Siento mucho la demora, pero estas semanas he tenido una carga de trabajo bien pesada y ni tiempo de editar me había dado, por fin les traigo nuevo capítulo, edito el siguiente y lo subo en cuanto pueda, ahora si que no queda tanto para el final... (bueno si, algunos caps más pero ya va en el curso final...) Espero se entienda este cap. y si hay dudas pues me dicen y les respondo:)
Cap. 102
Dos años después.
Recorrí el tablero con la
vista tratando de encontrar el próximo vuelo. Estaba tan nerviosa ya, que
seguramente mi expresión no decía nada, una sola idea me rondaba en la mente.
Rogaba para mis adentros que Ángel hubiera tenido suerte. De pronto el ruido
parecía que se iba apagando poco a poco y estuviera viendo una película del
cine mudo. La mayoría de la gente miraba sus teléfonos, sus ipad o sus
computadoras sumergidos en sus asuntos, en cuestiones que ahora me parecían tan
superficiales, algunos, muy pocos, sonreían, pero esos eran escasos. Que
increíble era la manera en que nos preocupaban asuntos tan banales.
La vista se me nubló por
un momento. No podía perder a nadie más. Ya no.
Me contuve y aleje ese
pensamiento de mi mente. Esa posibilidad no era ninguna opción.
Tome mi abrigo y me abrí
paso por la aglomeración que me rodeaba. Era la peor época para viajar. Todo
mundo quería salir o llegar… Y parecía que todos se habían puesto de acuerdo
para precisamente hacerlo ese día, pero, nada me impediría llegar a mi destino. Llegue a la zona de cajas y de
allí venia saliendo Ángel con dificultad, nada más mirarme me regalo una
sonrisa tranquilizadora, y seguidamente me mostró un sobre azul con blanco en
su mano.
Ángel: ¡Lo conseguí!-dijo
alegre y luego me abrazo. Un peso se me quito de encima, volví a respirar sin
esa aprensión-tuvimos suerte, un pasajero del siguiente vuelo ¡canceló!
Ana: Gracias. Sabía que
tu tendrías más suerte que yo-dije aferrándome a su abrazo más de la cuenta, me
separe de él unos segundos después. Tomo mi maleta y ambos tratamos con
esfuerzo de avanzar entre la multitud.
Nos despedimos por un
breve instante, en un abrazo con el que yo le pedía me diera fuerza y con el
que él me transmitía todo su apoyo. Me acomode el bolso en el hombro y seguí
adelante sin mirar ni una sola vez en dirección a Ángel. Entregue mi boleto y
proseguí a buscar mi asiento. Tome mi lugar al lado de la ventanilla con el
abrigo puesto, de pronto había sentido un escalofrió que no se me quitaba.
Solo hasta que el avión
estuvo en el aire me di cuenta de lo que significa regresar… Y que lo que creía
enterrado, aun flotaba en la superficie. Ni siquiera esperaba ser bien
recibida… pero nadie podría impedir mi llegada.
Me sumergí en una
tonalidad oscura, invocando a las memorias, las penas, la nostalgia por los
momentos en los que había sido feliz, como
no lo había sido en ningún momento antes de haber llegado a ese país y como
hasta ahora… después de tanto tiempo no lograba ser. Una parte de mí se había
quedado allí perdida y ahora estaba a punto de volver para encontrarme con
ella.
Todavía no sabía que tan
duro sería volver al mundo que por voluntad había decido abandonar, aquel mundo que me habían ofrecido… y que,
pensando que por dignidad y no por orgullo, había rechazado. Cerré los ojos
sabiendo que ese sería el único momento de paz antes de volver a poner un pie
en el pasado.
Seguramente me encontraría con varios
rostros conocidos, los cuales probablemente ni siquiera me quisiesen allí…tenía
que prepárame desde ahora para enfrentarme a lo que yo misma había creado,
enfrentarme quizá al rechazo de aquellas personas a las que todavía les
guardaba cariño. Sería difícil de enfrentar pero solo importaba esa razón de
peso por la que tenía que llegar cuanto antes.
Valeria, que era como mi hermana, me
necesitaba, o ¿yo le necesitaba más? Era la única que sabía que aún no lo había
dejado pasar del todo y no porque en algún momento se lo hubiera mencionado
sino porque seguramente ella misma lo notaba. Serían mis intentos fallidos en
preguntar indirectamente por él o sería mi tono de voz anhelante cuando su
nombre se colaba a la conversación, sin que ella soltara ningún detalle. Era mi
amiga, sí, pero en los últimos dos años de mi ausencia se había convertido en
guardiana de su privacidad. Se había convertido en su amiga también. Honestamente
detestaba la idea de que le profesara más lealtad a él que a mí… Aun así, de
vez en cuando me platicaba sus salidas con su novio… con los demás… sin dar
prenda a profundizar. Tampoco nunca me había atrevido a preguntar si él alguna
vez me había mencionado… daba lo que fuera por ser uno de sus pensamientos por
los miles que yo le había tenido. Todavía me seguía doliendo, ardía en deseo
por saber si yo le provocaba lo mismo.
Comenzaba a sentir los parpados pesados,
después de esa llamada apenas y había podido dormir. Pedí un café para
mantenerme despierta mientras me abandonaba al recuerdo más dulce y más triste…
Solo una pregunta me nacía en el alma y se
atoraba en la garganta pero nunca salía ¿estaría con alguien… siendo feliz…?
Dolía pensarlo con alguien más… definitivamente
no soportaría verlo…pero lo que más deseaba, era su felicidad, después de la
forma en como prometió desaparecer…
La única promesa que si había cumplido…
[…
Se suponía que entre más tiempo pasara
podría ir superándolo… y ciertamente empeoraba. Rabia, pena, dolor, tristeza…
se presentaban en ese orden o inversamente. Lo que me ayudaba, era distraer mi
mente en otras actividades, en el trabajo, en algunas salidas… Jamás había sido
tan vaga como desde que Jessica se había convertido en mi mayor apoyo, con ella
era obligatorio salir mínimo la noche del viernes y del sábado. Su bondad y
paciencia eran difíciles de creer y era lo que más necesitaba. Desde que había
llegado a México había esperado ingenuamente que Bill viniera en cualquier
momento, así paso el primero, el segundo, el tercer, el cuarto mes… medio año
ya... Hasta que creí que tanta ensoñación era destructiva. Aunque tampoco tenía
el mínimo deseo de conocer a nadie más. Si algo sabía, era que jamás encontraría
a nadie como Bill y nadie me haría sentir lo que él.
La chica morena (ya había dejado de ser
rubia), alta y de grandísimos ojos oscuros caminaba en mi dirección moviendo su
larga y perfecta cabellera, si ella hubiera querido seguramente se hubiera convertdio en el centro de atención del espectaculo, pero era demasiado sencilla y en ocasiones hasta tímida,
pero eso no le quitaba su porte glamuroso, parecía una chica sacada de revista
y desde mi llegada a México se había convertido en mi paño de lágrimas, a ella
le decía todo, lo que a Valeria nunca podría mencionarle, además de que la
comunicación con ella ya era nula, prefería no hablarle ni contestar sus
llamadas, porque ya sabía que iba a hablarme de él… a insistirme en que debía
volver.
Jessica: ¡Llegaste temprano!-Y es que las
últimas ocasiones me era imposible llegar a la hora exacta.- ¿A dónde vamos
primero?
Ana: Supongo que a lo del vestido, ¿no? Y
luego vamos a informarnos sobre los banquetes, porque si lo hacemos al revés
probablemente ya estés cansada para hacer la prueba de vestido, ¿no crees?
Jess: Si. Tienes razón amiga. ¿Nos vamos en
mi carro o en el tuyo?
Jessica se había comprometido y ahora yo
tenía que andar de arriba para abajo con ella ayudándole con los preparativos,
la única realidad es que prefería organizar eso del show de la despedida de
soltera… y obviamente ya estaba apuntadisima para ser la encargada de esa
función.
Ana: En el mío, mira que soy más tranquila…
Jess: ¿¡tú!?
Ana: Si, si. Anda ya.
Jess llevaba puesto un vestido blanco con
encaje en la parte de arriba, ajustado, mucho diría yo, de la cintura, para
finalmente desplegarse maravillosamente a lo largo. La realidad era que me
sentía algo incomoda estar presenciando los preparativos para la boda de una de
mis mejores amigas y no poder evitar acordarme de Bill. No podía quitármelo de
la mente, y eso me estaba volviendo loca, claro que no podía regodearme a gusto
en el dolor delante de gente tan aparentemente feliz. Me mordí el labio intentando
contenerme a mi misma, antes de pronunciar su nombre.
Jess: ¿Y bien? ¿Qué te parece este?
Ana: este es el más bonito, bueno, es decir,
los otros tres vestidos también estaban muy lindos pero este me gusta más.
Jess: pienso igual, este será-dijo dando un
saltito sonriendo emocionada-bien, ahora vamos a comprar algo para ti
Ana: ¿Cómo? Si falta mucho para tu boda
Jess: No para la boda, para esta noche
Ana: Es que… todavía no sé si iré…
Jess: ¿Cómo que no!? Si van dos veces que me
cancelas, además hoy es tu cita…
Ana: será por eso… Me da miedo eso de una
cita a ciegas…
Jess: Jajaja No te preocupes, es un chico
muy dulce y muy, muy guapo…
Ana: no sé…
Jess: No puedes quedar mal, además ya me
puse de acuerdo con él
Ana: ¡exacto! Tú, no yo.
Jess: ya me habías dicho que si
Ana: si, pero solo porque no me dejabas en
paz… además compre un libro nuevo…
Jess: ¿Y!!?
Ana: ¿y? Que tengo que empezar a leer…
Jess: Jajaja No me digas eso-dijo dulce-que
te quemo todos los que tengas
Ana: Pues si lo pones así…
Jess: ve y ese será mi regalo de bodas ¿qué
dices?
Ana: ¿en serio?
Jess: si
Ana: ¿tan feo es?
Jess: Jajaja que no está feo, me lo vas a
agradecer ya verás…
Ana: claro…-nuestra conversación fue
interrumpida por la melodía de mi celular. Jess volvió su atención al vestido y
yo mire la pantalla. Era un número extranjero, por eso rechace la llamada. No
era el número de Valeria pero seguramente era ella, hacía semanas que no
hablábamos, me había llamado y me había mandado algunos correos pero aun no le
contestaba ninguno, ¿qué le decía? Ella insistía en que volviera y yo me sentía
más tranquila donde estaba, tratando de encontrar la normalidad en mi nueva
vida, y hablar con ella solo me traía esos recuerdos. No quería saber más del
tema. Todavía no estaba del todo bien, hacía las cosas solo por hacerlas, no
porque quisiera, pero, el tiempo lo curaba todo, ¿no…?
Borre el número y guarde el teléfono. Tenía
un vestido que comprar para mi cita de
esa noche.
Definitivamente un club no era un lugar para
una cita, ¿Cómo ibas a conocer a alguien allí?
Jess me llevaba del brazo y yo le seguía
detrás. No estaba nerviosa, ya que solo iba a hacer acto de presencia, charlar…
si se podía, quizá hasta bailar una o dos canciones e irme de allí, no estaba
presionada porque no tenía el menor interés por entablar o iniciar una relación
con nadie., y por lo tanto no tenía que esforzarme en quedar bien. Jessica se detuvo abruptamente delante de una mesa. Había dos
muchachos, uno de ellos era su novio y el otro, sería mi cita…
¡Woouuu!
Los dos se pusieron de pie, e inmediatamente
Jess hizo las presentaciones.
Jess: perdón por el retraso, pero, es que
había un tráfico terrible. Mira Ana, él es de quien te hable.-Jess le dio un
beso al chico y luego se puso a lado de su novio y nos miró a los dos sonriente.-él
es Ángel.-El muchacho alto de cabello negro y ojos verdes me sonrió apenado-lo
que me dio a entender que él también venía a la fuerza. Genial. No tenía que
fingir interés, aunque lo cierto era que Ángel estaba guapísimo. Extendió su
mano y yo le correspondía el saludo.
Ángel: Encantado-me dio un apretón fuerte de
manos y sus ojos brillaron con la luces que se reflejaban en ellos
Ana: igualmente
Jessica y yo nos sentamos juntas y los
chicos a cada lado, Ángel trataba de hablarme pero con el ruido no le escuchaba
muy bien, así que solo me dedicaba a asentir y sonreír como si supiera lo que estaba diciendo. No sabía porque pero
me sentía algo tímida, no sé si se daba cuenta o no, pero él se portaba muy
dulce y sonreía todo el tiempo. Se suponía que no tenía que temer a nada, mucho
menos portarme así de ridícula.
No sabía cómo interactuar en una cita, ya
había pasado mucho tiempo desde… no sabía cuándo.
La música se volvió más tenue y al fin
pudimos entablar una “conversación” que se limitaba a que yo respondía algunas
de sus preguntas, me observaba con tanto detenimiento en mis escasas respuestas
que me ponía nerviosa, aunque de vez en cuando comentaba algo gracioso y no
podía evitar reírme soltando una carcajada. Después de un rato me escape con el
pretexto de ir al baño, me tome mi tiempo allí, jugué un rato con el celular y
después me convencí a mi misma de irme discretamente, pero me arrepentí al
momento de acordarme de Ángel, mínimo tenía que despedirme de él.
Cuando llegue a nuestra mesa solo estaba él,
así que busque desesperadamente a mi amiga y a su novio con la mirada… ¿habrían
sido capaces de dejarme a solas con él…?
Ana: ¿Y Jess y Nico?
Ángel: Se la llevo a bailar, creo…
Ana: ah…-me senté dudando si quedarme o no
Ángel: ¿Tú quieres ir…?-me pregunto
dubitativo también
Ana: ¿eh…? ¿bailar…? Mmm… No. Bueno es que
no… ahorita…
Ángel: Ok, pero, si quieres ir, vamos
Ana: ah… jaja ok
Ángel: ¿Te puedo decir algo?
Ana: Si…claro…
Ángel: La verdad es que no quería venir,
pero, después de conocerte me alegra haberlo hecho
Ana: ¿en serio? Oh… gracias… pienso
igual…-sonreí nerviosamente e intente no mirarlo cada vez que él me observaba,
le di un trago a la bebida y cuando volví mi vista hacía él, ya estaba más
cerca. Sentía que me ardían las mejillas, era evidente que era muy nueva en
esto, ¿ya se me había olvidado como desenvolverme en una cita? Tome mi bebida
de nuevo y me la termine de un solo trago.
Ángel: Oye...
Ana: mande
Ángel: ¿Qué te parece si vamos a un lugar
más tranquilo?-dijo bajando su tono de voz con una mirada sugerente.
No sabía que decir o más bien no podía creer
que me estuviera insinuando algo… Por un momento, solo por un momento, quise
decir que sí.
Ana: No creo, la verdad es que estaba a
punto de decirte que me iba, tengo muchas cosas que hacer mañana. Un gusto
conocerte. Me despides de Jess y Nico por favor.- Tome mi bolsa y me levante.
Que fiasco. Parecía lindo y tierno. Me daba cuenta que me detestaba por no poder estar con otra persona aún y al mismo tiempo por necesitar desesperadamente olvidar, olvidarlo con alguien más...
Cuando estaba en el estacionamiento me
percate que venía deprisa detrás de mí. La verdad es que no tenía ni ganas de
llevar la contrario, pero, tampoco planeaba quedarme mucho tiempo.
Ángel: Espera…-grito desde lejos. Me quede
parada esperando que llegara a donde estaba-¿Pasa algo malo?
Ana: No. Solo que tengo que irme.
Ángel: pero… Yo solo quería disculparme si
di a entender algo que no era…-dijo apenado-solo, quería ir a algún restaurant
o café, o algún lugar donde no hubiera tanto ruido, eso quise decir, perdón si
se entendió otra cosa… ¿Se entendió
otra cosa?-dijo inocente y esta vez yo me sonroje.
Ana: eh… no… no.-¿Cuántas veces había
deseado que Bill viniera así por mí? Que lo hubiera intentado.
Ángel: Bueno si tienes que irte no puedo
hacer nada. Pero... ¿Te gustaría ir a comer otro día…?
Ana: ¿eh…? Bueno yo...-¿Era justo seguir sufriendo por alguien que ya era feliz en otros brazos...?-Si, me encantaria
Ángel: ¿Qué bien! ¿me das tu teléfono?-no lo pensé
tanto y se lo di. Si no se lo daba perdería el contacto con él y era algo que
no quería que pasara...