

Tom: mira que levantarte a las siete… esas horas son sagradas para mí. Si yo no tuviera presión por tener que trabajar o hacer  algo,  no me levantaba en toda la mañana

Valeria: ya, me imaginaba algo como eso…

Tom: ¿has visto a los demás?

Valeria: no, a nadie.- bajo la pantalla de la computadora y se alejó con lentitud- Bueno te veo más tarde- parecía que hacía los movimientos en cámara lenta o eso le pareció a Tom.

Tom: ¿A dónde vas?

Valeria: a dormir un poco, no he dormido casi nada-se sonrojo inmediatamente  y se maldijo por hacer ese comentario, por estar con Tom casi no había dormido nada, y lo menos que quería era hablar de eso, y resultaba que lo estaba haciendo.

Tom: puedes quedarte a dormir aquí.

Valeria soltó la perilla de la puerta y se volteo para mirarlo, su  expresión   era seria, sin  dejo de malicia, sarcasmo o cinismo.

Solo él podía ponerla nerviosa con tanta facilidad. ¿Qué pretendía? Lo menos que quería era que  pensara que podía tomarse ciertas libertades después de lo que paso… Vale que había pasado la noche con el pero no significaba que iba a volver a suceder.

Valeria: no creo que sea correcto…

Tom: ¿por qué no?

Valeria: ¿qué crees que van a  pensar los demás?

Tom: ¿quiénes?

Valeria: Georg, Gustav, David,  tu hermano…

Tom: no van a pensar mal de ti, si eso es lo que crees.

Valeria: de todas formas-dijo con las palmas de las manos humedecidas-aunque así fuera, no creo que este bien quedarme aquí

Tom: ¿qué?-decía con cara de alucinación-si te has pasado la noche entera  aquí-en eso a Valeria se le subió el color a las mejillas, ella que ni quería tocar el tema, había provocado que saliera a flote-además ayer no te pareció  mal…  No hicimos nada malo-agrego al ver como se ponía cada vez más nerviosa.

Valeria: tal vez a ti te da igual pero… -se quedó con la palabra en la boca porque Tom la había interrumpido

Tom: ¿por qué asumes cosas por mí? Tú no sabes nada

Valeria: ese es el problema, nunca se cuándo tomas algo en serio… además lo que paso…-decía con un tono de frustración en la voz- yo… yo estoy con Dean… -se instaló un dolor en su pecho tan pronto dijo su nombre-no está bien…  lo que hicimos…

Tom: Hicimos lo que sentimos. Punto. No hay nada de malo en ello.

Valeria: Tom…

Tom: yo no me arrepiento de nada-le hizo saber, hizo una pequeña pausa para pronunciar lo que se le había atorado en la garganta-Quédate…

Valeria lo observo con una expresión que podía leerse a miles de millas. Entonces Tom supo que no se había dado a entender y lo había malinterpretado.

Valeria: A pesar de todo… de lo que paso… y aunque no lo creas no soy como las chicas con las que estás acostumbrado a salir.-sentenció.

Tom: lo sé, lo sé, no quise decir…
                                                                               
Valeria: está claro que no va ocurrir lo que pretendes…

Tom arqueo la ceja  entre sorprendido,  divertido, molesto  e intrigado por conocer sus pensamientos, aunque era evidente que otra vez  lo estaba juzgando. Detestaba que lo hiciera.

Tom: ¿sí? ¿Y según tú, que es lo que pretendo?-dijo  con chulería  acercándose a ella

Valeria: sabes de lo que hablo…

Tom: no, no lo sé. ¿Por qué no me lo dices?

Valeria: lo que quiero decir es que… no por lo que paso vayas a creerte con otros derechos... Esto no va a volver a ocurrir.

Tom: ¿ha, si? ¿Tan segura estás?

Valeria: s-i.

Tom se acercó asemejando la   intención de besarla, ella no se movió un milímetro, pero se detuvo rozando sus labios solamente y luego se retiró.

Tom: vaya… no pareces tan convencida- dijo con triunfo en la voz y  con una sonrisa de medio lado.

Valeria: de eso hablo Tom… yo no voy a convertirme en un juego…-dijo dolida.

Tom: no quiero que lo seas-dijo preocupado.-Quiero… quiero que lo intentemos…

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