Alguien sabe si es verdad que cerrarán blogger...??
Me miro afligido mientras yo intentaba recuperar la cordura.
Ana: Vienes aquí, después de mucho tiempo, esperando… -me detuve a penas
a escasos pasos de él-¿Esperando que exactamente Bill?
Bill: Explicarte.-Dijo únicamente. Observe en sus ojos esa voluntad que
le había hecho falta la última vez que le había visto. En cambio a mi… me traía
un montón de episodios espantosos que mi tan buena memoria, me hacía reconstruir.
Me recordaba a mí misma cansada de llorar por las noches, trayendo a mi
mente aquellos momentos en que me empeñaba en descubrir una de sus mentiras.
Recordaba la lucha diaria de vivir como si nada hubiera pasado, amargada y
triste, difícilmente fingiendo algo que yo llamaba sonrisa. Existían una que
otra vez, aquellos fugaces momentos en que me podía llamarme a mí misma: feliz. Pero, luego venía su recuerdo, entonces
como ritual, varias veces a la semana, inclusive varias veces al día, me
torturaba, recordándole, y surgía siempre la duda y con ello la amargura, sus
labios tocando los míos, sus manos rodeando mi cuerpo, sus ojos que me decían
que me querían, y luego yo, preguntándome como es que no me había dado cuenta
de su farsa, preguntándome, enferma de su imagen, si alguna vez, aunque fuera
solo una, me hubiera hablado con la verdad. Y luego venía la resignación. La
aceptación, y la idea de lo que él debía ser a toda costa: Ser pasado.
Bill: Sé que te hice daño-apretó los puños de sus manos-Me odie a mí
mismo por hacerlo-dijo con la voz ronca- Y si puedo hacerte sentir mejor… debes
saber, que estoy pagando por ello…
Ana: Entiendo-tome aire pasando por un lado suyo-¿Estás buscando un
perdón?
Bill: Vine aquí porque hay cosas que debes saber
Ana: No.-Introduje la llave en la puerta con las manos temblorosas-No
quiero saber nada no me interesa.-Y es que si venía con la intención de
confesar más cosas para aliviar su alma, iba a hacerme añicos nuevamente.
Bill: Necesito que lo sepas…
Ana: Exacto-sonreí con amargura-Tú necesitas. Yo NO necesito saber
nada.-Y era cierto. Ya había superado esa insaciable incertidumbre, esa que
quería entender que había pasado, porque algo tan supuestamente fuerte se había
roto sin más… Esa parte de mí que quería descubrir la verdad, que lo quería
saber todo. Ya no quería nada… Había llegado un momento en el que ya me daba
igual, no me hacía falta para continuar y continuaba, sabiendo que quien
seguiría consumido por engaños no debía ser yo.
Bill: ¿Es qué no quieres saber porque terminamos de esa forma?-perdió la
paciencia, se enfadó y elevo la voz, no sé si para hacerme reaccionar o
simplemente había sido un impulso suyo, pero me hizo despertar de la
resignación.
Ana: Escúchate. “Termino”.-repetí-Ya
quedo atrás. ¿De qué nos sirve ahora?-trate de decir lo más tranquila posible
para transmitirle esa serenidad y la realidad definitiva de que ya no debía
estar ahí, ni había nada que hacer.
Bill: ¿Es… por él?
Quise cerrar la puerta pero su tono de voz dolido me lo impidió. Parecía
que yo era la mala. Cuando el hacía lo que quería y se empeñaba en recordarme
lo que a diario yo luchaba por olvidar.
Pegue mis brazos al cuerpo, no sabía que responder, así que resultaba mil
veces mejor quedarme callada que mentir o confesar. Bill no dejo de observarme
como si ya hubiera escuchado la respuesta. Miro a los lados como pensando si
decía algo más o no, hasta que finalmente sus labios se separaron.
Bill: Si después de saberlo todo, sigues pensando igual, no voy a
insistir más…
Ana: ¿Insistir? ¿A qué te refieres?
Bill: A nosotros. –hizo una breve pausa conteniendo la respiración-No
creo que tengas nada con él…-se atrevió a concluir finalmente.
Ana: ¿Qué?-¿estaba burlándose de mi nuevamente?-Tu no sabes nada, no
tienes ni idea… lo que creas...-No lo decía porque estuviera equivocado respecto a Ángel sino
que estaba equivocado si pensaba que yo podía si quiera pensar en volver…
Bill: Por favor, si tú y él… Jamás se hubiera ido dejándote a solas con
alguien que no conocía, que se presenta así en tu casa…al menos se hubiera
interesado por saber quién era yo.
Ana: O puede ser que no sea tan celoso como tú…-Su mano sujeto mi brazo
empujándome dentro de la casa-¿¡Pero qué…!? ¡Suéltame!
Bill: Todavía sientes algo por mí. Lo veo en tus ojos. –Lo empuje con
todas mis fuerzas hacia un lado, mientras sus ojos parecían salir de sus
orbitas sorprendido.
Ana: ¿¡Cómo te atreves!? Después de lo que hiciste, ¿¡todavía te crees si
quiera con algún derecho!? Nada de lo que digas cambiaria algo…Solo…solo vete.
Bill: Si lo hará-afirmo decidido- ¡No vamos a dejar que nos arrebaten lo
que teníamos!-expulso furioso, frustrado, desesperado…
Ana: Bill… ¿Quién? ¿Quiénes?-le mire nerviosa, sin entender, él también parecía
confundido y enojado al mismo tiempo- No se terminó por nadie más, fuimos
nosotros…-o si, recordé, se termino por ella...
Bill: Ana, todo fue parte de una muy buena treta que nos pusieron-dijo y
las venas se le marcaron en los brazos y en el cuello
Ana: Bill, si esto es otra mentira tuya…
Bill: Me habían dicho que tú y…-tenso la mandíbula-ese hijo de puta se
veían a mis espaldas
Sentí como un estrujón en el estómago de solo escuchar lo que él creía
de mí, me sentía tan humillada, tan asqueada y decepcionada de que lo hubiera pensado
así, algo tan absurdo.
Ana: ¿Por qué no dices quién te lo dijo?-de un momento a otro mi cabeza
se llenó de todas aquellas escenas, que no hacían otra cosa que producirme
dolor-¿Ella te lo dijo, no?-le pregunte con decepción conociendo la respuesta
de antemano.
Bill: Si…-acepto avergonzado-Y fue ella misma quien me animo a
comprobarlo…
No pude evitar sorprenderme, no había forma de comprobar algo que no
existía y de todos modos Bill me estaba diciendo todo aquello que hubiera
preferido escuchar ese día en Londres, conocer la verdad para olvidarlo lo más
rápido que pudiera, y ahora, no me servía de nada, solo podía confirmar que Kim
nunca había sido de fiar pero si había sido muy lista, porque se había salido
con la suya. No sabía si al final si se merecía a alguien como ella…
Bill: ese día… en el aeropuerto…estaba esperándote… -hablaba
entrecortado como si se ahogara, era la
primera vez que le veía tan perdido para elegir las palabras correctas-Kim
apareció… Insistió en llevarme hasta la ciudad, cuando le dije que te estaba esperando… me afirmo que no podrías hacerlo… iba a llamarte pero antes de que lo pudiera hacer… dijo que si quería saber en dónde estabas podía ir con ella… No habría
aceptado nunca sino porque al hablar con Erick y Sam… No tenían idea de donde
podías estar… estaba preocupado, así que…me fui con Kim…
Mis ojos se volvieron acuosos, ya no quería escuchar nada, ni verlo, no
quería si quiera pensar lo que creyó de mí, me sentía triste, avergonzada…
Ana: lo siento, nunca debía haber ido-le hablaba rápida y desesperada, las
palabras salían solas de mi boca sin poder evitarlo-no sabía como hacer que
creyera en mi palabra, de lo arrepentida que estaba de haber sido tan tonta
Bill: Lo sé niña, lo sé ahora…-puso sus manos en mis hombros tratando de
reconfortarme-Yo lo siento-sus bazos se alargaron y aquello se terminó en un
largo abrazo envuelto de silencio, uno en el que ambos lamentábamos lo que
había ocurrido-su nariz pegada a mi cabeza y su mano enredada en mi cabello
mientras yo me aferraba a su pecho, escuchando lo agitado que estaba por la
rapidez con la que latía su corazón, era algo que creía que nunca volvería a hacer-cuando
te vi saliendo de su casa… despidiéndose con
familiaridad… cariño…Yo… no podía creer lo que estaba viendo…fui al
hotel, Erick y Sam me confesaron que habías pasado la
noche fuera…
Ana: ¿por qué no me lo dijiste?-me limpie las mejillas apartándome pero
no por completo, ya que sus manos seguían en el mismo lugar sin moverse.
Bill: Quería esperar… escuchar lo que ibas a decirme… pero, lo que
obtuve no fue nada parecido a la realidad…-retiro sus manos lentamente y poco a
poco se fue apartando, hasta darme la espalda-después de eso, creí que lo que
hacías era intentar ocultar lo que tenías con él…
Ana: No, nunca fue así, tenía miedo, no quería causar ningún
malentendido ni tampoco una discusión, creí que había hecho bien… y fue peor… lo
lamento, debí decírtelo-apenas toque su brazo cuando se dio la vuelta-lo siento-le
susurre
Bill: Yo creí que jamás... tenía miedo de no
encontrarte…
Ana: No tienes idea de lo mucho que te he extrañado-y hasta que termine
de decirle algo que era totalmente cierto, no podía evitar el sabor metálico
que me producía al mismo tiempo la ligereza de mis palabras, esas que salían de
mi boca después de haberlas guardado en el pecho pero que fluían sin ninguna
otra intención que la simple confesión pero para él, por lo que observaba en su rostro entendía otro significado.
Bill: Nunca pensé a que grado… podría extrañarte, fueron días muy
difíciles… los siguen siendo-dijo tan cerca de mí, que creí que de un momento a
otro iba caer porque las rodillas ya me temblaban. Inclino su rostro hacia el
mío y fui yo quien termino por deshacer la distancia. Respiraba su aliento de
la misma forma que él se aferraba al mío. Y aun cuando ese amor prevalecía en
lo más profundo de mi ser, ya no se sentía igual. ¿De verdad estaba creyéndole?
¿Qué había de Kim? ¿Qué estaba aceptando si volvía con él? ¿Iba a perdonarle
una infidelidad? ¿Que acaso no sabía más que nadie que todo aquello eran
patrones de conducta y que estos se repetían a lo largo de la vida? Pero algo,
mucho más fuerte que yo misma me decía que no podía vivir lejos de él, no
quería…estaba dispuesta a olvidar…a perdonar…
Quería estar con él en los buenos y en los malos momentos, sin embargo,
no de la forma en que habíamos estado juntos, no podía verle de la misma manera
y… ¿Que si él tampoco lo hacía…? No podríamos ser lo que alguna vez…
Ana: Bill… -antes de que pudiera seguir de nuevo me hizo volver a ese
extraño sueño, ese momento que dudaba volviera a repetirse
Bill: ¿sí?-dijo entrecortado
Ana: ¿Qué pasa con Kim…?-le dije directamente, ahora que sabía que era
la peor farsante…la sangre me hervía
Bill: ¿Kim…?-sus ojos se abrieron de par en par, gran parte de su rostro
se volvió a tornar rojo-En cuanto supe que todo había sido planeado por ella,
termine toda relación con Kim, me rehusé a seguir trabajando con ella,-creo que
inconscientemente tanto Bill como yo nos habíamos separado ligeramente, yo no
soportaba la idea de que él hubiera estado con ella y creo que Bill también se
sentía avergonzado-Por favor no te preocupes por Kim…-puso una de sus manos en
mi barbilla para que le mirara y yo con
la mayor dulzura tome su mano para apartarla de mi rostro-La campaña que estaba
realizando con Kim fue cancelada y ella fue despedida
Ana: ¿despedida? ¿Tú la despediste…?-le pregunte perpleja
Bill: No exactamente…Yo ya no iba a trabajar con ella, estaba dispuesto
a renunciar, y… les di a elegir… si ella se quedaba yo me iba
Ana: Pero Bill…
Bill: Tu siempre tuviste razón. Aunque ese hijo de puta también te
engaño…-dijo apretando los dientes
Ana: ¿Qué…?
Bill: Ana, Alex siempre estuvo de acuerdo con Kim, entre los dos
planearon todo
Ana: Alex quizá era un poco manipulador pero… no podría hacerme esto...
Bill: No defiendas a esa basura. ¡Te drogo!-dijo nuevamente con la
mandíbula tensa y las venas resaltándole en los brazos
Ana: ¿qué dices?-era demasiado para lograr seguir de pie, me apoye junto
a la ventana y Bill me ayudo a sostenerme tomándome del brazo
Bill: ese día, esa noche… él te drogo, así logro hacer que te quedaras,
para que yo pudiera verte salir de su casa
Ana: ¿Cómo pudieron…? ¿Cómo pudo…?-mi memoria viajo con rapidez hasta
ese momento, recordé esa noche, el extraño comportamiento de Alex, el té…lo mal
que me sentía la mañana siguiente, a saber qué diablos me había dado… el comportamiento tan frío de Bill... La sangre
comenzó a hervirme como nunca. Nos habían jodido a los dos-Lo consiguieron…-Bill
me miro con tristeza pegando su cuerpo al mío-nos separaron…-las lágrimas de
rabia y frustración comenzaron a rodar por mis mejillas sin control
Bill me envolvió en sus brazos y yo le devolví el abrazo con todas mis
fuerzas, no quería soltarlo, no quería dejarlo ir nunca. Sus manos acariciaron
mis mejillas y enjugaron mis lágrimas.
Bill: Lo lamento…