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domingo, 24 de marzo de 2013

Capitulo 67


Fui recorriendo  la fila y examinando los rostros lo mejor que los nervios me permitían, pero era imposible había demasiada gente. Empecé a escuchar una lejana musiquita hasta que me percate que era mi celular, lo busque una y otra vez revolviendo el contenido de mi bolsa, la música dejaba de escucharse y luego volvía a sonar, lo alcance a contestar a la cuarta vez.

Ana: ¿Valeria? ¿Dónde estás?

Valeria: eehh… no sé, pero deberías venir… la fila se mueve muy rápido…

Ana: ya me di cuenta ¿pero donde estás?

Valeria: déjame ver…-hizo una pequeña pausa- estoy… creo por el estacionamiento del lado… derecho… hay muchos árboles… y hay un… ¡monumento!-grito feliz

Ana: ok… estoy viendo uno… creo que se cual es… -colgué y corrí de nueva cuenta subiendo varios escalones hasta llegar a donde se suponía estaba aquel monumento… entonces vi a Valeria un poco más adelante, la fila ya se había detenido.

Me coloque a su lado pasándole la bolsa en donde iba la comida, mientras yo tomaba un poco de aire.

Sin proponérnoslo éramos de las primeras que estábamos más cerca de una de las rejas de entrada.  De nuevo volvimos  a sentarnos en el suelo mientras comíamos, dos horas más tarde estábamos ingresando al recinto en medio de la locura  y la histeria.

Fuimos de las primeras en llegar, la presión era demasiado fuerte pero no se comparaba con lo que fue cuando la cortina blanca que cubría el escenario cayó al suelo, como respuesta un grito ensordecedor por todos los espectadores se hizo escuchar y casi juraba que eso hizo vibrar el lugar.

Lo que asemejaba con ser una nave espacial comenzó a abrirse, recordé cuando vi parte del escenario en Londres, los primeros en dejarse ver sobre el escenario fueron Georg y Tom, mientras de fondo se oía la voz de Bill, quién se dejó ver pasados unos minutos más al igual que Gustav.

Valeria y yo coreamos una a una las canciones, gritando y saltando más histéricas que los propios seguidores.

Tom mostró  el talento que tenía de sobra, no solo tocaba la guitarra sino también estaba haciendo los coros y por si fuera poco también tocaba el sintetizador y el piano, aun así lucía un poco serio, sin hacer muchos movimientos sobre el escenario más los que ya estaban planeados con anticipación, y aun así, creo que nadie se había dado cuenta de ello, me parecía extraño pero se trataría de cansancio tal vez.

Gustav deposito su energía en cada golpe que daba a la batería, se ganó la simpatía de los asistentes logrando conectar con todo el público.  Bill presumía de una potente voz, demostrando una fuerza y una presencia indescriptible, él sabía exactamente que hacer para impresionar a sus fans. Georg mostraba una desenvoltura natural en el escenario,   estaba como pez en el agua, se le notaba  la madurez y experiencia, demostrando que nació para ser músico y para estar parado sobre un escenario, haciendo uso también de su encanto para hacer suspirar a las fans.

Todos en conjunto sabían como emocionarte  y hacer vibrar cada fibra de tu cuerpo.

El concierto estaba por terminar, me lo indicaban las lágrimas de las fans, nosotras estábamos ubicadas de lado de Georg así que hice todo lo posible por tratar de avanzar y lograr que nos viera pero una chica que estaba adelante no solo no nos lo permitía, sino que me pareció que aquello se ponía muy violento, porque después ella y sus amigas empezaron a empujarnos, así que por nuestra propia seguridad desistimos del intento. Fue hasta que Georg se acerco un poco que Valeria y yo le llamamos en un grito que nos desgarro la garganta a las dos, pero lo habíamos conseguido. ¡Nos había mirado!

Se acercó un poco más, sin dejar de tocar. Con la mirada le daba a entender que no fueran a irse de ahí, que le dijera a Bill, porque a esas horas de la noche sería difícil buscar el hotel nosotras solas,  no sé si me entendió o no,  pero respondió guiñándome un ojo antes de retirarse del escenario junto con los demás.

La gente fue saliendo poco a poco, nosotras les mirábamos mientras pensábamos que hacer, lo más inteligente sería llamar a uno de ellos, estaba a punto de hablarle a Bill, cuando me percate que alguien muy familiar se acercaba a nosotras, hasta que al fin le reconocí. Era Toby.

Le  saludamos y ya de ahí, él nos condujo  hasta detrás del escenario,  de lejos me pareció que era Tom el que estaba ahí hablando ¿con una chica? Era el. No cambiaba… no sé porque me extrañaba.

Cuando nos fuimos acercando,   la chica ya se estaba despidiendo de él, cuando se fue Tom se quitó  la banda de la cabeza, pasándose  una toalla  por la frente para secarse el sudor. Cuando estuvimos ahí me adelante y le tape ambos ojos con ambas  manos.

Tom: ¿quién es? ¿Georg? Ya te he dicho que no me gusta que hagas eso…- se rió

Ana: ¿¡Cómo que Georg!?

Deje de taparle los ojos y coloque mis manos en la cintura, él se dio la vuelta y nos miro a las dos con detenimiento, frunciendo el ceño.

Tom: ¿¡ustedes!? Pero… ¿Cómo…? –nos miró- No puede ser… -murmuro- ¿pero que hacen aquí?- sonrió y me abrazo. Sentí como traía la camiseta húmeda producto del intenso esfuerzo que había realizado en el escenario-¿Bill sabe que están aquí…?  Ya me las pagara… el muy cabrón no me dijo nada…

Ana. Jaja no, no. No le vayas hacer nada, que él no lo sabe.

Tom: ¿pero cómo llegaron aquí?

Georg: yo mande a Toby para que fuera por ellas… -dijo mientras caminaba hasta donde estábamos y a la vez que se agarraba el cabello en una coleta

Tom: ¿tú lo sabías? ¿Sabías que ellas estaban aquí? Pero… ¿Cómo es que le dijeron a el y no a mi?-pregunto indignado mientras nos escudriñaba con la mirada

Valeria: no le dijimos, él nos vio

Ana: ¿y Bill?

Georg: hace un momento estaba aquí

Tom: debe estar en el camerino, ven yo te llevo

Xx: ¿tanto trabajo te cuesta hacer una simple llamada?-esa voz tenía un dejo de diversión pero también sonaba a reproche, por eso me quede quieta unos segundos hasta que decidí darme la vuelta.  

El venía caminando con una toalla colocada sobre los hombros, se veía un poco de sudor en su frente pero de ahí en fuera parecía que no había  dado un concierto. Gustav venía al lado de él, y nada más vernos se le ilumino la cara.

Me acerque a Bill rodeándolo con los brazos y el me atrajo todavía más, apretándome fuerte.

Bill: ¿por qué no me llamaste? Si me hubieras dicho que venían…

Ana: Bill lo siento, pero es que era una sorpresa, tu ya me has dado algunas, esta vez me tocaba a mí- el sonrió y me beso en los labios. Ese sabor, lo recordaba pero esto, estaba mil veces mejor.

Nos dividimos en dos grupos y nos fuimos en dos camionetas hasta el hotel, entramos por  el acceso alterno del hotel y subimos por el ascensor de servicio.

Bill: ¿Tom puedes encargarte  tú de la habitación de Valeria?

Tom: si hombre, yo me ocupo. Tu ve a “descansar…”

Bill me tomo de la mano y me llevo a su cuarto, nada más entrar me apretó contra su cuerpo y yo de repente me sonroje al saber lo que implicaba estar en la misma habitación con él.

Bill: ¿tienes hambre?

Ana: no

Bill: bien, tampoco yo-sonrió satisfecho-Vamos a ducharnos.

(…)

Tom: ven conmigo- le dijo a Valeria dirigiéndose a su habitación, ella le siguió sin problema,  allí tomo el teléfono y marco un número- creo que tu habitación será la de a  lado- ella asintió y el contesto en inglés a la persona del otro lado de la línea, después de unas breves palabras colgó- pues sí, no me equivoque tu habitación es aquí a lado

Valeria: está bien, gracias- hizo una breve pausa- ¿no te gustaría salir un rato?-pregunto titubeante

Tom: eso te iba a decir, ¿Te importa si tomo una ducha antes? Solo serán cinco minutos, estoy hecho un asco

Valeria: no te preocupes, creo que yo también lo haré e hizo ademan de salir de la habitación

Tom: puedes ducharte aquí-dijo intentando reprimir una sonrisa-para ahorrar agua, ya sabes

Valeria: si Tom-sonrió- que bueno que te preocupe el medio ambiente, me da gusto, pero no voy a tardar tanto, es más creo que termino primero que tu

Tom: bien, espera a que te traigan la tarjeta para entrar en tu habitación, y cuando termines te vienes, no se te ocurra dejarme plantado eh

Tocaron la puerta, afuera estaba una chica rubia que pareció decepcionarse cuando ella abrió la puerta, entrego la tarjeta y se fue. Valeria entro a la que era su habitación, se fue directa a la ducha y regreso con el cabello húmedo, Tom todavía no salía. Prendió la televisión y se puso a ver infomerciales. La espera parecía eterna, ¿qué harían cuando Tom saliera de la ducha? ¿Irían a cenar, o  a bailar o simplemente a caminar? O quizá se quedarían viendo televisión, algún DVD. Ella no tenía ni pizca de sueño y mucho menos Tom después de toda la adrenalina del concierto.

Calculando el tiempo en el que saldría, apago  el televisor  y se dirigió la ventana, por un momento la impresiono la impactante vista pero después sintió su presencia, de inmediato percibió su aroma cuando entro a la  habitación, pero se quedó quieta sin darse la vuelta, esperándolo.  Sintió sus pasos lentos y pausados, lo que le puso los nervios de punta,  se pozo a su lado imitándola.

Valeria observó su perfil más de lo debido,  lucia relajado,  perdido en el montón de luces de afuera que de vez en cuando lastimaban la vista, de pronto hablo,  su voz la hizo sobresaltarse.

Tom: Hace tiempo que no estábamos a solas-comento sin quitar la vista de la ventana

Valeria: si-dijo consciente de su cercanía, en ese momento se dio cuenta de que él,  la había estado evitando,  tanto como ella a él.

Tom: ¿es hermoso, no?-dijo aludiendo a la vista

Valeria: si…-pronuncio en un débil susurro que de no haber estado tan cerca no le hubiera escuchado.

Sabía que no tenía que estar ahí, que debería estar durmiendo ya en la habitación contigua, sin embargo se quedó en su lugar sin mover un solo músculo.

Mientras Valeria  veía a través de la ventana como los autos se amontonaban en la avenida,  el silencio los recorrió de un extremo a otro, él no decía,  ni  tampoco quería decir  nada y eso la estaba desquiciando.

Valeria: ¿qué vamos  hacer?-pregunto impaciente, le sonrió ligeramente, y luego evito esos ojos que parecía que la consumían,  no pudo evitar mirar su boca, se sintió terrible; tonta y muy  avergonzada  y todavía más cuando se percató que  el hizo lo mismo. Ambos disimularon,  continuaron observando a través de la ventana, como si  no hubiese  ocurrido nada.

Tom: ¿A dónde te gustaría ir?- pregunto con naturalidad

Valeria: la verdad no lo sé…

Valeria trato de adoptar una expresión seria sintiendo  que el corazón le palpitaba con fuerza casi apunto de explotar.

Era absurdo seguir fingiendo  que no le atraía. Le fue imposible no notar esos brazos fuertes que seguro le reconfortarían más que otros… esos  grandes ojos  que emanaban un intenso brillo y su  boca,  poseedora de esos labios carnosos que se le antojaban dulces.

El extendió su mano hasta ella,  le acaricio el brazo  con las yemas de los dedos,  primero como un juego y luego como una invitación.

Sin pensarlo dos veces la tomo de la muñeca y la hizo  acercarse más. Se detuvo en seco en su boca como pidiendo permiso o más bien disculpas por lo que iba a hacer. Pero el consentimiento estaba dado en los  labios de Valeria que ya estaban esperándole entreabiertos.

La calidez la inundo, sus alientos se mezclaron. Los labios de uno recordaban los del otro, parecían tener memoria propia.

Tom dictaba  los movimientos; lentos y  pausados, extendiendo el placer, con la firme intención de terminar lo que habían comenzado hacía  algún  tiempo…

Él se separó  un poco  calando su reacción,  sin apartar la vista se quedó quieto, la miraba como si ella constituyera todos sus pensamientos.

Sin saber cómo,  de un momento a otro se sintió intimidada, involuntariamente  los labios le temblaron ligeramente, Tom se percató y llevo una de sus manos a ellos, los acaricio y luego paso una mano por su mejilla.

La mirada que él le dedicaba era más profunda de lo que creía, era como si pudiese ver lo más profundo se su ser y eso la asusto.

Cuando el se proponía a besarla de nuevo, ella ladeo la cabeza a un lado.

Valeria: No…-murmuro-esto…

En vez de detenerse, él rozo su mejilla y recorrió su cuello, le complació darse cuenta que ella se había estremecido, eso sería todo. Nada iba a pasar. 

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