Ana: Valeria acaba de irse a bailar
Bill: ah… -se puso a mirar a los lados y luego su
mirada se posó en mi… y yo me moría de los nervios-¿traes algún saco o algo?
Ana: ¿eh? No, hace demasiado calor Bill, ¿por
qué?-le dije molesta y extrañada.
Bill: ese vestido tiene muy poca tela…
Bill estaba serio, otra vez… que hombre, por Dios,
me iba a volver loca, ¿qué le pasaba a mi vestido? A mí me encantaba y cuando me vio pensé que
también le había gustado.
Ana: ¿no te gusta mi vestido?
Bill: no es eso Ana. –comento sin darle importancia.
Bill: solo que atraes demasiadas miradas… aunque
entiendo porque.
Oh… Me sonroje. Cada vez estaba más agitada… ¿Qué me
pasaba? Definitivamente no más vino… Bill no dejaba de mirarme y eso me ponía
como si ya llevara cinco copas seguidas… o a lo mejor debía emborracharme y así
tendría justificación el que le dijera cuanto lo necesitaba y lo quería… así
quedaría en que solo eran “efectos del alcohol…si, si, si. Buena idea.
Ana: pensándolo bien-dije llamando su atención
nuevamente-creo que si quiero otro trago
Bill: pensándolo bien-sonrió-yo creo que no.
Ana: ¿eh? ¿Cómo qué no?-me reí-hace un momento
dijiste… -Un momento. ¿Y para qué discutía con el? Si yo podía beber cuanto
quisiera.-No tengo que pedirte permiso.
Bill: te quiero consciente Ana-Oh… ¿y eso? ¿por
qué? pero si ya habíamos hablado… además
si bebía un poco más era más valiente… o a lo mejor el ya sabría lo que podría
pasar y tal vez eso es justo, lo que no
quería…
Ana: ¿para qué…?
Bill: porque yo si quiero pedirte permiso de
algo…-pase saliva, y el corazón se me agito, que yo le diera permiso… ¿de qué?-además
me acuerdo muy bien como te pusiste la última vez que te pusiste a tomar…
Ana: si… bueno…
no va a volver a pasar. Créeme.
Bill: Bien… Creo que antes no te lo había pedido,
pero considerando las cosas… es lo correcto… -hizo una larga pausa-¿puedo besarte?-susurro
tranquilamente y yo me quede con la boca abierta, lo menciono con toda
tranquilidad como si me estuviera preguntando la hora.
Ana: tienes razón. Nunca me habías pedido permiso.
–el sonrió brevemente para acercarse sin invadir mi espacio personal -bien… -si
lo pensaba, le diría que no, ¿para qué pensarlo? Permiso concedido.
Me gusto que se haya adelantado porque yo iba
hacerlo y sin pedirle permiso… contuve la respiración cuando sentí su aliento
en la boca y el olor de su colonia
rodeándome, mis labios se apretaron a su boca, su lengua intentaba
abrirse paso pero no se lo permití, me aleje antes de sucumbir a la tentación…
no supe en realidad como lo había logrado, pero sentía una enorme necesidad por
sentirme suya, oh no…
Bill: bien, parece que ya lo han entendido…-¿Que ya
lo han entendido? ¿De qué me hablaba?
Ana: ¿mm…?-dije saboreando todavía la sensación
Bill: Esos tipos.
Ya. Ahora entendía porque me había hecho tal
petición… Era cuestión de alejar a los hombres de alrededor… ¡Ah! ¿Pero qué
pretendía? ¿Qué le importaba? ¿Y si yo quería ligar?
Claro, estaba celoso. Solo por eso le pasaba tal
arrebato. Porque con eso me mostraba como estaba cediendo a lo que todavía
sentía…todavía sentía algo por mi… y su autocontrol se estaba yendo a la
mierda, igual que el mío.
Xx: ¿se van a quedar sentados toda la noche?-Tom se
inclinó torno a su hermano, lucia fresco como lechuga.
Bill: ya te dije que yo ya me voy Tom.-me miro.
¿Cómo que se iba? No…-Y creo que deberías hacer lo mismo.
Tom: nadie quiere irse, no seas aguafiestas. ¿Y tú
Ana?
Ana: yo traigo unos tacones enormes y por el momento
prefiero quedarme aquí.
Tom: bueno, como quieran… -nos sonrió a los dos con
intención de decir algo, apuesto algún comentario incomodo, pero la pantallita de celular se ilumino y se
alejó para contestar.
Ana: ¿te vas a ir ya Bill?
Bill: Si.
Ana: ¿te importa si me voy contigo?
Bill: No, pero, ¿Segura te quieres ir?
Ana: si, ya no aguanto estos zapatos, pero me
encantan
Bill: bien, pues vamos-se relamió los labios y miro
a su alrededor, creo que buscaba a alguno de los de seguridad.
Ana: sí.-Bill relamiéndose los labios, bien podría
hacer yo eso…
No, mal, muy mal. Debía alejar esos pensamientos de
mi mente, o terminaría cometiendo alguna tontería.
Entramos al auto y de repente fui consciente de que
olía todo a Bill, era su fragancia combinada con aerosol. Bill se dejo caer en
el asiento, apretujándome, no sé si a propósito o accidentalmente… me moví sin
ganas reales de hacerlo.
Bill: quítatelos.
Lo mire a los ojos directamente, ¿de qué hablaba?
Ahora me daba cuenta que mientras estábamos en el club era más fácil mirarlo,
porque aquí me intimidaba, un poco… levante la ceja sin entender y el dirigió
rápidamente su mirada al suelo. Los zapatos…
Ana: estoy bien, puedo llevarlos un poco más,
estamos cerca al hotel, ¿oh no?
Bill: No Ana-sonrió-todavía falta
Ana: ¿ha si?-lo considere un segundo para inclinarme
y desabrocharme las cintillas de los zapatos, oh… que bien se sentía…
Otra vez como niña pequeña… miraba a Marcus de
reojo… ¿en que estaría pensando? Llevaba la radio encendida y parecía muy absorto en sus pensamientos al
igual que Bill que miraba por la ventana y yo iba pendiente de lo que iba
haciendo, aunque trataba de que no se notara. No sé si estaba haciendo un buen
trabajo.
Me puse los zapatos al bajar del auto. Bill y yo íbamos en silencio en el ascensor, me
decía a mi misma “vamos, dile que lo extrañaste, que lo quieres, que quieres
que estén juntos”, por un momento creía que el impulso se iba a apoderar de mí,
pero logre mantenerme bajo control, llegue a mi habitación y metí la tarjeta
que Bill me había dado antes.
Ana: gracias por traerme Bill, me alegra haber
hablado contigo
Bill: a mí también. –Carraspeo la garganta.-¿Puedo
preguntarte algo?
Ana: claro. Dime.
Bill: ¿es una impresión mía o quieres decir algo…?
El pecho se me agito considerablemente, pues si que
tenía, pero no podía… oh Dios… ¿cómo diablos lo sabía?
Ana: pues…no-tal vez mañana…
Bill: bien, una última pregunta, más bien voy a
pedirte permiso…otra vez -yo asentí, mmm ¿otro beso…? Si, si, si. Se concentró
en sí mismo por un momento, me intrigaba la forma en que Bill se daba cuenta de
todo. -¿Puedo quedarme esta noche?