Al contrario iba muy lucida, pero opte por hacer lo que decía, seguí sus pasos hasta afuera del local. Ya afuera intente averiguar si seguía enojado.
Ana: no sé porque nos hemos ido así…-comente con cautela- a lo mejor los demás todavía están adentro-dije tratando de sonar racional
Bill: no creo. Tom iba a ir por Camila. Solo faltabas tú.
Ana: ah…
Bill: ¿qué querías? ¿Quedarte a platicar un rato más con el camarero?-sonrió malicioso
Ana: ¿con quién?
Bill: ¿dime las dos horas te las pasaste ahí con el?
Ana: ¿con el? No. Yo estaba con Camila.
Bill: yo no la vi a ella. Nada más te vi a ti coqueteando con el camarero.
Ana: ¿qué? ¿Coqueteando?-me reí porque era absurdo pero el no expresaba nada, seguía igual que antes entonces me di cuenta que no estaba bromeando-. Yo no estaba coqueteando con nadie-le solté ofendida
Bill: no es lo que yo vi.
Ana: ¿y que viste?
Bill: ya te lo dije.
Ana: No. No dices nada, porque yo no estaba haciendo nada. Yo estaba ahí ¡CON CAMILA!
Bill: eso no es cierto.
Ana. Claro que si. Tu lo que quieres es pelearte conmigo. ¿Pero sabes que? a diferencia de TI… yo no te he dado motivos. Yo no he hecho nada malo. En cambio tú… me ocultaste que te habías visto con Kim y yo que debería de estar molesta por eso… porque yo no se exactamente que clase de relación tuviste con ella… y… y… te disculpe cuando me explicaste… pero parece que no te gusta estar bien con la gente… Necesitas discutir…
Bill: Eso no es cierto… No me cambies el tema. ¿¡Qué no te diste cuenta como te miraba el camarero!?
Eso no es lo que quería oír. Porque simplemente no me decía: ‘no te preocupes por esa tontería, entre kim y yo nunca hubo nada’ su negativa por el tema hacía que por momentos me sintiera frustrada. El opto por darme un estúpido argumento y dejándome en las mismas condiciones.
Ana: pues No. No seas ridículo. No me di cuenta, porque ni le puse atención. Yo no le estaba coqueteando como dices, si alguien lo estaba haciendo, si acaso era Camila…
Me lleve las manos a la boca cuando me di cuenta que más adelante estaban Gustav, Tom y Camila presenciando el espectáculo, no sabía cuanto tiempo llevaban ahí y a estas alturas no quería ni imaginármelo.
Bill me miro sorprendido y se metió las manos a los bolsillos, dándome la espalda
Tom: Ana, aquí esta tu bolsa.
Ana: Gracias-le dije tímida, no quería ni levantar la cabeza. En ese momento quería que me tragara la tierra, había metido la pata, sino es que las cuatro, Tom no dejaba de mirar a Camila y ella hacía por continuar como si nada.
Tom: ya nos vamos. Gustav y Camila se van conmigo.
Bill: si.
Caminamos todos juntos hasta el estacionamiento, no recordaba que fuera tan grande auque seguramente era porque ya había pocos carros. Gustav y Camila se fueron en un auto que traía Tom, mientras tanto nosotros seguimos caminando hasta que vi el audi de Ellie estacionado casi afuera del lugar. Yo seguí a Bill a paso lento. Caminaba muy rápido y no se porque pero se me hacía que lo hacía a propósito, a mi se me estaba dificultando el paso y encima más con los tacones que llevaba.
Bill: llevas una buena eh…- dijo al fin. Se paro y espero hasta que llegase a donde estaba el.
Ana: no es cierto- pase de largo sin mirarle.
Bill: no sabía que había venido a cuidar a una niña-murmuro, yo me pare y me di la vuelta para verle de frente.
Ana: No te he pedido que me cuides. Se hacerlo sola. Así he estado casi toda la vida.
Sus facciones eran duras pero sus ojos compasivos, el me miro con tristeza y no lo soporte. Me adelante hasta el auto de Georg sorprendiéndome a mi misma lo rápido que había llegado.
Nada más entrar Ellie encendió el auto y arranco, íbamos impregnados de silencio hasta que Georg prendió la radio, mientras le dedicaba una que otra mirada a su novia. Empecé a relajarme un poco, de vez en cuando entrecerraba los ojos, pero cuando contemplaba las calles mi cerebro me hacía creer que era de día, por lo fuertemente iluminadas que estaban, pensé que de un momento a otro ya no sabría de mí pero de nuevo algo consiguió alterarme. Ellie no había dado la vuelta en la avenida que se suponía llevaba hasta mi apartamento, me incorpore con dificultad y trate de hacérselo saber pero antes de que pudiera decir cualquier cosa Bill se me acerco.
Bill: ¿te parece si nos vamos al hotel?
Ana: yo quiero ir a mi apartamento
Bill: ¿pero y Valeria?
Ana: ella no va a estar ahí…
Bill: aun así yo me siento más cómodo en el hotel… vamos a salir muy temprano mañana
Ana: yo también tengo que levantarme temprano Bill –No dijo nada solo me miro unos segundos suplicante. ¿Acaso siempre conseguía lo que quería? –Respire hondo- bien… -acepte aunque no muy segura, ya estaba muy cansada como para seguir discutiendo y además Ellie ya se había alejado demasiado.
…
Nosotros subimos directamente mientras que Ellie y Georg se habían quedado abajo, según ellos para comprar algo para cenar.
Ana: ¿de verdad crees que sería capaz de algo así?- le pregunte cuando entramos a la que era su habitación. Si algo me dolía era que la gente que supuestamente me conocía desconfiara de mi, era algo que no iba a soportar de su parte- Yo no soy así
Bill: me equivoque…-dijo con voz grave aceptando su error pero yo no quería que se disculpara, todavía no…
Ana: claro que te equivocaste-le espete
Bill: perdóname niña… yo no quería hacerte daño-dijo angustiado- créeme-me agarro las manos con cautela esperando que le contestara, imagine que al igual que yo lo menos que quería era que desperdiciáramos el poco tiempo que teníamos para pasarlo juntos. -¿No vas a decir nada?
Ana: si…-lo solté suavemente para que no lo tomara a mal, cada poro de su piel me hacía saber que realmente se sentía culpable- esta bien… Necesito lavarme la cara-le dije separándome de el.
Entre al baño y abrí la llave del agua fría, me lave la cara un par de veces, cuando me mire en el espejo el estaba detrás de mí.
Ana: Bill no voy a dormir con vestido, ves por eso prefería ir a mi apartamento
Bill: si quieres te presto algo de ropa- dijo y seguido a eso sentí sus labios en mi hombro desnudo. Me hice a un lado, disimule abriendo las llaves de nuevo- ¿tienes un cepillo para el cabello?-le pregunte aparentando desinterés
Bill: si-alcance a escuchar cuando salía del baño
Me solté la coleta que me había hecho y trate de aplacar el cabello lo más posible sin poder lograrlo, ahora si traía kilos y kilos de maquillaje, busque algodón en el baño pero no encontré nada pero imaginaba que Bill si tendría, pero lo que realmente quería era ducharme.
Bill: toma- entro de repente, en una mano llevaba el cepillo y en la otra una camiseta y debajo creo era un pantalón
Ana: gracias
Bill: Ana...
Ana: ¿ehm?
Bill: ¿estás mal?-titubeo
Ana: no.
Bill: Mientes- lo mire a los ojos fijamente, claro que mentía pero el no estaba en posición para pedirme explicaciones.
Ana: es que yo quería estar en mi casa Bill, nada más…-murmuraba mientras me cepillaba el cabello, aunque a mi se me hacía que el cepillo se rompía en el intento, así que desistí y lo deje a un lado.
Bill: lo siento… -dijo aun y sabiendo que no era todo, pero al parecer comprendió que no debía presionar más-a la otra te prometo nos vamos para haya-sonrió
Ana: si… supongo…
Bill: vamos a la cama
Ana: es que… quiero ducharme antes…
Bill: uhm… Esta bien, si quieres entra a la regadera, ahora te traigo las toallas
Ana: si
Era la forma de quitarme el maquillaje más rápido, de deshacer el peinado por completo y de relajarme un poco. Me quite el vestido y lo que me quedaba de ropa. Abrí las llaves y me metí cuando el agua estaba templada. Cerré los ojos por completo para sentir como las gotas chocaban en mi cuerpo.
Me sobresalte cuando sentí las manos de Bill rodeándome la cintura, me gire asustada mientras me restregaba los ojos para verlo.
Ana: Bill…
Bill: sshhh… -puso su dedo índice en mi boca para que guardara silencio. El agua le había destruido el peinado, varios mechones le caían en el rostro, también había hecho que el maquillaje se le corriera.
Quito sus dedos de mis labios y esta vez lo que hizo que siguiera callada fue su boca. Mi cuerpo se estremeció, no era consciente de cuanta falta le hacía, aun así me separe ligeramente de el.
Ana: Bill… yo… solo quería ducharme…
Bill: también yo… solo eso vamos a hacer…
Ana: pero es que…
Bill: ¿qué? ¿No estás cómoda? No hay nada que no haya visto antes…-me echo una hojeada rápida de arriba abajo y yo no pude evitar sonrojarme- bien, no voy a mirar nada, si no quieres-dijo dándose cuenta de mi reacción-aunque no te entiendo…-decía con los ojos cerrados
Ana: no seas payaso, abre los ojos
Bill: de cualquier forma no me voy a tardar mucho
Ana: tampoco yo
Levanto la cabeza y dejo que el agua le resbalase por la cara. Saco una mano para tomar una pequeña botella de shampoo, vacío un poco del contenido en una de sus manos, luego me paso la botella a mi, mientras el se llevaba ambas manos a la cabeza y revolvía su cabello, formando abundante espuma que después se deshizo al contacto con el agua.
Bill: deberías de ser como yo
Ana: ¿como?
Bill: sé que me estas mirando y yo no te digo nada…-sonrió
Ana: ¿yo? No te estoy mirando…-exclame riéndome entre dientes
Bill: claro que si, no has dejado de hacerlo desde que entre aquí…
Ana: tonto
Permanecimos ahí alrededor de diez minutos, aunque el salió antes que yo, me quede solo unos segundos más. Cuando salí de la regadera el todavía estaba en el baño, traía una toalla amarrada a la cintura y me ofrecía otra para mí. Me envolví rápidamente y agarre otra toalla para enredarme el pelo.
El salio del baño y yo me quede ahí unos 15 o 20 minutos más mientras me vestía y me peinaba. Cuando entre en la habitación el traía puestos solo unos pantalones, llevando el torso desnudo dejando a la vista sus tatuajes.
No lo mire demasiado, me dirigí a mi bolsa y busque un cepillo de dientes, siempre llevaba uno, pero como había cambiado de bolsa no sabía si lo había echado o no. Mientras tanto Bill se metió al baño y yo eche todo lo que traía en la bolsa a la cama, y si, ahí estaba, volví a recoger todo con cuidado de que no se quedara nada, la verdad era que estar a oscuras no me ayudaba pero ya casi acababa de guardar todo.
Deje la bolsa en el sofá y entre al baño de nuevo, Bill también se estaba lavando los dientes, obviamente termino antes que yo.
Cuando volví a la habitación el ya estaba acostado en la cama, guarde el cepillo en la bolsa, aparte las cobijas y me recosté yo también, el se giro de lado acurrucándose junto a mi.
Jugaba con unos mechones de mi cabello, todavía húmedo, a la vez que sus respiraciones me cosquilleaban el cuello, pese a todo continué de la misma forma, ni siquiera me moví, aunque en ese momento era lo que más deseaba hacer, pero seguí firme, lo último que recuerdo fue cuando poso una de sus manos por mi costado, atrayéndome a el, me quede dormida sintiendo su pausada respiración en el oído.
…
Bill: despierta de una vez, hazme caso- y aunque lo dijo susurrando me molesto terriblemente, creo que el que susurrara me fastidiaba aun más pero iba a cambiar pronto de opinión.
Ana: no quiero-le empuje sin abrir los ojos
Bill: Ana levántate ya-elevo la voz
Ana: No me grites-en ese instante desee que volviera a hablar como hacía un momento- Me duele la cabeza.
Bill: ¿Y como no? después de todo lo que bebiste… Te lo mereces-sentencio, y tan solo oírlo me revolvió el estomago. ¡Se alegraba de lo que me pasaba! Me lo mereciese o no, ese no era problema suyo.
Ana: ¡que no grites!-eleve la voz yo también- no necesito tus reproches-me cubrí con una almohada
Bill: pues si no te levantas vas a llegar tarde al trabajo y de paso me vas a hacer llegar tarde a mí también. Y no te estoy gritando.
Ana: si lo estas haciendo
Bill. No-le escuche decir como si estuviera lejos.
Me quite la almohada de la cara, al principio me calo un poco la luz pero mis ojos se adaptaron rápidamente, Bill caminaba de un lado a otro como si buscara algo, y luego se metió al baño dando tremendo portazo que me resonó en los oídos una y otra vez, cuando salio me di cuenta que ya estaba arreglado nada más se estaba acomodando el saco.
Bill: vaya… ya era hora… tengo horas tratando de despertarte
Ana: pues esas no son formas- conteste indignada pero vi como una sonrisa fugaz se coló en sus labios entonces note que había malinterpretado lo que dije
Bill: ¿ah, no? ¿Y como preferías que te despertara?-pregunto desafiante- Digo, si se puede saber…-En vista de que no le conteste, el rostro se le descompuso, camino por la habitación de nuevo, cogio unos botines y se sentó para ponérselos -Se te va hacer tarde, ¿no?-dijo apacible sin mostrar ninguna otra clase de expresión en el rostro, por lo que supuse que ya había comprendido que yo no lo había dicho con esa intención.
Ana: problema mío…
Bill: y mío también-dijo impacientándose -por tu culpa yo también voy a llegar tarde-añadió ahora si enojado-porque estoy esperándote para llevarte a tu casa
Ana: ¿por mi culpa? Perdóname pero si alguien aquí tiene la culpa, eres TÚ. Yo no te pedí que me trajeras… más bien me trajiste en contra de mi voluntad así que no me vengas con eso, ¡ah! y tampoco te estoy pidiendo que me lleves
Bill: ¿qué te traje en contra de tu voluntad? Sabes que no es cierto
Ana: prácticamente así fue… te dije que prefería irme al apartamento… ¡pero no! ¡Presionas hasta que se hacen las cosas tal como tú las quieres! es que a veces no se como te soportan los demás…
Bill abrió mucho los ojos, al parecer se había sorprendido bastante al igual que yo, no se como había tenido el valor de decirle eso, pero lo hecho, hecho estaba…
Pero contrario a lo que pudiera pensar que haría, su rostro hizo una mueca extraña, arrugo la frente y su boca hizo un movimiento de un lado a otro, que me hacía querer reír pero en vista de la situación tuve que reprimirme.
Bill: nunca olvidas, ¿no es así? Joder… ¿Y así eres siempre o solo te pasa conmigo?-ladeo la cabeza hacia un lado como tratando de encontrar la respuesta el mismo- vamos levántate y vístete… antes de que vaya a cambiar de opinión…
Titubee antes de levantarme, me quite la sabana de encima y me senté al borde de la cama, el mientras tanto estaba abrochando sus botines.
Ana: perdón. No quería decir…
Bill: no digas nada. A veces no me doy cuenta de lo que hago…
Ana: tampoco yo- acepte. Me puse de pie y tome el vestido que estaba doblado encima del sofá, cuando me di cuenta le tenía parado frente a mí.
Bill: no sabía que te sentías así… a la otra dímelo. Eres libre de irte en el momento que quieras…-pronuncio cuidadosamente, con una inesperada seriedad.
Me desconcertó y no lo oculte, en ese momento sonrió fugazmente sin embargo sus palabras eran más reales de lo que los dos hubiéramos querido. Aun así no era tonto como para dejar las cosas así.
Bill: …aunque yo se que no quieres… ¿ves como te hago las cosas mas fáciles? Jajaja la verdad es que no quiero desperdiciar el tiempo… quiero estar contigo lo que me queda en Londres- supe que era verdad ya que se había pasado por alto el comentario que había hecho- Te dije que te vistieras…y como no lo has hecho voy a tener que cancelar todos mis compromisos del día de hoy… y retenerte aquí en contra de tu voluntad…-levanto los dedos haciendo un ademán de comillas
Ana: ¿y qué pasa si digo que no?
Bill: no me retes…
...