Capitulo 31

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Bill: Ana…-coloco su mano encima de la mía-no vas a decir nada
Yo: que quieres que diga
Bill: quieres que sigamos así?- se acerco poco a poco, llegue a pensar que podía pasar… estuvo tan cerca que nuestros labios se rozaron- no quiero que ocultes lo que sientes…

Me hice hacia atrás, temía, no quería ser lastimada. El también dio un paso hacia atrás, e inclino la cabeza al suelo. El miedo me había consumido, era algo más fuerte que yo, no sabía que era lo que Bill pretendía pero no quería ser parte de ello, porque para el yo no pasaría de ser una chica más…y para mi…para mi el se había convertido en alguien importante…alguien que yo no podría olvidar nunca. Me hacía sentir indefensa. En mi vida entera jamás había tenido esta mezcla de sentimientos y emociones.

Los relámpagos iluminaban la habitación constantemente, lo que me hacía percibir su rostro con mayor claridad. Levanto la cabeza y me lanzo una mirada dura, que me atravesó por completo como si fuera un frágil vidrio. No dijo nada, pero estaba de más que lo hiciera, bastaba con la frialdad que irradiaba.

Salio de la habitación, yo volví a mi posición original, fui devuelta a la silla en la que estaba. Escuche la voz de Bill, estaba hablando en alemán, me levante y camine de puntitas, el estaba de pie en el pasillo, con su mano derecha sostenía su teléfono y con la otra hacia algunos ademanes, parecía que mantenía una calurosa discusión con alguien.
Pensaba desaparecer antes pero fue demasiado tarde, se dio la vuelta, y me vio. Espere como niña pequeña un regaño por estar ahí, lucia molesto, algo en su mirada me hizo saber que debía mantener mi distancia, así que me aleje de ahí, volví a la silla, ahora si pasara lo que pasara no me movería de aquí.

Bill: ahora también escuchas conversaciones privadas?
Yo: ah… lo siento…yo no…
Bill: tanto querías saber con quien hablaba? No te preocupes que solo era Tom
Yo: que no, no fue mi intención
Bill: si claro-bufo. Se dejo caer en el sillón de enfrente.

Se mantuvo quieto, silencioso, torturándonos a ambos. ¿¡Por qué hacía esto!? Se notaba que en ese momento mi presencia no le hacia ni pizca de gracia pero ahí estaba… de sobra el sabía que me incomodaba que se quedara así en silencio… pero ahí seguía…aguantando todo con tal de hacerme a mi la tortura más grande.

Me canse, si había algo que me disgustara aun más era la barrera de indiferencia que ponía entre los dos, esa barrera que conocía muy bien y que incluso yo había hecho uso de ella. Si no me quería ahí, no iba a quedarme.

Yo: me voy-anuncié sin detenerme
Bill: tu no vas a ir a ningún lado-coloco su mano en mi estomago impidiendo que avanzara. Ahí estaba Bill, una vez más, ejerciendo el control de las cosas.
Yo: no quiero estar aquí
Bill: tampoco yo- espeto-pero no tenemos otra opción
Yo: si la tenemos, yo me voy
Bill: ¡por favor!-sonrió fugazmente - ¿Quieres decirme como vas a hacerlo?


…


Tom: es mejor que te duermas...

Valeria lo miro molesta, pero no dijo nada. Se metió al baño, Tom seguía de pie en el mismo lugar, cuando Valeria salio ni siquiera lo miro, empezó a quitar algunas almohadas, lanzándolas al suelo, levanto la frazada y se recostó sobre la cama, dándole la espalda.

Valeria: antes de que te vayas podrías poner el seguro a la puerta
Tom: eh… si
Valeria: bien

Tom pensaba esperar a que Valeria se durmiera para poder irse, cuando estaba seguro de que así era salio de la habitación, recorrió el pasillo con pasos lentos arrastrando los pies, maldiciendo por lo bajo, pensando si la oportunidad que había tenido volvería a presentarse… su mano sostenía la perilla de la puerta, puso el seguro, uno de sus pies ya estaba fuera del departamento, se quedo así por un momento hasta que decidió volver a entrar. Cerró la puerta y volvió a quitarse la chaqueta, arrojándola al aire, no supo donde cayó y era lo que menos le importaba en ese momento, se sentía terriblemente estúpido, se dejo caer pesadamente en el gigantesco sillón frente al televisor y se quedo dormido.


…

Bill: no se si te has dado cuenta pero… esta ¡lloviendo!
Yo: claro que me doy cuenta
Bill: ¿¡entonces!?
Yo: puedes prestarme tu auto
Bill: ah… si…claro…como no lo pensé antes-dijo sarcástico
Yo: por qué no?

No contesto, hizo ademán de buscar algo los bolsillos de su pantalón.

Yo: buscas esto-le mostré las llaves del carro
Bill: Pero… ¿Cómo…? ¿Por qué las tienes tú?
Yo: las dejaste en la mesa cuando te cambiabas

Intento quitármelas pero me moví más rápido y evite que las tomara, escondiéndolas detrás de mi espalda.

Yo: prometo que no le pasara nada a tu auto- dije mientras abría la puerta
Bill: lo siento pero no voy a dejar que te vayas- me susurro al oído desafiante. Se planto frente a mi, intente hacer que se moviera, pero parecía que estaba luchando contra la pared. Sonrió satisfecho-Ahora… dame eso.

Regrese dentro como una niña pequeña a la que le habían negado un juguete. Bill se mantenía serio, expectante, me vigilaba esperando que hiciera algo. Lograba intimidarme y como no con el 1.88 de estatura que tenía. Era la persona más terca que había conocido en mi vida, aunque si yo le estresaba tanto como el a mi, debía estar agotado…

Bill: no esperaba esto de ti, pensé que eras una persona madura-me miro con superioridad- Prefieres poner tu vida en riesgo que quedarte y enfrentar las cosas… -se recostó en el sillón- la última habitación es la única que esta amueblada, puedes dormir ahí

Yo: no vas a cerciorarte de que no vaya a huir?

No contesto, puso una de sus manos en su rostro, cubriendo sus ojos, realmente lucia cansado.

Camine por el pasillo, me dirigí a la última habitación como me había dicho, la puerta estaba abierta, entre y eche un vistazo, aunque con la luz apagada no pude distinguir mucho, aunque lo que menos iba hacer era ponerme a admirar a la habitación, así que solo camine hasta la cama y me tire bocabajo hundiendo mi cara en la almohada.

Estuve dando vueltas una y otra vez pero no lograba conciliar el sueño, creo que ya había pasado más de una hora, genial otra noche sin dormir…
Me senté en la cama, pero escuche los crujidos de la madera del piso, así que volví a acostarme.

La puerta no se había cerrado por completo así que pude observar una larga figura obscura.
Bill se encontraba de pie en el marco de la puerta, la empujo ligeramente y se quedo ahí un momento. Fingí estar dormida, pero en realidad no perdía detalle de lo que hacía, el pulso se me acelero derrepente, en ese momento lo único que deseaba era que se acercara pero no lo hizo, se quedo unos segundos más y luego se fue, cerrando la puerta en silencio.

Me moví quedando bocarriba viendo el techo, espere a que regresara por cualquier cosa, por lo que fuera…pero el sonido disminuido de sus pasos me indicaban que no iba a regresar.

La desesperación que tenía por desear tenerlo a mi lado me hizo comprender que había sido una tonta y que en ese momento lo que necesitaba y lo que quería era eso…solo estar junto a el, además Bill se había disculpado conmigo e intentaba arreglar las cosas.

No perdí más tiempo me levante y fui a la sala, pero no estaba ahí, la sabana estaba levantada, había dos almohadas tiradas en el suelo y solo la huella de que había estado ahí recostado. Donde podía estar, estaba segura que no estaba en ninguna de las otras habitaciones, el mismo había dicho que solo la habitación que yo tenía era la única amueblada. Acaso se habría ido… no. No podía hacer eso, aun y que la lluvia hubiera cesado un poco... tenía que comprobarlo.

Sentí un gran alivio al verlo afuera como si nada, recargado en uno de los barandales, sosteniendo entre sus manos un cigarrillo, se llevo éste a sus labios, y cerro los ojos, cuando inhalo el humo.

Bill: ¿qué pasa? ¿No puedes dormir?-dijo sin moverse

Si no lo conociera juraría que tenía ojos en la espalda o que sabía leer la mente.

Yo: la verdad no… supongo que no soy solo yo. ¿Qué haces aquí afuera?
Bill: pensé que te molestaría el humo
Yo: ¿qué? uhm… no, no mucho… aun así no tenías porque salir…Por un momento pensé que te habías ido
Bill: por qué creíste eso?-dejo entrever una tierna sonrisa

Yo: ahm… no sé, ya sabes… bueno… -me aclare la garganta- por lo de hace rato

Bill: a mi no me dan esos locos impulsos… no muy seguido. ¿Enserio te ibas a ir?-dijo tratando de contener una pequeña sonrisa
Yo: no lo sé, tal vez… si me hubiera quedado con las llaves y no te hubiera dicho que las tenía...

Los dos reímos, luego nos quedamos en silencio. Bill tiro la colilla del cigarro, y luego volvió a posar su mirada en mí, supongo que ahora me tocaba intentar arreglar las cosas.

Yo: fue tonto de mi parte
Bill: muuuy tonto
Yo: si… bueno... ya estoy aquí…
Bill: …
Yo: adelante, dime que es lo quieres que hablemos
Bill: ahora no vas a salir corriendo?
Yo: depende…
Bill: bien-sonrió- para empezar dime… por qué te molestaste tanto?
Yo: enserio no lo sabes?
Bill: no
Yo: fue-resople- tú… desconfiaste de mí
Bill: yo… lo siento…
Yo: si… lo sé… ya lo dijiste
Bill: todo fue un malentendido. Creo que entendí mal lo que me dijo Kim…
Yo: lo dices enserio? ¡La sigues defendiendo…! Ella saco sus conclusiones y lo que te dijo no creo que fuera con buena intención
Bill: no entiendo porque dices eso… si…. –encima de que ella fue una de las causas de toda la discusión, estaba justificándola!!! es que no me lo creía, ya comenzaba a ponerme de mal humor de nuevo, y el se dio cuenta de eso porque intento calmar las cosas- bueno ya va, eso ya no importa, tampoco debe de importarte lo que ella piense…
Yo: ¿¡Qué!? No si a mi no me importa lo que ella piense o haga, al que le interesa es a TI!
Bill: a mi? es que parece que a la que le importa es a ti!
Yo: estás muy equivocado… Bill… a mi… me importa lo que pienses tú!

Incline la cabeza apenada por tamaña confesión, ya no tenía nada que pudiera ocultar. Estaba vulnerable. Aunque prefería no haber dicho aquello me sentía más aliviada.
Me miro desconcertado, tenía los labios entreabiertos pero no note ninguna intención de hablar.
Pero que me estaba pasando, había sido muy tonta, otro error, quería desaparecer ahora mismo.

Yo: vale, no tienes que decir nada

Di la media vuelta y entre a la casa, me dio un escalofrío cuando sentí su mano encima presionando la mía.

Bill: lo siento tengo las manos frías
Yo: heladísimas
Bill: …estas huyendo de nuevo
Yo: no. Ahora no soy yo, ya dije lo que tenía que decir y tú no has sabido responderme. Me voy a dormir.
Bill: quédate…
Yo: ahora estoy muy cansada.

Realmente estaba exhausta, volví a la habitación, esta vez no supe en que momento me quede dormida.


…


Tom abrió los ojos perezosamente, el ruido al fin había podido despertarlo, se hizo hacia atrás y entonces noto que estaba tapado con una frazada.

Valeria: vaya al fin despiertas. Como dormiste?-estaba inclinada en el respaldo del sillón
Tom: uhm… bien- le sorprendió ver a Valeria impecable sin rastro de ninguna resaca, lucia perfecta.
Valeria: te dije que pusieras seguro a la puerta
Tom: lo hice
Valeria: si pero tu tenías que haberte ido, no quedarte
Tom: …
Valeria: eso ya no importa…da igual… El desayuno esta listo…prepare hot cakes, te gustan?
Tom: si, claro

Tom se sentó, tomo la miel y la derramo sobre los dos hot cakes que tenía en el plato

Valeria: y bien? ¿Qué te parecen?
Tom: mm… -dijo saboreando lo que tenía en la boca- están buenos, nunca imagine que supieras cocinar
Valeria: ¿qué? ¿por qué no?
Tom: no sé… -se encogió de hombros- no parece que seas de las que cocinan
Valeria: pues ya vez que equivocado estabas. Tom… gracias...

Tom: ¿por qué me das las gracias?-le dijo extrañado
Valeria: por lo de anoche, yo estaba mal y…
Tom: ah… espera-dejo caer el tenedor en el plato-recuerdas lo de anoche?
Valeria: si…
Tom: ¿todo?
Valeria: s… si…
Tom: ya, en el estado en el que estabas no pensé que te acordarías. No tienes que darme las gracias.
Valeria: si, si tengo que hacerlo

El timbre sonó irrumpiendo con el buen clima que se había dado, y luego volvió a sonar dos veces más dejando ver que había alguien que estaba desesperado por entrar.

Tom: quién puede ser a estas horas?-pronuncio con un dejo de molestia en la voz-ah… tal vez sea Ana
Valeria: no creo, ella trae llaves, pero ya se quienes son. Voy abrir. Sigue comiendo-le ordeno


Valeria: Dean
Dean: hola-la beso fugazmente
Valeria: qué haces aquí?
Dean: no te da gusto verme?-intento besarla nuevamente pero esta vez ella lo evito, colocando las manos en su pecho- vine a invitarte a desayunar, qué dices?
Valeria: eh… es que ahora no puedo, además acabo de desayunar
Dean: no me invitas a pasar?
Valeria: Dean, es que voy saliendo
Dean: entonces te llevo.
Valeria: No. Todavía tengo que arreglar mi cabello y ya sabes me tardo mucho…
Dean: … bien, entonces te llamo más tarde
Valeria: si
Dean: nos vemos entonces
Valeria: si, adiós- suspiro

Tom: ¿quién era él?
Valeria: ¡por qué llegas así!- cerró la puerta por completo- era un amigo. Terminaste de comer?
Tom: no
Valeria: entonces?
Tom: estabas tardando mucho
Valeria: bueno, ya termina de una vez

Los dos se dirigieron de vuelta a la cocina, pero el timbre sonó una vez más.

Tom: debe ser tu amigo
Valeria: quizás se olvido de algo
Tom: si quieres voy yo- se dio la media vuelta sin esperar respuesta y abrió la puerta.


…


Todavía era muy temprano, aunque quería permanecer mas tiempo durmiendo, quería aun más ver a Bill. Me levante y me asome por la ventana, el día estaba sereno, solo había unos cuantos charcos de agua, parecía que sería un día soleado.

Bill seguía durmiendo, un mechón de pelo le tapaba los ojos. La cobija llegaba al suelo. Como pudo dormir ahí!?, me sentía un poco culpable. Como pude presionar tanto las cosas....! me presione a mi misma también. Lo mire de nuevo, me daba tanta ternura verle así.
Tome la sábana e intente taparlo, pero movió su mano atrapando la mía.






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