En vez de detenerse, él rozo su mejilla y recorrió su cuello, le
complació darse cuenta que ella se había estremecido, eso sería todo. Nada iba
a pasar.
...
Iba a detenerse, pero seguido cuando
Valeria emitió un suspiro que le hizo saber que podía continuar, además de que ese
sonido le hizo perder la razón.
La hizo pegarse contra la ventana,
coloco una mano en su cintura mientras la otra la enredaba en su
cabello, completamente seguro de su aprobación sus dedos largos y ágiles se
movieron hasta el cierre de su chaqueta, el cual fue bajando lo más despacio
que podía mientras seguía estos con la mirada palpando lo que tenía ante sus
ojos. De inmediato fue en busca de su
boca, sus manos esta vez se deslizaron bajo su
blusa, su piel era muy suave, le pareció que era como si tocase seda.
Valeria, se sentía intimidada,
su cuerpo empezó a moverse en un leve temblor, Tom se dio cuenta y
apretó su frágil cuerpo contra el suyo.
Las palabras no eran su fuerte pero demostrar lo que quería si le era más
sencillo. Tom iba dictando en silencio los pasos a seguir. Se apartó por un
brevísimo instante, la tomo de la mano y le hizo seguirle.
Con sumo cuidado la hizo
recostarse, al tiempo, que el también quedaba encima de ella. Valeria le abraza y acaricia
sus hombros firmes y su amplia espalda, se deja llevar por él.
La ropa desaparece, el besa sus hombros con dulzura. Sus manos y su
lengua recorren por completo ese cuerpo que hace tanto había deseado.
Debajo de él, el pequeño cuerpo se estremece, le sigue acariciando en
sutiles movimientos impropios de él, ella lanza un suspiro y este
llega haciendo eco a sus oídos, haciendo que perdiera la poca voluntad que le quedaba. Ella arquea la espalda entregándose a él completamente. Tom la observa antes de cerrar
los ojos. La sensación se intensifica. La escucha gemir aun con los ojos cerrados, y el también gime.
Abre los ojos y la mira, y como
si su vida dependiera de ello, va en busca de su boca, toca, lame, muerde y
besa esos labios, su lengua se introduce en su boca jugando a su antojo. Le
toma suave los muslos y los eleva, ella siguiendo sus indicaciones aprieta las
piernas con fuerza alrededor de su
cadera. Las respiraciones entremezcladas se aceleran. El entierra la cabeza en
su cuello y gime sin reprimirse, a su vez ella encaja sus uñas en su espalda y
los movimientos adquieren todavía más profundidad.
Valeria comienza a sentir pequeños espasmos que la recorren de un
extremo a otro sin piedad. Se abraza
todavía más a él. Él le corresponde envolviéndola en sus brazos como
queriendo protegerla del mundo entero. El
estado de éxtasis los hizo presa a los dos, entonces el mundo dejo de girar…
(…)
Cuando abrió los ojos ya era de día, y quizás algo tarde, lo supo por la fuerza de la luz al entrar en la
habitación a través del enorme ventanal situado a un lado de la cama. Poco a
poco se fue levantado hasta quedar sentado en la cama desde donde miro a Valeria en silencio.
Ella estaba sentada frente a la que era su laptop, a su lado tenía una
botella de agua y un vaso que supuso contendría café, llevaba puesto un
pantalón de mezclilla deslavado y una
blusa color rosa que a su parecer la hacía ver sumamente dulce además que
dejaba ver una buena parte de piel, de pronto una sensación abrasadora le
recorrió, al perderse en el tatuaje que ella tenía en la
parte baja del costado derecho. Era un tatuaje de tamaño medio, en forma de una especie de espiral que daba
hasta lo que era el tatuaje de la torre Eiffel,
con el que se había deleitado a su gusto
la noche anterior.
Cuando se percató que ya había despertado, se revolvió nerviosa en su
lugar. Después de lo que había pasado ¿Cómo iba a mirarle a los ojos? Para
el, posiblemente no significara nada, no
le daría
ninguna importancia, una noche más
con una chica más… debía estar más que acostumbrado pero en cambio para ella...
El corazón le palpito apresurado cuando escucho su voz grave haciendo eco en la
habitación.
Tom: ¿qué hora es?-pronuncio cuidadosamente para no asustarla.
Valeria: pasan de la diez-contesto rápidamente denotando ansiedad, se mordió la lengua por actuar de
esa manera tan torpe, y aunque Tom se percató de su nerviosismo hizo como si no
se hubiera dado cuenta.
Tom: vaya… bueno todavía es temprano-dijo en tono despreocupado.- ¿Qué
haces?
Valeria: eh… ah… yo… espero que no te moleste que haya tomado tu
computadora- lo miro directamente a los ojos, demasiado tarde para arrepentirse
de hacerlo, él la miraba de la misma
forma sin parpadear esperando a que continuara- es que tenía que mandar unos
correos urgentes, te juro que no he visto nada más…
Tom: está bien. Confío en ti…-Valeria dudo si el realmente conocía la
magnitud del peso de esas palabras, al parecer él también fue consciente de
ello y agrego a su vez de forma despreocupada- úsala el tiempo que quieras
Valeria: bueno de hecho ya termine,
gracias- las mejillas se le pusieron del mismo color que su blusa, acción
que a Tom le provoco ternura, sintió ganas de sonreír pero no quería que eso la
hiciera sentir incomoda y que terminara por marcharse.
Tom: ¿eso es café?- señalo con la mirada el vaso que Valeria tenía en
la mano
Valeria: sí. ¿Quieres? Todavía está caliente- hizo amago de ponerse de
pie
Tom: no te levantes, ya voy yo
Se quito la sabana de encima mientras Valeria volvía rápida la vista a la computadora. El
todavía estaba desnudo. Busco su bóxer con tranquilidad, se lo puso y luego los
pantalones y una camiseta, tomándose su
tiempo.
Valeria: cuidado. Esta caliente.
Demasiado tarde para atender la indicación, le había dado un gran
sorbo y se había quemado la lengua.
Valeria: te lo dije-se rió
Tom: no te rías- balbuceo- no ves que me duele
Valeria: por eso me rio, pareces un pequeño niño. Te lo advertí.
Tom: ya me lo dijiste… como tú no te quemaste
Valeria: no exageres
Ella se había puesto de pie ahora tenía a Tom enfrente mirándole a los
ojos, aun así se sintió menos tensa.
Tom: ¿te levantaste temprano, no?
Valeria: sí. Tenía unas cosas que hacer. Fui a correr, luego me duche
y ahora acabo de terminar de enviar unos
pendientes.
Tom: ¿Qué fuiste a correr?
Valeria: si
Tom: ¿a qué hora?
Valeria: a las siete
Tom: ¿¡qué!? Enserio que tu me das miedo
Valeria: ¿yo? ¿Por qué?
Tom: mira que levantarte a las siete… esas horas son sagradas para mí.
Si yo no tuviera presión por tener que trabajar o hacer algo,
no me levantaba en toda la mañana
Valeria: ya, me imaginaba algo como eso…
Tom: ¿has visto a los demás?
Valeria: no, a nadie.- bajo la pantalla de la computadora y se alejó
con lentitud- Bueno te veo más tarde- parecía que hacía los movimientos en
cámara lenta o eso le pareció a Tom.
Tom: ¿A dónde vas?
Valeria: a dormir un poco, no he dormido casi nada-se sonrojo inmediatamente y se maldijo por hacer ese comentario, por
estar con Tom casi no había dormido nada, y lo menos que quería era hablar de
eso, y resultaba que lo estaba haciendo.
Tom: puedes quedarte a dormir aquí.
Valeria soltó la perilla de la puerta y se volteo para mirarlo,
su expresión era
seria, sin dejo de malicia, sarcasmo o
cinismo.
Solo él podía ponerla nerviosa con tanta facilidad. ¿Qué pretendía? Lo
menos que quería era que pensara que
podía tomarse ciertas libertades después de lo que paso… Vale que había pasado
la noche con el pero no significaba que iba a volver a suceder.
Valeria: no creo que sea correcto…
Tom: ¿por qué no?
Valeria: ¿qué crees que van a
pensar los demás?
Tom: ¿quiénes?
Valeria: Georg, Gustav, David,
tu hermano…
Tom: no van a pensar mal de ti, si eso es lo que crees.
Valeria: de todas formas-dijo con las palmas de las manos
humedecidas-aunque así fuera, no creo que este bien quedarme aquí
Tom: ¿qué?-decía con cara de alucinación-si te has pasado la noche
entera aquí-en eso a Valeria se le subió
el color a las mejillas, ella que ni quería tocar el tema, había provocado que
saliera a flote-además ayer no te pareció
mal… No hicimos nada malo-agrego
al ver como se ponía cada vez más nerviosa.
Valeria: tal vez a ti te da igual pero… -se quedó con la palabra en la
boca porque Tom la había interrumpido
Tom: ¿por qué asumes cosas por mí? Tú no sabes nada
Valeria: ese es el problema, nunca se cuándo tomas algo en serio…
además lo que paso…-decía con un tono de frustración en la voz- yo… yo estoy
con Dean… -se instaló un dolor en su pecho tan pronto dijo su nombre-no está
bien… lo que hicimos…
Tom: Hicimos lo que sentimos. Punto. No hay nada de malo en ello.
Valeria: Tom…
Tom: yo no me arrepiento de nada-le hizo saber, hizo una pequeña pausa
para pronunciar lo que se le había atorado en la garganta-Quédate…
Valeria lo observo con una expresión que podía leerse a miles de
millas. Entonces Tom supo que no se había dado a entender y lo había
malinterpretado.
Valeria: A pesar de todo… de lo que paso… y aunque no lo creas no soy
como las chicas con las que estás acostumbrado a salir.-sentenció.
Tom: lo sé, lo sé, no quise decir…
Valeria: está claro que no va ocurrir lo que pretendes…
Tom arqueo la ceja entre
sorprendido, divertido, molesto e intrigado por conocer sus pensamientos,
aunque era evidente que otra vez lo
estaba juzgando. Detestaba que lo hiciera.
Tom: ¿sí? ¿Y según tú, que es lo que pretendo?-dijo con chulería
acercándose a ella
Valeria: sabes de lo que hablo…
Tom: no, no lo sé. ¿Por qué no me lo dices?
Valeria: lo que quiero decir es que… no por lo que paso vayas a
creerte con otros derechos... Esto no va a volver a ocurrir.
Tom: ¿ha, si? ¿Tan segura estás?
Valeria: s-i.
Tom se acercó asemejando la
intención de besarla, ella no se movió un milímetro, pero se detuvo
rozando sus labios solamente y luego se retiró.
Tom: vaya… no pareces tan convencida- dijo con triunfo en la voz
y con una sonrisa de medio lado.
Valeria: de eso hablo Tom… yo no voy a convertirme en un juego…-dijo
dolida.
Tom: no quiero que lo seas-dijo preocupado.-Quiero… quiero que lo
intentemos…
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